[escepticos] Éramos pocos...

Javier Armentia javarm en terra.es
Mar Ene 8 23:59:57 WET 2008


Quizá conviene recordar este artículo del filósofo Peter Singer que 
apareció traducido en Clarin.com
http://www.clarin.com/suplementos/zona/2006/02/05/z-03701.htm
"¿Cuánto pesa la religión de cada uno en las decisiones éticas? "
Se puede demostrar que estamos dotados de una facultad moral que guía 
nuestros juicios intuitivos sobre el bien y el mal, con prescindencia de 
las creencias religiosas.

Peter Singer. PROFESOR DE BIOETICA, UNIVERSIDAD DE PRINCETON

Es necesaria la religión para la moralidad? Muchas personas consideran 
escandaloso, blasfemo incluso, negar el origen divino de la moralidad. O 
bien un ser divino creó nuestro sentido moral o bien lo adquirimos a 
partir de las enseñanzas de la religión organizada.

En cualquiera de los dos casos, necesitamos la religión para poner coto 
a los vicios de la naturaleza. Parafraseando a Katherine Hepburn en la 
película "La reina africana", la religión nos permite elevarnos por 
encima de la perversa madre naturaleza, al brindarnos una moral.

Sin embargo, abundan los problemas que se les plantean a los que opinan 
que la moralidad procede de Dios. Uno es el de que no podemos decir 
simultáneamente, sin caer en la tautología, que Dios es bueno y que nos 
dio la capacidad para discernir entre el bien y el mal, pues en ese caso 
lo único que decimos es que Dios cumple sus normas.

Un segundo problema es el de que no hay principios morales que compartan 
todas las personas religiosas, independientemente de sus creencias 
concretas, pero no los agnósticos y los ateos. De hecho, los ateos y los 
agnósticos no actúan menos moralmente que los creyentes religiosos, aun 
cuando sus actos virtuosos se basen en principios diferentes.

Con frecuencia los no creyentes tienen un discernimiento tan intenso y 
correcto del bien y del mal como cualquiera y han trabajado, por 
ejemplo, en pro de la abolición de la esclavitud y han contribuido a 
otros esfuerzos para aliviar el sufrimiento humano.

Lo opuesto también es cierto. La religión ha incitado a personas a la 
comisión de una larga letanía de crímenes horrendos: desde el mandato de 
Dios a Moisés hasta la matanza de midianitas —hombres, mujeres, 
muchachos y muchachas no vírgenes— pasando por las Cruzadas, la 
Inquisición, los innumerables conflictos entre musulmanes suníes y 
chiíes y quienes cometen atentados suicidas con bombas, convencidos de 
que el martirio los conducirá al Paraíso.

La tercera dificultad para los que opinan que la raíz de la moralidad es 
la religión es la de que algunos de sus elementos parecen universales, 
pese a las profundas diferencias doctrinales entre las más importantes 
religiones del mundo. De hecho, esos elementos se dan incluso en 
culturas como la de China, en la que la religión es menos importante que 
las concepciones filosóficas, como la de Confucio.

Tal vez un creador divino nos brindara esos elementos universales en el 
momento de la creación, pero una explicación diferente y coherente con 
los datos de la biología y la geología es la de que a lo largo de 
millones de años hemos obtenido mediante la evolución una facultad moral 
que infunde intuiciones sobre el bien y el mal.

Por primera vez, las investigaciones en materia de ciencias del 
conocimiento, partiendo de argumentos teóricos procedentes de la 
filosofía moral, han permitido resolver la antigua controversia sobre el 
origen y la naturaleza de la moralidad.

Examine el lector los tres casos hipotéticos siguientes. En cada uno de 
ellos, rellene el espacio en blanco con "obligatorio", "permisible" o 
"prohibido".

# Un vagón de carga descontrolado está a punto de atropellar a cinco 
personas que caminan por la vía. Un trabajador ferroviario está junto a 
un cambio de vías que puede desviar el vagón a otra vía, en la que 
matará a una persona, pero las otras cinco sobrevivirán. Accionar el 
cambio de vías es...

# Pasa usted junto a una niña pequeña que está ahogándose en un estanque 
poco profundo y es usted la única persona en los alrededores. Si saca a 
la niña, ésta sobrevivirá y sus pantalones se estropearán. Sacar a la 
niña es...

# Cinco personas acaban de ser llevadas a toda prisa al hospital en 
estado crítico y cada uno de ellos necesita un órgano para sobrevivir. 
No hay tiempo suficiente para pedir órganos de fuera del hospital, pero 
hay una persona sana en la sala de espera. Si el cirujano obtiene los 
cinco órganos de esa persona, ésta morirá, pero las cinco que están en 
estado crítico sobrevivirán. Obtener los órganos de la persona sana 
es(tá)...

Si el lector ha considerado el caso 1 permisible, el caso 2 obligatorio 
y el caso 3 prohibido, ha hecho lo mismo que las 1.500 personas del 
mundo entero que respondieron a esos dilemas planteados en nuestros 
tests sobre el sentido moral que figuran en una página web 
(http://moral.wjh.harvard.edu/). Si la moralidad es palabra de Dios, los 
ateos deberían juzgar esos casos de forma diferente a la de las personas 
religiosas y sus respuestas deberían deberse a justificaciones diferentes.

Por ejemplo, como los ateos carecen supuestamente de una brújula moral, 
deberían guiarse por el puro y simple interés personal y pasar de largo 
ante la niña que está ahogándose, pero no había diferencias estadísticas 
significativas entre los sujetos con una formación religiosa y los 
carentes de ella, pues el 90 por ciento, aproximadamente, dijeron que es 
permisible accionar el cambio de vías, el 97 por ciento que es 
obligatorio rescatar a la niña y el 97 por ciento que está prohibido 
obtener los órganos de la persona sana.

Cuando se les pide que justifiquen por qué algunos casos son permisibles 
y otros están prohibidos, los sujetos no saben hacerlo u ofrecen 
explicaciones que no dan cuenta de las diferencias pertinentes. Es 
importante que entre los que tienen una formación religiosa haya tantos 
que no responden o dan explicaciones incoherentes como entre los ateos.

Esos estudios dan soporte empírico a la idea de que, como otras 
facultades psicológicas de la mente, incluidos el lenguaje y las 
matemáticas, estamos dotados de una facultad moral que guía nuestros 
juicios intuitivos sobre el bien y el mal. Esas intuiciones reflejan el 
resultado de millones de años en los que nuestros antecesores vivieron 
como mamíferos sociales y forman parte de nuestro patrimonio común.

Nuestras intuiciones resultantes de la evolución no nos brindan 
necesariamente las respuestas correctas o coherentes para los dilemas 
morales. Lo que fue bueno para nuestros antepasados puede no serlo hoy, 
pero las apreciaciones sobre el paisaje moral en transformación, en el 
que cuestiones como las de los derechos de los animales, el aborto, la 
eutanasia y la ayuda internacional han pasado a primer plano, no 
procedían de la religión, sino de la reflexión profunda sobre la 
humanidad y lo que consideramos una vida apropiada.

A ese respecto, es importante que conozcamos el conjunto universal de 
intuiciones morales para que podamos reflexionar sobre ellas y, si así 
lo decidimos, no respetarlas. Podemos hacerlo sin blasfemar, porque es 
nuestra propia naturaleza, no la de Dios, la que es el origen de la 
moralidad.



La columna fue escrita en colaboración con Marc Hauser, profesor de 
Psicología y director del Laboratorio de Neurociencias del Conocimiento 
de los Primates de la Universidad de Harvard.

Copyright Clarín y Project Syndicate, 2006.



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