[escepticos] Re: plataforma tercera cultura

david en puntoque.net david en puntoque.net
Mie Dic 3 08:33:53 WET 2008


Lamento no disponer del link, recuerdo el aviso del moderador pero es que lo 
perdí. En todo caso es del auto de Garzón, muy posiblemente ande por la red. 
ESTO es genocido: Hacer lo que se narra aquí metódicamente. Lo siento, 
Miguel, pero se hace referencia a la colaboración de la iglesia en los 
hechos Si alguien quiere poner la objeción de la razi griega "geno" al 
término, que lea la descripción antes:





DÉCIMO.- La Ley de 4 de diciembre de 1941 y el Decreto de
1940 mencionados, bajo la aparente cobertura de solucionar un
problema de gran trascendida del de los niños cuyos padres estaban en
prisión, desaparecidos, muertos, clandestinos o en el exilio, realmente
lo que introdujo fue un sistema arbitrario de asignación de identidades,
filiación e inscripción de miles de niños que, presuntamente,
transformó en un hecho consumado la desaparición de los afectados
en relación con sus familias de origen.
En medio de ese entramado burocrático creado con la aparente
intención mencionada, se dieron casos de alteración de datos de
nacimiento para impedir que los padres, obtenida la libertad o
reintegrados a la vida civil, recuperaran a sus hijos, perjudicando así
las adopciones consumadas.
En la Casa Cuna Provincial de Sevilla consta una carta del
capellán de la institución, Juan A. Gordio, en la que daba
instrucciones a los nuevos padres sobre cómo debían alterar los datos
para que no hubiera lugar a reclamaciones: " Mis queridos amigos:
cuando la superiora hacía unas horas me había entregado esos
papeles fue cuando la madre de la niña se presentó en la Diputación
a decir que aquí no le daban razón de una niña que en tal fecha ella
echó. Al ver esto y prever que les podían hacer pasar a Vds. Un mal
rato, decidí no hablar ni tocar el asunto en la Diputación hasta que
no estuviera alejada la idea de esta mujer, y cuando Vds. Fueran ni
se acordaran que tal mujer había ido a reclamar nada. Y así ha
ocurrido, pues ya ni la superiora de aquí ni en la Diputación se
acuerdan de nada: yo he ido a explorar el terreno y no me han dicho
ni una palabra, sino que todo bien y que podéis prohijarla cuando
queráis. Y ahora buscando entre los papeles de mi archivo los
encuentro y se los envío para que hagáis lo siguiente. El papel ese
grande lo tenéis que rellenar entre Vds., el alcalde y el párroco y
debidamente firmado lo traen Vds. cualquier día en la Diputación.
Si por casualidad os preguntara Serrano, que cómo habéis tardado
tanto en ir, Uds. le decís solamente" que Miguel había estado
enfermo y esperabais, como es natural, a que el esposo se pusiera
bien". No digan ni una palabra más ni una menos, sino a todo que
sí [.] si queréis que la niña no aparezca con vestigio ninguno de la
cuna, luego que arregléis lo del notario vais al Palacio Arzobispal
con los documentos de la prohijación de la Diputación y con la
prohijación notarial, y allí en la vicaría del Arzobispado le arreglan
el asunto de manera que mandan un oficio a la Casa Cuna para que
se inutilice la partida del bautismo de la niña, y otro oficio a la
parroquia que Vds. quieran para que pongan una Fe de Bautismo
como si la niña se hubiese bautizado en aquella Iglesia".
Otro de los sistemas fue el de la apropiación en el momento del
parto. «Lo llevaron a bautizar y no me lo devolvieron. Por ejemplo,
esta mañana nació el niño y fueron por él para bautizarlo, pero el
niño ya no volvió pa´ mi. Ya no volví a ver más. Yo no sé quién lo
llevó. Era duro de buscar. Yo reclamaba el niño, y que estaba tal y
que estaba cual, que si estaba malo, que si no estaba.Aquel niño
no lo volví a ver. No. ¿Cuántos llevaron más que al mío?. Para eso
no hacían falta permisos. Si por ejemplo tu estás pariendo, viene un
matrimonio que no tiene hijos y quiere reconocerlo, te lo quitan y lo
llevan y nada más» (Testimonio de Emilia Girón, 12 de marzo de
2001, citada en Irredentas, pg. 85).
Se dieron asimismo muchos casos de embarazadas, en múltiples
ocasiones como consecuencia de violaciones después de su detención,
condenada a muerte a las que se mantenía con vida hasta el
alumbramiento e inmediatamente después eran ejecutados. Los hijos
eran entregados a centros religiosos o del Estado a pesar de que las
madres, antes de morir, se habían negado explícitamente a ello.
Destaca por su contundencia el relato que el sacerdote capuchino
Gumersindo de Estella, cuyo nombre civil fue Martín Zubeldia Inda
(fallecido en 1974), dejó escrito en su memoria, cuyo manuscrito
citado por Ricard Vinyes se halla en el Archivo de la Biblioteca
Hispano Capuchina, en la que recoge los hechos ocurridos en la cárcel
de El Torrero durante el tiempo (primeros años de la posguerra) que
ejerció como capellán de la misma, relacionados, entre otros aspectos,
con la sustracción de hijos de mujeres presas por religiosas, sin
autorización de las madres: Uno de los casos relatados se refería a tres
mujeres condenadas a muerte: «Las dos primeras tenían, en la cárcel,
en sus brazos, una criatura de un año de edad cada una o poco más.
Eran hijas suyas: "¿y qué van a hacer con las dos criaturas?,
pregunté. Me contestó alguien que ya habían sido llamadas dos
religiosas a la prisión para que las llevaran, pero la faena de
desgarradores: "Hija mía..¡ No me la quiten! ¡Me la quiero llevar
al otro mundo!" Otra exclamaba: "¡No quiero dejar a mi hija con
estos verdugos! Matadla conmigo, hija de mi alma..qué será de ti."
Y otras frases de ese estilo. Entretanto se había entablado una lucha
feroz: los guardias que intentaban arrancar a viva fuerza las
criaturas del pecho y brazos de sus pobres madres que defendían sus
tesoros a brazo partido [.] Puede suponer cualquiera cuál era mi
estado de ánimo al oír llorar a las criaturas que no querían salir de
los brazos de sus madres y que se espantaban al ver a los guardias
[.] Jamás pensé que hubiera tenido que presenciar escena
semejante en país civilizado."
En otra ocasión, al sugerir al juez que no podía mandar a
fusilar una joven embarazada, la respuesta fue contundente: "¡ Si
por cada mujer que se hubiese de ajusticiar se había de estar
esperando siete meses! Ya comprenderá usted que eso no es
posible.". »"



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