[escepticos] OT - Me vais a permitir la debilidad ...

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Mie Mar 26 23:11:44 WET 2014


[image: el país]

   Armando López Salinas, escritor y penúltimo profesional de la revolución
El escritor, responsable del sector de intelectuales del PCE en la
clandestinidad, dirigió desde Madrid la redacción de Radio España
Independiente
 Rafael Fraguas 25 MAR 2014 - 20:32
CET1<http://politica.elpais.com/politica/2014/03/25/actualidad/1395775937_497491.html#bloque_comentarios>


Armando López Salinas, a la izquierda, entrega la documentación del PCE en
la sede de Gobernación en febrero de 1977. / JOAQUÍN AMESTOY
 Armando López Salinas, histórico dirigente comunista, ha fallecido este
mediodía en Madrid a punto de cumplir 90 años. López Salinas nació en
Madrid en 1925, en el seno de una familia de origen galaico. Su padre fue
un anarquista amigo de Buenaventura Durruti que, en más de una ocasión,
tuvo al pequeño varón Armando en su regazo. Armando despertó a la mocedad
en Madrid, ya en la posguerra de los perdedores. "Crucé aquellos años",
explicaba "vinculado a las partidas de muchachos y muchachas que, provistos
de botes de pintura y gruesas brochas, desafiábamos a los falangistas
armados y a la entonces rabiosa policía franquista embadurnando muros de
Madrid con lemas como "¡Abajo el fascismo!¡Viva la libertad! ¡Pan y
derechos!".

La entrada en la literatura española de López Salinas surgió desde el
potente crédito narrativo del realismo social, al cabo de la década de 1950
y preludiaba, por la calidad de su escritura, una prometedora carrera
literaria según los críticos que ponderaron -y ponderan aún hoy- el valor
de su exigua obra: *La Mina,* que data de 1959; *Caminando por Las
Hurdes,*escrita un año después con Antonio Ferres; la novela *Año
tras año,* que obtuvo el Premio Machado en 1962; *Por el río abajo*, en
colaboración con Alfonso Grosso, editada en 1966; *Viaje al país gallego*,
junto con Javier Alfaya; y *Crónica de un viaje y otros relatos*, de 2007

Sin embargo, López Salinas antepondría a sus intereses personales como
escritor "la necesidad previa de emancipar a la clase trabajadora de la
explotación y de la dictadura", según sus palabras. Abandonó el anarquismo
de raigambre familiar e ingresó en el Partido Comunista de España. Pronto
optaría por convertirse en un revolucionario profesional, a la manera de
los históricos dirigentes bolcheviques.

Con un puñado de colaboradores, vertebró durante años desde Madrid la
redacción de la clandestina Radio España Independiente, conocida también
como *La Pirenaica,* cuyos ecos llegaban a muchos hogares españoles. Y ello
pese a haber dispuesto el dictador la instalación de potentes antenas para
interferirla en áticos de edificios como el llamado *Titanic,* en la
madrileña avenida de la Reina Victoria, entre otros prominentes enclaves
madrileños, según el mismo López Salinas revelara. Con la ayuda de Andrés
Sorel, Alfonso Grosso, Albalate, Antonio Ferres, Juan García Hortelano y
pocos más, López Salinas hacía llegar a diario a la emisora instalada en
Bucarest y dirigida por Ramón Mendezona, las noticias que el aparato
comunista clandestino cosechaba en fábricas, cuarteles, oficinas públicas,
empresas, ayuntamientos, iglesias, obras o tajos mediante una red de
informadores comunistas de ambos sexos, cuyo proceder contribuyó al
desenmascaramiento de la política antiobrera franquista, al fomento del
criticismo y a la toma conciencia popular que el PCE opuso al régimen.
Decenas de veces sería detenido, otras juzgado, otras más, encarcelado y,
desde siempre, estrechamente vigilado en su austero domicilio cerca de
Quintana. López Salinas, como Jorge Semprún, y los abogados laboralistas
María Luisa Suárez y Manuel López, fue elegido miembro del Comité Central
en el VII Congreso del PCE y posteriormente, del Comité Ejecutivo y del
Secretariado.

Desde 1959, fue responsable del *aparato* comunista destinado a los
intelectuales. Por el territorio ideo-político que le fue encomendado
dirigir cruzaron gentes de la pluma y el pensamiento, también militantes
comunistas casi todos, como Juan García Hortelano; el poeta Jesús López
Pacheco; Manuel Vázquez Montalbán; Francisco Fernández Santos; Luis Martín
Santos; Pepe Ortega; Antonio Ferres; Alfonso Grosso; Julio Diamante; Javier
Pradera; José Luis Herreros; Fernando López Agudín; Manuel Pizán; Ángel
Cruz; José Antonio Gabriel y Galán; Javier Alfaya; Rodrigo Vázquez Prada;
Fernando Castelló y tantos otros y otras, elenco imprescindible para
derrotar al franquismo en la batalla de las ideas, mediante la conquista
del sentido común de la calle para el antifranquismo y en el laborioso
-pero inexorable- tránsito de la culpa desde el área de los vencidos hasta
el bando de los vencedores de la Guerra Civil.

Subdirector de *Mundo Obrero,* durante la Transición a la democracia, aún
en clandestinidad, López Salinas fue también el principal interlocutor del
PCE en Madrid y quien llevó, además, las delicadas conversaciones con el
Ejército en Madrid en torno a la legalización del PCE, a la que la cúpula
militar se oponía frontalmente. Contaba una anécdota según la cual, cuando
fue legalizado el PCE el Sábado Santo de 1977, conversó con un coronel del
Servicio de Información Militar para exigirle seguridad a los militantes de
la izquierda en España frente a una eventual matanza procedente de los
sectores ultras del Ejército. "No se preocupe", indicaba López Salinas que
le respondió el uniformado, "solo tienen munición para tres días". "Y en
esos tres días, ¿qué puede sucedernos?" replicó el dirigente comunista.
"Entonces", narraba López Salinas, "con una sonrisa sarcástica, el coronel
guardó silencio". De igual modo, junto con otros líderes de su partido, se
hizo cargo de la organización comunista durante el intento de golpe de
Estado del 23 de febrero de 1981. Abanderado de la denominada "Alianza de
las fuerzas del Trabajo y de la Cultura", López Salinas incluiría esta meta
entre los componentes del Movimiento de los Indignados del 15-M, donde él
pergeñaba ubicar la política transformadora y revolucionaria, en clave
comunista, en la que siempre creyó.

Fumador empedernido, conversador apasionado, conocedor de los distintos
escenarios sociales y políticos y de sus interacciones, hombre culto y tan
afectuoso como rígido en su compromiso militante, una reciente tumoración
en el cerebro le ha hecho permanecer los últimos meses de su vida sentado
en una butaca. Sin embargo, aún intentaba, con dificultad, alertar a
quienes lo visitaban sobre de la necesidad de conjurar el peligro de una
Tercera Guerra Mundial a propósito de la situación en Ucrania y Crimea, a
su juicio "alentada por la política irresponsable de Washington". En un
poema de Gabriel Celaya dedicado a López Salinas, cabe leer: "por eso digo
Armando, como quien dice amigo".

López Salinas estuvo casado con Teresa Balduque, fallecida hace unos años,
y tenía dos hijos, María Victoria y Carlos. Los restos de López Salinas
permanecen en el tanatorio de la M-30 y mañana serán incinerados en el
cementerio de la Almudena (Madrid), a las tres de la tarde.




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