[escepticos] Agresiones machistas en San Fermin

[Francisco Mercader]

[Mariam]
Pues esa es probable y precisamente la razón por la que algunes no 
quieren entrar a debatir, es duro conversar con aquellos que esgrimen 
afirmaciones tan desconsideradas, ofensivas incluso, hacia la condición 
humana en general y alguna en particular, que te hace dudar de sus 
buenas
intenciones; y de una deficiente capacidad de análisis, sujeta a 
percepciones muy sesgadas (como las mías seguramente), porque parten de 
la visión masculina y de la cultura patriarcal.

[Mercader]
Pues no sé  qué decirte, Mariam.
Creo que todo parte  de un exceso de prejuicios (no sólo los que tú 
atribuyes a  hombres de por aquí) sino los que a mi juicio, tú manejas 
sin poder verlos.
Te defines feminista y aclaras que con ello luchas por la liberación de 
la mujer. Preguntémonos a qué liberación te refieres. Te recuerdo, 
primero, que no estamos en Arabia Saudí, donde a las mujeres no se os 
permite conducir  ni salir solas sin compañía masculina, entre otras 
limitaciones más graves.  Tienes la suerte de vivir en un territorio 
libre de diferencias, al menos legales y administrativas (aunque poco a 
poco se ha ido invirtiendo  el sentido; luego me referiré a ello)  y no 
veo que se te impida  salir a la calle a reivindicar  lo que te dé la 
gana.
¿Que todavía percibes diferencias sociológicas en el trato? Eso no te lo 
voy a negar.  Pero sí te negaré que de ello tengamos la culpa sólo los 
hombres. Si es que hay culpa, la tenemos entre todos (Y TODAS). En 
primer lugar, las mujeres tenéis en vuestras manos la educación de la 
descendencia y, precisamente, en el periodo más sensible, en el que se 
adquieren de manera casi indeleble los hábitos sociales.  Pero resulta 
que las mujeres y los hombres salen de la infancia ya diferentes  y no 
me podrás convencer de que eso es producto de la  cultura impuesta por 
eso que llamas heteronormatividad (en Nigeria, en Burkina Fasso, en Mali 
y en otros países cercanos son las propias mujeres las que se encargan 
de la mutilación genital de sus propias hijas.  No me vayas ahora a 
justificar que son los hombres los que imponen tal bestialidad, que 
conozco muy de cerca a las mujeres nigerianas y te juro que no hay 
hombre que les pueda imponer nada).
Yo procuré  educar a mis hijas en un entorno neutro  para evitar lo que 
tú tanto reclamas y pronto me tiraron a la cabeza los camiones de 
juguete y los mecanos porque lo que ellas querían era vestirse de 
princesas.  Y es que, quieras o no, las mujeres y los hombres son 
distintos. No hay más que empezar por mirarnos para comprobarlo.  Viendo 
que el 'hardware' viene constituido para distintas tareas, sería idiota 
no pensar que ese hardware necesita un software específico para cada 
género. Explicándolo en cristiano; si yo fuese a quedarme embarazado y 
luego amamantar a mis crías, necesitaría desprenderme de mi afición a 
los deportes de riesgo, de mi tendencia a explorar  la luna y a 
abandonar mis vicios de  jugar a los marcianos;  de dejar de estudiar la 
trompeta y dedicarme a cambiar pañales;  necesitaría incorporar más 
habilidades sociales, volverme más conservador y alejarme de los riesgos 
innecesarios. Sólo así, convirtiéndome en 'otra cosa',  contribuiría a 
sacar a la especie adelante.
En resumen: las mujeres y los hombres somos diferentes  no sólo en 
físico sino en comportamiento, actitudes y aptitudes y habilidades para 
la vida.   Pero, por lo que se ve, la dificultad empieza en aceptar esas 
diferencias, querer convertirlas en rivalidad en lugar de oportunidades 
de colaboración, y aprender que no son un defecto sino unas 
características que haríamos bien en saber gestionar.
¿Quieres liberar a la mujer? muy bien, pero empieza por dejar de 
considerar a todos los hombres como enemigos.   Acabamos de ver en esta 
lista a un par de iluminadas (acompañadas al fondo por el corifeo 
correspondiente)  que empiezan el primer párrafo, inundadas de 
prejuicios, con "paso de discutir con la caspa" o llamar 'temas manidos 
y rancios' a asuntos  que nunca se habían discutido bastante porque 
dejarlos sin tratar nos perjudican a todos. Tú acabas de atribuir a 
Claudio prejuicios por haber citado temas que, lo quieras o no, 
constituyen injusticias para hombres que han tenido la desgracia de 
toparse con leyes descaradamente discriminatorias en favor de la mujer. 
En España (y esto lo ha vivido en su propia carne uno de mis amigos) hay 
un lobby -parece que poderoso-   de mujeres juristas empeñadas en buscar 
cualquier resquicio por el que incriminar al hombre en casos de duda y 
eso no aparece claramente en la prensa, quizás porque es impopular 
referirse a ello. Así que está bien 'liberar a la mujer' pero 
liberémonos todos, por favor.
Aquí,  se han referido a la violación de una muchacha de dieciocho años 
por cinco individuos  para argumentar en contra de lo que aquí 
hablábamos. Viendo la mala intención de esa cita y la distorsión 
argumental pretendida  al introducir un tema  al que aquí nadie se había 
referido y en que todos estaríamos de acuerdo,   por mí queda 
descalificada esa persona hasta la eternidad para discutir conmigo.

[Mariam]
Yo no había hablado expresamente de heteronormatividad hasta ahora, que 
has sacado el tema, yo hablaba de patriarcado.

[Mercader]
Entiendo que hay una relación  inevitable entre los dos conceptos, ya 
que  siempre leo el término 'patriarcado' con connotaciones peyorativas. 
Mira: los múltiples intentos, a lo largo de la Historia, de generar 
nuevas fórmulas de convivencia humana basadas en la igualdad y la 
simetría de sus componentes, han fallado más pronto o más tarde por la 
aparición de alguien que terminaba asumiendo el papel de líder (o grupos 
que formaban castas)  y no siempre por su imposición, sino por la 
dejación del resto de miembros.  Es cierto que no se sabe gran cosa de 
cómo vivían nuestros ancestros pero  el mayor tamaño, fuerza, actitud  y 
disposición de los individuos masculinos pudo ser la primera causa de la 
división de roles. Y no pararía en todo el día de citarte casos que he 
conocido de mujeres contentas con su rol de 'mantenidas' y quejándose de 
que alguien no les haya  cedido el paso ante una puerta.  Por tanto, a 
lo que yo me resisto es a creer que la heteronormatividad sea una norma 
consciente  impuesta por la sociedad opresora; más bien creo que es un 
esquema inconsciente  que todos, hombres y mujeres, desde el 
pragmatismo, la comodidad, la dejación, la desidia  y la experiencia 
diaria, hemos contribuido a generar. Si te refieres a liberar a la 
mujer,  intenta recordar esto; que la liberación estilo Beatriz Gimeno 
os perjudica más que os ayuda.

También es cierto que yo me estoy refiriendo todo el rato a la fórmula 
binaria  de géneros porque es la que conozco mejor y puede que tú estés 
hablando desde otro punto de vista.
Saludos. 


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