Re: [escepticos] Probióticos

[Inés Toledo]

Gracias por tu explicación.
Me alegro de coincidir el algo que dices tú, con mayor conocimiento
que yo, los factores que conducen a que tengamos más o menos hambre de
azúcar son complejos.
Hoy una triste historia de una persona que se inyectaba insulina de un
pariente diabético para incrementar la sensación de hambre y poder
comer más... ahora me explico por qué.

XDDDDDDD. En este caso, lo único incongruente es, seguramente, lo de la
mantequilla light (caso seguro que es casi tan calórica como la normal y
de menos calidad nutricional).

La "mantequilla ligera" anuncia en la tapa un llamativo -50% de
calorías, pero hay que leer una letra pequeñísima a la que nos conduce
un asterisco: "comparada con la mantequilla tradicional". Es decir,
supongo que con la manteca que batía mi abuela, que era tremenda.  La
"mantequilla ligera" tiene 373 kcal por 100 gr. sí que es menos que
las que tienen la media de las mantequillas a la venta.

Debe estar hidrogenada, puesto que es más fácil de untar (es así,
¿no?). No sé si será de menor calidad nutricional... la prefiero a la
margarina.

Es muy probable que influya poco en lo que peso, o en mi estado de
salud. Por lo que has nombrado, mi dieta completa es más compleja que
mis desayunos... aunque mi madre dice que podría sobrevivir a base de
ellos, y que haga el favor de esforzarme en prepararme más pollo,
pescado, guarniciones...

A ver pa' la cena. Bon appétit.

Inés





El 28/02/07, marmi <oswaldo en iats.csic.es> escribió:
> Inés Toledo escribió:
> > Al hilo del asunto de los refrescos, una persona me argumentó que
> > tomar refrescos light, con aspartamo, usar sacarina, etc, era "engañar
> > al cerebro".
> >
> > Si alguien puede explicar un poquito qué es cierto y qué no lo es
> > dentro de esa historia del "cerebro engañado", mi curiosidad se lo
> > agradecerá. Lo cierto es que pienso que la "cuenta de la vieja" que
> > citaba marmi, así como el reclamo publicitario (no los estoy poniendo
> > al mismo nivel, claro), son aplastantes.
> >
>
> Pienso que puede tratarse de alguna versión más o menos deformada de las
> hipótesis de Barry Sears y su archifamosa dieta de la zona. Este autor y
> sus escuela consideran los azúcares de fácil asimilación (la glucosa)
> una auténtica "droga" que el cuerpo reclama y de la que cuesta
> prescindir. Dice algo así (simplificando mucho) como que la ingestión
> regular de altos niveles de estos azúcares habitúa al cuerpo a secretar
> grandes cantidades de insulina en las comidas (que los retira de la
> sangre transformándolos en grasas mientras que no se usan para producir
> energía de inmediato), al tiempo que se obliga a hacer frente a las
> demandas energéticas recurriendo a proteínas y grasas, difíciles de
> movilizar notablemente a corto plazo, con el resultado final de
> sensación de falta de energía y entrada en nuevo ciclo de necesidad de
> carbohidratos (sensación de hambre) para reponer los que la insulina ha
> retirado. Y así infinitamente, con ciclos de hiperglucemia-hipoglucemia
> asociados a picos de insulina/hambre. Es un sistema retroalimentado que
> conduciría a la obesidad y la falta de energía crónicas.
>
> La versión que tú comentas defiende que hay además un factor psicológico
> añadido, que es que la simple sensación de ingesta de "dulce" ya
> estimula la liberación de insulina. Si ese "dulce" es "falso" y no va
> asociado a "presencia de azúcar" la insulina liberada generaría una
> hipoglucemia aún más severa, con la consiguiente entrada en ciclo de
> hambre. Desde mi punto de vista (no soy especialista en nutrición) es
> una hipótesis plausible en lo fisiológico (hasta cierto punto), pero muy
> simplista y muy alejada de la realidad de las comidas complejas que
> hacemos normalmente (que tienen de todo en exceso).
>
> >
> > Muchos de esos chavales que toman dos o tres refrescos azucarados al
> > día, comen con Cocacola o similiar (incluso aunque sea la inocente
> > gaseosa, sin calorías). Hay que tomar agua, leñe.
> >
>
> Sin embargo, las campañas políticas ponen en el punto de mira la
> hamburguesa XXL, pero nadie cuestiona la imagen de Sunny (por decir
> algo) o coca-cola o cosas similares en los que los chavales del anuncio,
> acalorados del partido, se empujan una botella de litro y medio cada uno
> para refrescarse bajo la mirada complaciente de la madre amantísima que,
> como los quiere tanto, nunca permite que la nevera esté sin Sunny. Pues
> insisto: una botella de litro y medio de coca-cola o Sunny delight tiene
> algo más de 150 gramos de azúcar. Quemar esta cantidad con ejercicio
> físico requiere unos cuantos partidos, más bien un par de maratones, si
> se tiene el músculo necesario para correrlos. En cualquier caso, y en
> eso Barry Hill y los nutricionistas en general tienen razón, un
> organismo sano no puede asimilar esas cantidades de glucosa de
> inmediato, y se ve obligado a retirarla de la circulación mediante un
> pico de insulina (y dejándola de momento en el michelín de turno, de
> donde muuuucho más sacarla).
>
>
> >  ¿Por qué meter
> > calorías en el cuerpo al tomar el café, pudiendo reservarlas para
> > tomar otra cosa? Una vez que te acostumbras al café con sacarina...
> > Así, yo hago cosas que a a gente le causan cierta risa (a mí también,
> > pero trato de tolerar ciertas incogruencias mías): esta mañana le he
> > puesto sacarina al café. Unté un par de tostadas con mantequilla
> > light. Y añadí una generosísima capa de miel...
> >
>
>
> XDDDDDDD. En este caso, lo único incongruente es, seguramente, lo de la
> mantequilla light (caso seguro que es casi tan calórica como la normal y
> de menos calidad nutricional).
>
>
> Salud,
>
> Marmi
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