[escepticos] Como la vida misma...

Inés Toledo inesucu en gmail.com
Jue Mar 27 21:23:29 WET 2008


 "descreid@ ##" <descreidoas en gmail.com>

>
> Apología ya desde pequeños.
>
> Me cuenta mi hija que hablando con una compi suya del cole (hablamos de
> colegio público, no religioso, aunque parezca irrelevante), no se porqué
> extraña razón sale el tema religioso (son 11 años escasos).
>
> Mi hija comenta con naturalidad que no está bautizada ni ha tomado la
> comunión, y según dice, su compi muy alarmada y sorprendida le dice que
> irá
> al infierno y que dios la castigará, a lo que en su "ignorancia" contesta
> mi
> hija, ante la insistencia de porqués, que "nosotros  no somos religiosos y
>   que ella no cree en dios". A partir de ahí el tema fue in crescendo,
> hablaron de creacionismo, de evolucionismo, de ateísmo y de castigo
> divino.
>
> Según parece, las argumentaciones infantiles de la compi eran las
> habituales, falacias  de tipo circular, de principio, de pensamiento
> deseoso, etc., reflejo de sus progenitores supongo, o del estado
> supuestamente laico en el que vivimos (pobrecita, ella no tiene culpa) del
> tipo dios existe porque el mundo no se iba a crear solo, la fe en su
> existencia, porque todo el mundo cree, porque "es así"...
>
> Dentro de sus limitaciones, me contaba, mi hija intentaba explicar el big
> bang (aysss estos niños) y la evolución, a su nivel claro. La cuestión es
> que llegó muy frustrada e impotente porque no supo explicar su  posición y
> siempre le daban otro argumento que  la dejaba sin respuestas.



Aunque dios (je) me libre de dar consejos, siempre se puede decir que ella
no tiene por qué dar explicaciones, que si la otra niña afirma que existe
"algo más", debería ser ella la que de pruebas convincentes de la existencia
de "algo más". A mí, una vez, un alumno se me puso muy pesado preguntándome
si creía en dios... de aquella yo no trabajaba en una institución religiosa,
y salí con el espagueti volador, dando la vuelta a todo lo que él me decía,
y siendo igual de machacona que él. Sobre todo, para no perder tiempo de
clase, porque enseguida me daba por imposible.

Tu niña tampoco debería sentir la presión de explicar su postura a nadie.

Y lo que realmente me parece gordo es que se meta la madre de la otra niña
por en medio.

Cuando yo era niña, hubo un tiempo en que traté de convertir al catolicismo
a mis padres. Jaleada por monjas y curas, que me convencieron que yo podía
ser quien llevara la luz a mi hogar. Claro que un "estoy harta de hablar de
esto, déjame de una vez en paz y no te pongas pesada" de mi madre, más una
actitud expeditiva consistente en no hacerme ni caso, me quitaron las ganas
de volver a intentarlo.

Como yo rehuyo cierto tipo de conversaciones, a no ser que vea que hay
francas posibilidades de que salga algo fructífero de enfrentar mis
convencimientos con los de otra persona, es muy probable que aconsejara lo
mismo que yo hago: responder con una barbaridad del tipo pastafari. Y añadir
que mi religión me prohibe hablar de religión.

Claro que la ironía no es algo que deba fomentarse en una niña de once años.
Lo que supongo que debe quedarlo claro es que tiene todo el derecho a que le
dejen en paz, que no es ella la que debe explicar por qué no se cree cosas
imaginarias.

Aunque, por tu mensaje, ya veo que os lo tomáis con humor. Que es lo mejor.

-- 
Inés

http://blogdeinestoledo.blogspot.com/




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