[escepticos] Les cortan la cabeza y conservan sus recuerdos

David davidrev en gmail.com
Vie Ago 2 16:12:36 WEST 2013


El 02/08/2013 16:37, Jose Luis VM escribió:
>
> Entonces no lo entendí tu planteamiento, lo siento. 

Intento simplificar la expresión:
Objetivamente tienes razón. Pero la cuestión no se plantea de manera 
objetiva sino directamente subjetiva. El dilema de si viajar o no se 
ofrece a ti. La conciencia será una ilusión pero entonces no le 
preguntes a la ilusión si le importa irse a la mierda, porque aunque sea 
ilusión la conciencia suele decirte que salves el culo.

De ahí mi ejemplo de volatilizar al pobre Pedro (bueno, se lo merece por 
iniciar este hilo...): Para mi no hay diferencia si Pedro viaja a Titán 
según este sistema: seguiré tratando con él. Para él significa la 
muerte. Si me lo planteas a mi respecto a Pedro te diré que bueno, si él 
quiere... Si me lo dices a mi te digo que nanay.

Si el dilema se hubiera planteado de otra manera, la respuesta habría 
sido un si rotundo. Por ejemplo, te dicen que viene "un sujeto" a 
visitarte, digamos alguien muy cercano que conoces a la perfección. En 
su lugar envían a una copia perfecta de esa persona. ¿Habría alguna 
manera en que te dieras cuenta de que dicho sujeto no es el original? 
Respuesta de un dualista: si, porque "algo se escapa a lo material" que 
la copia no tendría. Claro está, no pienso nada semejante: si la copia 
es perfecta nadie se enteraría.

Pero pretender que el sujeto de la copia sea yo es muy diferente, es un 
llamamiento a mi percepción como consciencia.
Stalisnav Lem tiene un cuento delicioso sobre el tema. En uno de sus 
viajes visita un planeta sacudido periódicamente por enormes meteoritos 
que asolan las ciudades. Ha florecido una cultura de la copia: todo lo 
que se destruye periódicamente es inmediatamente reconstruido, y siguen 
su vida como si nada.
Cuando está viendo el teatro, de repente nota como si estuviera dentro 
de una caja; se apartan las maderas y se vuelve a encontrar en el 
teatro, con los trabajadores afanándose a su alrededor. Cuando acaba la 
obra decide irse rápidamente de ese lugar.


Seguramente me he expresado incluso peor.

Una circustancia que nadie ha planteado y que creo señala el defecto de 
vuestra argumentación: siempre hablas de una copia perfecta de tí. 
¿Perfecta hasta qué punto? ¿Dónde está el límite a la sincronía total 
con tu copia para que te resulte un método de viaje aceptable? Bueno, si 
que se ha tocado: en la referencia cinematográfica, pero nadie quiso 
darse una vuelta, por ahí.








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