[escepticos] el machismo en estos lares

Francisco Mercader fmercaderr en telefonica.net
Jue Mayo 2 14:53:47 WEST 2013


[M. Dolores Moyano]
Creo que las niñas tienen más curiosidad por los bebés (filosofía de
autobús), pero no creo que sean tan diferentes como los diferencian las
estanterías de juguetes de los grandes almacenes.

[Mercader]
Sí; ésa es precisamente la cuestión.  La diferencia existe pero  no es 
considerable.  Los hombres y las mujeres nos diferenciamos biológicamente 
(creo que eso está claro  para el que nos vea desnudos) y es lógico que 
nuestro respectivo  'software' esté  preparado para los papeles 
biológicos correspondientes.  Pero  las mujeres no son de un tamano tres 
veces más pequeño  que los hombres ni de un color distinto;   Muchísimas 
mujeres son capaces de hacer su trabajo mejor que  muchos hombres y eso 
es manejado por las feministas radicales para argüir que no hay ninguna 
diferencia entre los géneros.
Cuando el anuncio de un coche deportivo va ilustrado con una moza 
despampanante subida en el capot, el argumento que se suele manejar es 
que el mercado está  tratando de manera humillante a la mujer, 
cosificándola y relegándola al papel de mero objeto. Pero a mi juicio, la 
cuestión no es así de simple.  Nuestras acciones dependen, lo queramos o 
no,  de restos de instintos heredados  de otras especies y que luego, 
interactuando con la cultura,  hemos transformado, exagerado o 
enmascarado por nuestra cuenta.  Relacionar la figura de una mujer 
atractiva con  símbolos de poder como es el de un automóvil no hace más 
que   presentarnos -de otra manera-  los esquemas sociales que los dos 
géneros  suelen ejecutar  de buena gana y sin que nadie, en principio, 
les fuerce a ello. Los anuncios de cosmética en los que una mujer aparece 
gustando a alguien o 'gustándose a sí misma'  denotan  un proceso en el 
que nadie, a mi juicio, está  cosificando ni humillando a nadie.  Sólo 
muestran a un ejemplar del sexo femenino pavoneándose legitimamente como 
en otras especies les ha tocado hacerlo a los machos. Naturalmente, a 
estos procesos naturales  acuden como moscas a la miel los  publicistas, 
vendedores, proxenetas, sacerdotes varios y demás  estafadores  que se 
apresuran a retorcerlos, aumentarlos  y destilarlos para sacer el mejor 
partido, como esos que remarcan las diferencias pintando de rosa para 
vender mejor.  Pero no porque alguien utilice un cuchillo para matar 
personas, se han de prohibir los cuchillos. A mí me encanta percibir la 
diferencia entre sexos  y sólo se me ha de pedir cuentas cuando se vea 
que yo me aprovecho de alguna oportunidad para abusar de dichas 
diferencias.
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