[escepticos] de conductismos, entrenamientos, palos y zanahorias

Marta morkarn en gmail.com
Vie Jun 6 08:44:43 WEST 2008


(JL)
Realmente yo soy muy poco dado a intentar modificar la conducta de mi
perro; lo intento sólo en la medida en que nos resulta útil para la
vida diaria y, claro, yo voy al otra lado de la correa. Creo tener
claro que el castigo no extingue las conductas y creo que el
comportamiento de los perros al premio es muy selectivo, es decir: la
conducta en respuesta al premio en una calle puede no funcionar en la
calle de al lado; también se por otras personas que han llevado a sus
perros a un adiestramiento clásico que estos pueden comportarse bien
con el collar que usan para adiestramiento y dejar de hacerlo,
sencillamente, cuando cambian de collar.

(Marta)
La conducta de tu perro la modificas quieras o no quieras y es mucho
mejor e infinitamente más práctico hacerlo de manera eficiente y
llevarlo por los canales que tú elijas. Si te refieres a enseñarle
monerías, incluso éstas son beneficiosas, en cuanto que son una fuente
de estímulo mental y físico a la vez que una forma de interactuar y
jugar. Y no hace falta ponerle un tutú al perro y que se ponga a
bailar la danza de los cisnes, hay actividades más entretenidas para
disfrute de ambos, perro y humano. Por ejemplo, mi perra tiene varios
juguetes y cada uno tiene su nombre, a veces los disemino por la casa
y el jardín, en sitios visibles pero lejos unos de otros y ella tiene
que traer el que yo he nombrado. Es bastante divertido y el proceso de
enseñanza no demasiado complicado. Aparte de los juegos mi objetivo
principal con el clicker fue modificar su conducta para hacer la
convivencia más agradable, no tirar de la correa, no perseguir gatos,
no saltarle encima a la gente, no subirse en el sofá, no comerse mis
zapatos, etc, etc. Todo esto lo hace aquí y en Pequín, con el collar
de los domingos y sin collar e incluso sin que esté yo delante. Tengo
unos amigos con gato que de vez en cuando cuidan de ella desde que le
enseñamos que los felinos no son algún tipo de snack difícil de
atrapar, el gato lo pasaba fatal al principio pero ya se va
acostumbrando.

(JL)
Imagino que, lo que el perro está percibiendo en el momento del premio
(olores, ruidos, ...) puede fijar la asociación en respuesta a una
situación que no es la misma que nosotros percibimos.

(Marta)
Pues para evitar eso precisamente sirve el clicker, para marcarle al
perro el momento exacto, para darle una señal inequívoca de qué es lo
que estaba haciendo y cuando. Hay que cambiar de entorno con
regularidad para que no haga asociaciones raras y le quede claro que
no son los factores ambientales sino sus acciones lo que hacen que el
clicker suene. Por eso una vez que la conducta ha sido fijada la
repite al margen de cambios de localización o de collar.
Todo esto como dije al principio requiere mucha dedicación, pero si no
estás dispuesto a perder veinte minutos con tu perro al día para eso
mejor no lo tengas. Un animal es una grandísima responsabilidad pero
cuando está bien educado es fuente de infinitas satisfacciones.

Saludos

El día 5 de junio de 2008 23:06, Jose Luis <joseluis.vm en inbox.com> escribió:
> Hay otra cuestión a la que llevo dándole vueltas toda la tarde. Disculpenme
> si digo alguna tontería, pero ¿modificar una conducta no es como tratar los
> síntomas?  Quizá, mas que una reflexión, es una pregunta. ¿Hay alguna
> corriente de psicología razonable que abogue por tratar el problema y no sus
> síntomas?
>
> Realmente yo soy muy poco dado a intentar modificar la conducta de mi perro;
> lo intento sólo en la medida en que nos resulta útil para la vida diaria y,
> claro, yo voy al otra lado de la correa. Creo tener claro que el castigo no
> extingue las conductas y creo que el comportamiento de los perros al premio
> es muy selectivo, es decir: la conducta en respuesta al premio en una calle
> puede no funcionar en la calle de al lado; también se por otras personas que
> han llevado a sus perros a un adiestramiento clásico que estos pueden
> comportarse bien con el collar que usan para adiestramiento y dejar de
> hacerlo, sencillamente, cuando cambian de collar. Imagino que, lo que el
> perro está percibiendo en el momento del premio (olores, ruidos, ...) puede
> fijar la asociación en respuesta a una situación que no es la misma que
> nosotros percibimos.
>
> En definitiva, si esto sucede con un perro, con unas capacidades cognitivas
> muy distintas de las nuestras (y creo que menos compllejas), ¿que no
> ocurrirá  en el caso de un ser humano?
>
> Angel Prieto Ederra escribió:
>>
>>        Sigo atentamente el intercambio de opiniones que se ha producido
>> acerca de la utilidad de las técnicas conductistas (la conocida como
>> modificación de conducta) para los humanos. La verdad es que es
>> interesante
>> observar las ideas que personas legas en psicología, pero cultas e
>> interesadas en estos temas, llegan a desarrollar sobre este y otros temas
>> de
>> la psicología.
>>        La verdad es que ha habido intervenciones muy certeras (disculpad
>> la
>> ausencia de cita concreta) aludiendo a que la modificación de conducta hoy
>> en día ha evolucionado hacia una intervención cognitivo-conductual. Esto
>> ha
>> sido así precisamente porque cambiar el comportamiento de los humanos NO
>> SIEMPRE es igual que hacerlo con perros, ratas o palomas (aunque muchas
>> otras veces sea muy parecido). ¿Por qué no siempre es igual? Las
>> posibilidades son muchas. Citaré las más evidentes. En primer lugar, los
>> humanos tenemos la capacidad de auto-regularnos. Esto no significa otra
>> cosa
>> que somos capaces de fijar nuestros propios objetivos, las metas que
>> pretendemos alcanzar, y a la vez de establecer nuestras propias
>> contingencias de reforzamiento, o sea que somos capaces de castigarnos y
>> recompensarnos a nosotros mismos. Quién no se ha prometido a sí mismo un
>> premio o un castigo si cumplía o fracasaba en un objetivo que se había
>> propuesto. Hasta ahora que se sepa ni ratas ni perros ni palomas pueden
>> hacer algo semejante. Esta capacidad de auto-regulación significa en la
>> práctica que no se puede tratar a una persona como si fuese un perro
>> porque
>> con las personas hay que discutir los objetivos de la intervención, las
>> metas que se pretenden alcanzar, los recursos que se movilizarán para
>> ello,
>> etc.... Repito que esto no tiene que ser así siempre, modificar hábitos
>> muy
>> simples como morderse las uñas requiere también de todo esto pero de una
>> manera muy simple. En otras palabras, cuanto más simple y automático sea
>> el
>> comportamiento que queremos modificar más se parecerá el modo de tratar a
>> las personas al modo de entrenar a los animales, pero guardando siempre
>> ciertas distancias.
>>        Otro motivo por el que no se puede tratar igual a un perro que a
>> una
>> persona, y que explica por qué el conductismo ha ido evolucionando (mal
>> que
>> le pese a algún miembro de la corrala) tiene que ver con la naturaleza de
>> las contingencias que afectan a hombres y animales. Bandura (psicólogo
>> meritorio donde los haya) expresa esta idea de manera simple y fácil de
>> entender con una especie de aforismo: "no hay peor castigo que el
>> desprecio
>> hacia uno mismo". En otras palabras esto significa que los animales solo
>> entienden de palos y zanahorias, y sin embargo los hombres (al menos los
>> adultos) además de palos y zanahorias tenemos nuestro propio sistema
>> interno
>> de autorrecompensa. De hecho, sabemos que los refuerzos y castigos
>> internos
>> son determinantes del comportamiento mucho más poderosos que las
>> recompensas
>> externas o extrínsecas. Con un ejemplo se entiende fácil. Cuando las
>> personas se embarcan en un proyecto con una motivación intrínseca (por
>> ejemplo, dominar un instrumento musical), son capaces de invertir ingentes
>> cantidades de esfuerzo, tiempo y dedicación a una tarea (alcanzar la
>> maestría) que, en términos de recompensas extrínsecas (dinero,
>> reconocimiento social, influencia, sexo o lo que se quiera) no es rentable
>> en un análisis costes/beneficios (vamos, que en cualquier otra actividad
>> se
>> puede ganar mucho más con muchísimo menos esfuerzo).
>>
>>        Otra cosa que me apetecía comentar tiene que ver con el concepto de
>> voluntad o fuerza de voluntad. Es curioso porque éste término se ha
>> identificado siempre con una visión no sé si cristiana o católica y, sin
>> embargo, se está empezando a introducir en la literatura científica sobre
>> autorregulación. Desde un punto de vista científico, sabemos que las
>> personas que intentan controlarse (porque hacen dieta, intentan dejar de
>> fumar, controlar su ira, el consumo de productos insanos, la lista podría
>> ser interminable) tienen que hacer un esfuerzo, aplicar una fuerza.
>> ¿Pruebas
>> de esto? Las más convincentes son que la gente en procesos de
>> rehabilitación
>> recae con muchísima más frecuencia en periodos de fuerte estrés o
>> cansancio.
>> La idea es que cuando los recursos están agotados, carecemos de la
>> voluntad
>> suficiente para "resistir". Vamos, que controlarse es algo que cuesta, no
>> se
>> hace de manera automática y sin esfuerzo. Pues bien, a la fuerza o
>> esfuerzo
>> que hay que generar para resistirse a una tentación (en forma de
>> cigarrillo,
>> copa de whisky o de tarta de chocolate) le llamamos fuerza de voluntad.¿En
>> qué consiste esa fuerza? Básicamente en pensamientos y comportamientos:
>> distraerse, pensar en otra cosa, pensar en las consecuencias de caer en la
>> tentación, salir por piernas, etc.
>>
>> Un saludo a todos y espero haberme hecho entender.
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