[escepticos] de conductismos, entrenamientos, palos y zanahorias

Jose Luis joseluis.vm en inbox.com
Jue Jun 5 22:06:35 WEST 2008


Hay otra cuestión a la que llevo dándole vueltas toda la tarde. 
Disculpenme si digo alguna tontería, pero ¿modificar una conducta no es 
como tratar los síntomas?  Quizá, mas que una reflexión, es una 
pregunta. ¿Hay alguna corriente de psicología razonable que abogue por 
tratar el problema y no sus síntomas?

Realmente yo soy muy poco dado a intentar modificar la conducta de mi 
perro; lo intento sólo en la medida en que nos resulta útil para la vida 
diaria y, claro, yo voy al otra lado de la correa. Creo tener claro que 
el castigo no extingue las conductas y creo que el comportamiento de los 
perros al premio es muy selectivo, es decir: la conducta en respuesta al 
premio en una calle puede no funcionar en la calle de al lado; también 
se por otras personas que han llevado a sus perros a un adiestramiento 
clásico que estos pueden comportarse bien con el collar que usan para 
adiestramiento y dejar de hacerlo, sencillamente, cuando cambian de 
collar. Imagino que, lo que el perro está percibiendo en el momento del 
premio (olores, ruidos, ...) puede fijar la asociación en respuesta a 
una situación que no es la misma que nosotros percibimos.

En definitiva, si esto sucede con un perro, con unas capacidades 
cognitivas muy distintas de las nuestras (y creo que menos compllejas), 
¿que no ocurrirá  en el caso de un ser humano?

Angel Prieto Ederra escribió:
> 	Sigo atentamente el intercambio de opiniones que se ha producido
> acerca de la utilidad de las técnicas conductistas (la conocida como
> modificación de conducta) para los humanos. La verdad es que es interesante
> observar las ideas que personas legas en psicología, pero cultas e
> interesadas en estos temas, llegan a desarrollar sobre este y otros temas de
> la psicología.
> 	La verdad es que ha habido intervenciones muy certeras (disculpad la
> ausencia de cita concreta) aludiendo a que la modificación de conducta hoy
> en día ha evolucionado hacia una intervención cognitivo-conductual. Esto ha
> sido así precisamente porque cambiar el comportamiento de los humanos NO
> SIEMPRE es igual que hacerlo con perros, ratas o palomas (aunque muchas
> otras veces sea muy parecido). ¿Por qué no siempre es igual? Las
> posibilidades son muchas. Citaré las más evidentes. En primer lugar, los
> humanos tenemos la capacidad de auto-regularnos. Esto no significa otra cosa
> que somos capaces de fijar nuestros propios objetivos, las metas que
> pretendemos alcanzar, y a la vez de establecer nuestras propias
> contingencias de reforzamiento, o sea que somos capaces de castigarnos y
> recompensarnos a nosotros mismos. Quién no se ha prometido a sí mismo un
> premio o un castigo si cumplía o fracasaba en un objetivo que se había
> propuesto. Hasta ahora que se sepa ni ratas ni perros ni palomas pueden
> hacer algo semejante. Esta capacidad de auto-regulación significa en la
> práctica que no se puede tratar a una persona como si fuese un perro porque
> con las personas hay que discutir los objetivos de la intervención, las
> metas que se pretenden alcanzar, los recursos que se movilizarán para ello,
> etc.... Repito que esto no tiene que ser así siempre, modificar hábitos muy
> simples como morderse las uñas requiere también de todo esto pero de una
> manera muy simple. En otras palabras, cuanto más simple y automático sea el
> comportamiento que queremos modificar más se parecerá el modo de tratar a
> las personas al modo de entrenar a los animales, pero guardando siempre
> ciertas distancias.
> 	Otro motivo por el que no se puede tratar igual a un perro que a una
> persona, y que explica por qué el conductismo ha ido evolucionando (mal que
> le pese a algún miembro de la corrala) tiene que ver con la naturaleza de
> las contingencias que afectan a hombres y animales. Bandura (psicólogo
> meritorio donde los haya) expresa esta idea de manera simple y fácil de
> entender con una especie de aforismo: "no hay peor castigo que el desprecio
> hacia uno mismo". En otras palabras esto significa que los animales solo
> entienden de palos y zanahorias, y sin embargo los hombres (al menos los
> adultos) además de palos y zanahorias tenemos nuestro propio sistema interno
> de autorrecompensa. De hecho, sabemos que los refuerzos y castigos internos
> son determinantes del comportamiento mucho más poderosos que las recompensas
> externas o extrínsecas. Con un ejemplo se entiende fácil. Cuando las
> personas se embarcan en un proyecto con una motivación intrínseca (por
> ejemplo, dominar un instrumento musical), son capaces de invertir ingentes
> cantidades de esfuerzo, tiempo y dedicación a una tarea (alcanzar la
> maestría) que, en términos de recompensas extrínsecas (dinero,
> reconocimiento social, influencia, sexo o lo que se quiera) no es rentable
> en un análisis costes/beneficios (vamos, que en cualquier otra actividad se
> puede ganar mucho más con muchísimo menos esfuerzo).
>
> 	Otra cosa que me apetecía comentar tiene que ver con el concepto de
> voluntad o fuerza de voluntad. Es curioso porque éste término se ha
> identificado siempre con una visión no sé si cristiana o católica y, sin
> embargo, se está empezando a introducir en la literatura científica sobre
> autorregulación. Desde un punto de vista científico, sabemos que las
> personas que intentan controlarse (porque hacen dieta, intentan dejar de
> fumar, controlar su ira, el consumo de productos insanos, la lista podría
> ser interminable) tienen que hacer un esfuerzo, aplicar una fuerza. ¿Pruebas
> de esto? Las más convincentes son que la gente en procesos de rehabilitación
> recae con muchísima más frecuencia en periodos de fuerte estrés o cansancio.
> La idea es que cuando los recursos están agotados, carecemos de la voluntad
> suficiente para "resistir". Vamos, que controlarse es algo que cuesta, no se
> hace de manera automática y sin esfuerzo. Pues bien, a la fuerza o esfuerzo
> que hay que generar para resistirse a una tentación (en forma de cigarrillo,
> copa de whisky o de tarta de chocolate) le llamamos fuerza de voluntad.¿En
> qué consiste esa fuerza? Básicamente en pensamientos y comportamientos:
> distraerse, pensar en otra cosa, pensar en las consecuencias de caer en la
> tentación, salir por piernas, etc.
>
> Un saludo a todos y espero haberme hecho entender.
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