[escepticos] El Sr. Draghi, el euro, el BCE y el Bundesbank

Oldno7 (Guillermo Hernandez) guillermo en QuerySoft.es
Vie Ago 3 11:26:48 WEST 2012


Pues ya me empieza a mi a sonar que va a ser eso: que el BCE no es un 
banco central.
Porque es lo mismo que dicen desde varios sitios cabezas mejor 
amuebladas que la mia, y, encima, porque me suena aplastantemente 
sensato. Y sin tirar de conspiraciones ni contubernios, solo de chapuzas 
apresuradas, intereses bastardos y propiedades emergentes.


http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/08/03/el-sr-draghi-el-euro-el-bce-y-el-bundesbank/

Subrayo:

"*/El Banco Central Europeo no es un banco central/*

Ahora bien, el problema mayor del BCE es que no era ni es un Banco 
Central. Un Banco Central digno de su nombre imprime dinero y compra la 
deuda pública de su Estado, regulando así los intereses de su deuda. 
Cuando tales intereses suben, el Banco Central compra deuda pública de 
su propio Estado y los intereses bajan. Con ello, el Banco Central 
protege a los Estados frente a la especulación de los mercados 
financieros con su deuda.

Pero el Banco Central Europeo no hace esto. Imprime dinero pero no 
compra deuda pública de los Estados, consecuencia de ello es que la 
deuda pública  de los Estados está sujeta a la especulación de los 
mercados financieros. Ello explica que todos los Estados de la Eurozona 
sean muy vulnerables a tal especulación, pues no tienen un Banco Central 
que les proteja. Es cierto que el BCE ha comprado deuda pública de 
algunos de estos Estados (a pesar del mandato que tiene de no hacerlo) 
cuando la situación ha alcanzado un nivel intolerable en algún país. 
Pero lo hace casi clandestinamente y muy a regañadientes, y en 
cantidades muy insuficientes. Y los mercados financieros son conscientes 
de ello. No hace, pues, lo que debe hacer un Banco Central, que es 
indicar a los mercados financieros que actuará con contundencia cada vez 
que se inicie un ataque de especulación, no permitiendo que éste tenga 
lugar. El grado de desprotección que un país puede alcanzar aparece 
claramente ahora en el caso de España. A pesar del enorme ascenso de la 
prima de riesgo, el Estado español no puede hacer nada (repito nada) 
para protegerse de tal ataque. El argumento de que hay que reducir el 
déficit público para recuperar la confianza de los mercados y dejar que 
éstos especulen es frívolo en extremo. El que marca los intereses de la 
deuda pública es el Banco Central, no los mercados financieros. Y el 
hecho que la prima de riesgo sea tan elevada en España se debe a que el 
BCE no ha comprado deuda pública desde hace ya casi 5 meses.

*/¿Qué hace, pues, el mal llamado Banco Central Europeo?/*

El BCE, en lugar de prestar dinero al Estado, ha prestado dinero a los 
bancos privados, a unos intereses bajísimos (menos de un 1%), y con este 
dinero, estos bancos compran deuda pública a unos intereses 
elevadísimos, de un 6 ò un 7% (como es el caso italiano y español). Es 
el negocio más redondo del año. Esta situación se justifica con el 
argumento de que tales préstamos a la banca privada garantizan la 
efectividad del sistema financiero y la oferta de crédito, aún cuando la 
evidencia de que tales préstamos repercutan en una mayor disponibilidad 
de crédito es muy limitada. El crédito, por lo general, no aparece ni se 
le espera. El BCE ya ha prestado casi 500.000 millones de euros desde 
diciembre de 2011 a la banca española e italiana, sin que el crédito 
aumentara a las familias o a las pequeñas y medianas empresas. La 
evidencia de esta realidad es robusta y convincente.

En este sistema financiero europeo, la banca alemana es la dominante y 
ello, no solo por diseño de los fundadores del euro, sino también por la 
enorme acumulación de capital financiero resultado de otro diseño 
político, consecuencia de una serie de decisiones tomadas por los 
sucesivos gobiernos alemanes. El gobierno Schröder tomó una serie de 
medidas, continuadas por los gobiernos Merkel, que potenciaron el sector 
exportador a costa de la demanda doméstica. En un enfrentamiento entre 
el canciller Schröder y su Ministro de Finanzas, Oskar Lafontaine, este 
último quería que la demanda doméstica fuera el motor de la economía 
alemana (y por ende, de la economía europea), para lo cual proponía una 
subida de salarios y aumento del gasto público, denunciando que el 
crecimiento de la productividad estaba beneficiando más al capital que 
al mundo del trabajo. El canciller Schröder, sin embargo, se opuso a 
esta estrategia, favoreciendo, en cambio, que el sector exportador fuera 
el motor de la economía, propuesta que el sector empresarial y 
financiero apoyó y que se impuso, facilitando la acumulación de capital 
a costa de mantener una escasa demanda doméstica. Ello generó una enorme 
concentración de euros en el sistema financiero que, en lugar de mejorar 
los salarios de los trabajadores alemanes (como Oskar Lafontaine 
deseaba) compró deuda privada y pública en los países donde había una 
mayor rentabilidad de aquella inversión financiera, que era precisamente 
en los países periféricos de la Eurozona, incluyendo España. El origen 
de la burbuja inmobiliaria en España es precisamente el flujo de capital 
financiero del centro, incluyendo Alemania, a la periferia, flujo que 
fue facilitado también por la escasa capacidad adquisitiva de la 
población española (resultado de la disminución de las rentas del 
trabajo durante los últimos quince años) y consiguiente necesidad de 
endeudamiento."



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