[escepticos] Ya tardaban los de elinmundo.es

Miguel Martínez Estremera mimartin en cepymearagon.es
Dom Ago 24 15:22:12 WEST 2008


El 24/08/2008, a las 15:10, Eloy Anguiano Rey escribió:

> El dom, 24-08-2008 a las 12:32 +0200, José Ángel Morente escribió:
>> Buenas,
>>
>> pues eso, que la culpa de todo al final siempre es del gobierno de  
>> ZP,
>> incluso del avión que se ha estrellado en Barajas:
>>
>> http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/24/espana/1219559490.html
>
>
> Ya verás como la camarilla sale diciendo que tienen razón.
>
> Juas.
> Menos mal que ya no los leo.
>

La camarilla no sé, pero es verdad que esa situación ya se denunció  
hace mucho. Y uno de los 2 inspectores del estado estuvo de baja por  
depresión. pero eso no es crítica al Gobierno de ZP, porque el PP no  
hizo nada sobre el particular, aún fue peor. Mantuvo a sólo 2  
ispectores, Aguado y Rossell, el resto son de las propias compañías...

Miguel A
El Inspector de vuelo Aguado denuncia a Aviación Civil por "acoso moral"
Fecha Lunes, 14 de Marzo del 2005 (12:39:54)
Tema Anuncios (Off-Topic)

El inspector de Operaciones en vuelo de la Dirección General de  
Aviación Civil (DGAC), Javier Aguado del Moral, presentó una demanda  
por "acoso moral" contra dos directivos de este organismo, a los que  
acusa de haberle "arrinconado" tras haber denunciado en repetidas  
ocasiones "irregularidades en la gestión". Aquí podrás leer estas dos  
informaciones y una entrevista a Javier Aguado.
Aguado, de baja laboral desde hace quince días por depresión,  
manifestó hoy a Efe que presentó esta demanda "de tutela de los  
Derechos Fundamentales" el pasado 4 de enero ante el Juzgado de lo  
social número 19 de Madrid y está previsto que el juicio se celebre  
el próximo 1 de abril, tras ser suspendida la vista del pasado  
viernes por enfermedad de su abogado defensor.
Las demandas están dirigidas contra Luis Rodríguez, subdirector  
general de Control de Transporte Aéreo de la DGAC y Victoriano  
Jiménez, jefe de servicio de Operaciones de vuelo.El inspector señaló  
que desde que fue expedientado por la DGAC en octubre de 2002 por su  
"posible actuación irregular" en la revisión de un avión de Iberia en  
el aeropuerto de Barajas, "sólo me han dado cinco trabajos de  
auxiliar administrativo".(...)

En los 22 años que Aguado lleva desarrollando su labor en la DGAC ha  
denunciado en varias ocasiones "el gran nivel de corrupción del  
organismo, con falsificación de documento público y tratos a favor de  
algunas compañías", hechos que puso en conocimiento del anterior  
presidente del Gobierno, José María Aznar, mediante carta.

Según su versión, "no se han querellado contra mí, porque saben que  
tengo pruebas documentales", y explicó que en la actualidad sólo hay  
dos inspectores en vuelo adscritos a la DGAC, uno de los cuales es  
él, y el resto son "contratados interinos entre el colectivo de  
pilotos jubilados de Iberia para que realicen la labor de control y  
revisión de los aparatos".

En otra ocasión, este inspector denunció los defectos en las  
reparaciones de las bodegas de determinados aviones Airbus de Iberia,  
lo que obligó a la compañía a repararlas en septiembre de 2002 y dejó  
en tierra hasta 60 aparatos.

A principios de los años 90, Aguado fue apartado del cuerpo de  
inspectores de vuelo por revelar las circunstancias que rodearon un  
accidente aéreo en Palma de Mallorca, pero los tribunales obligaron  
al Ministerio de Fomento a indemnizarlo y reincorporarlo a su puesto  
de trabajo.

Sobre la denuncia presentada por "acoso moral", Javier Aguado del  
Moral, piloto en varias compañías aéreas antes de ingresar "por  
oposición" en 1983 en la DGAC, manifestó a Efe que "sólo quiero  
realizar mi trabajo. Asegurarme de que los aviones vuelan con todas  
las garantías de seguridad, pero estoy a punto de tirar la toalla,  
porque mi salud comienza a deteriorarse".(...)

Su celo profesional le ha costado numerosas sanciones y hasta dos  
despidos que nunca fueron aceptadaos por los jueces, que consideraban  
que Aguado sólo cumplía con su trabajo.

Este viernes se celebraba un nuevo juicio por acoso moral de la DGAC  
contra Aguado, que lleva más de dos años sin ejercer su profesión,  
denigrado a labores de auxiliar administrativo y, ahora, de baja por  
depresión. Los dos demandados eran Luis Rodríguez, subdirector  
general de Control de Transporte Aéreo de la DGAC y Victoriano  
Jiménez, jefe de Servicio de Operaciones de Vuelo, ambos conocidos  
por mover los hilos de la DGAC, a expensas de quien ocupe el cargo de  
director en ese momento.

Pero el juicio no se celebró. Lo que aconteció en el juzgado de lo  
social número 19 de Madrid era, con todo respeto, más propio de una  
película de los hermanos Marx. No se celebró porque al abogado de  
Javier Aguado le dio un ataque al corazón. Mientras los implicados  
esperaban para que les notificaran el aplazamiento, el elenco de  
altos cargos de la DGAC e Iberia charlaban amistosamente en una sala  
del juzgado.

Iberia y la DGAC


¿Qué hacían ahí altos cargos de Iberia? ¿Testigos? No. Se trataba,  
por ejemplo, de José Bujía, actual director de gestión de la  
Producción de Iberia, que fue director general de Aviación Civil o  
Javier del Campo, ahora experto técnico pero en su día alto cargo de  
Iberia. Lo que explica la connivencia entre el organismo del Estado y  
la compañía privada, que se veía importunada en numerosas ocasiones  
por los informes negativos de Javier Aguado.

A la DGAC, que le conviene mantener eas estrecha relación con Iberia  
de la que ambos se benefician, no le gustaban nada los informes de  
Aguado, por lo que le acababan pagando su trabajo con sanciones y  
despidos.

Éste, a quien siempre le ha dado la razón el juez, contaba el viernes  
con el apoyo de su compañero de oficio José María Rossell, que  
testificaría en su favor. La DGAC, para quien trabajan ambos, había  
intentado persuadir a Rossell para que no declarara, pero tras los  
ruegos de Aguado, finalmente, accedió. Tan poco les gustó la idea,  
según cuenta el propio Aguado, que en el mismo juzgado la parte  
contraria, es decir, sus jefes, le ofrecieron un aumento de sueldo.  
Hecho que denunció inmediatamente ante el magistrado el propio Aguado.




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