[escepticos] desclasificación ovnis francesa en Gara..
Javier Armentia
javarm en terra.es
Mar Mayo 1 12:19:40 WEST 2007
La noticia:
http://www.gara.net/paperezkoa/20070501/15836/es/El/Estado/frances/desclasifica/1.600/supuestos/avistamientos/ovnis
Transcribo por si las moscas.
Saludos
javier armentia
..
GARA <http://www.gara.net/index.php> > Idatzia
<http://www.gara.net/paperezkoa/20070501/portada> > Eguneko gaiak
los platillos volantes vuelven a la actualidad
El Estado francés desclasifica 1.600 supuestos avistamientos de ovnis
Fenómenos aéreos anómalos. Así denominan los franceses a los populares
ovnis, sobre los que acaban de desclasificar los primeros de los 1.600
casos de supuestos avistamientos. Una cuarta parte de ellos, afirman los
responsables del organismo público que los ha investigado, se han
cerrado sin explicación. Los escépticos con lo que rodea a la ufología
responden que el fenómeno ovni no deja de ser sino un mito, cuando no,
cambiando el orden de las letras, un timo.
Joseba VIVANCO | GASTEIZ
Un enorme globo estratosférico de 400.000 m3 de volumen lanzado por la
Agencia Espacial Francesa y enviado sobre los Pirineos desde la base de
Aire-sur l'Adour (al sudeste de Las Landas) es confundido por un ovni
por cientos de franceses y andorranos. Es el 22 de abril de 2002.
«Quien sostenga que ha visto extraterrestres, ha hablado con ellos o
tiene confirmación de su existencia por medios desconocidos y se permita
ilustrarnos sobre sus rasgos físicos y su temperamento, como si de
perros o gatos se tratara, es un desvengonzado, un alucinado con afán
propagandista o un engañabobos acostumbrado a aprovecharse de los
necios». Es la tajante respuesta del doctor en Filosofía en la
Universidad de La Laguna Ricardo Campo, autor del libro ``Los ovnis,
¡vaya timo!'' (Ed. Laetoli, 2006). Precisamente, el pasado 16 de abril
impartió un curso en la universidad canaria bajo el título ``¿De verdad
viste un ovni?''.
Lo cierto es que en el Estado francés al menos han sido 1.600 los
avistamientos registrados desde 1954 por el Grupo de Estudios y de
Información de Fenómenos Aeroespaciales No Identificados (GEIPAN),
adscrito al Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES). Hace sólo
unos días, este organismo colgó en su página web los primeros 400 de los
100.000 documentos anunciados -entre ellos, reportes policiales,
bosquejos, fotos, mapas y vídeos- de algo más de millar y medio de
incidentes de los que, afirman sus responsables, en torno a un 25% no
han podido ser explicados.
Huelga decir que la página web quedó saturada de inmediato, y es que se
dijo que el Estado francés se convertía en el primero en el mundo en
desclasificar este tipo de archivos, aunque sería más correcto aclarar
que es el único estado del mundo en disponer en los últimos treinta años
de un organismo público para recopilar este tipo de sucesos. En otros
lugares, como en el Estado español o el caso más reciente de Chile, que
también sacó a la luz algunos `papeles secretos' , es el Ejército del
Aire el que archiva estos contenidos, como también lo hace EEUU.
Aunque el grupo francés no fue creado hasta la década de los setenta, el
primer informe del que se tiene constancia data de 1937. Seis mil
testimonios y tres mil interrogatorios policiales para una investigación
que, se matiza, ha contado con recursos limitados. «No hay que esperar
de nuestros archivos revelaciones, pero esperamos que sirvan a los
científicos y que el fenómeno de los ovnis se convertirá, por fin, en un
objeto de estudio como cualquier otro», se adelantó a decir el actual
responsable del GEIPAN, Jacques Petenet.
Algunos de ese millar largo de casos estudiados han sido desentrañados,
otros incluso desenmascarados, y los hay para los que no han dado
explicación. Incluso los hay como «el de la señora que informaba haber
visto un objeto parecido a un rollo de papel higiénico volando en el
cielo, que no tienen sentido investigar», matiza Petenet. Aclaración fue
la del objeto en llamas que dos granjeros vieron caer en un campo
cercano en 1985, y luego resultó ser una bomba nazi que estalló de forma
espontánea cuatro decenios después de ser lanzada.
Ricardo Campo explica que «el hombre de la calle, cualquiera, puede
confundir y malinterpretar estímulos luminosos no identificados con
fenómenos extraños, a los que sicológicamente se dota de características
y dinámica de la que carecen». Así, detalla cómo las causas más comunes
de equívocos son «estímulos astronómicos» como los planetas, estrellas y
meteoritos, y otros de origen tecnológico como aviones, globos sonda,
chatarra espacial, misiles, incluso curiosos efectos meteorológicos. ¿Y
los casos sin explicar? «Ocurre en todas las mediciones. Sin ir más
lejos, en los casos por asesinato o robo siempre quedan casos sin
explicar», responde este profesor. «Existen serias dificultades,
prácticamente insalvables, para que alguna inteligencia extraterrestre
se haya presentado en la Tierra a bordo de una nave interplanetaria»,
prosigue.
Quienes discrepan se agarran a casos como el desvelado en los documentos
franceses de un albañil jubilado que en 1981 aseguró haber visto posarse
cerca de su jardín una especie de platillo volante de unos 2,5 metros de
diámetro. Quienes acudieron a comprobar la denuncia se encontraron
restos de tierra que, según los laboratorios consultados, habían estado
sometidos a temperaturas de unos 600 grados y soportado un peso de unos
700 kilogramos. Además, la alfalfa que estaba cerca del lugar reveló que
sufría un debilitamiento del proceso de fotosíntesis que fue explicado
por haber estado expuesta a un campo eléctrico intenso.
«No tenemos la más mínima prueba de que los extraterrestres estén detrás
de los fenómenos inexplicables. Tampoco tenemos la más mínima prueba de
que no lo estén», defiende su puesto de trabajo el director del GEPAN.
Esta afirmación le recuerda al autor de ``Los ovnis, ¡vaya timo!'' su
discusión con un `convencido' del famoso caso Roswell, que le emplazaba
a que demostrara que no era cierto, cuando se supone que debiera ser al
revés.
En euskal herria
Euskal Herria tampoco ha sido una zona geográfica libre de supuestos
avistamientos ovnis, más allá de que conocidos defensores de la
presencia de platillos y seres extraterrestres como J.J.Benítez o Iker
Jiménez sean de origen vasco. El guipuzcoano Juan Carlos Victoriano,
autor de un blog en internet (misteriosdelaire.blogspot.com), recopiló
en su día los `sucesos' de los que se tenían referencia en Hego Euskal
Herria entre 1950 y 1990. En total, citaba 406 observaciones ovni,
repartidas en tres olas: 1950, 1968 y el periodo comprendido entre
1974-1980, años en los que destacó el gran número de noticias publicadas
al respecto en el desaparecido periódico ``La Gaceta del Norte''.
Este investigador reconocía en sus conclusiones que «después de revisar
todas las observaciones, algunas ya vienen con la solución. He podido
descubrir que el 91% de la casuística producida en la zona de estudio
tiene una explicación normal, en algunos casos prosaica. Queda un 9% (35
casos) sin explicar, de momento, sobre todo por la falta de datos
elementales». Y completaba su valoración con la siguiente frase: «Gran
parte de la casuística producida no resiste un análisis riguroso, serio
y objetivo, que como mínimo es necesario si se pretende demostrar que
existe algún fenómeno desconocido tras los ovni».
Prueba de lo anterior son casos como los ocurridos en la década de los
setenta y que alcanzaron gran difusión estatal e internacional «y que,
después de una investigación seria, fueron perfectamente explicados».
Por ejemplo, el caso de Mañeru (Nafarroa), el 18 de enero de 1976; la
observación en el barrio bilbaino de Zurbaran, en agosto de 1976, donde
una familia grabó el sonido de un ovni que luego resultó ser el canto de
un sapo partero; o los entonces famosos aterrizajes en la localidad de
Gallarta, registrados en febrero y marzo de 1977 y que se explicaron
como un fraude.
De cohetes y misiles
El primer incidente recogido en Euskal Herria sucedió el 26 de marzo de
1950 en el monte Aizkorri. Dos testigos vieron un objeto alargado y
brillante que descendió hasta el suelo y desapareció en una cueva
cercana. Investigaciones posteriores revelaron que se trató de una
broma. Un caso singular, detalla Juan Carlos Victorio en su estudio,
sucedió el 20 de febrero de 1960. Los testigos estaban situados en
distintos puntos alejados entre sí: Iruñea, Argiñariz, puerto de
Ibañeta, Luzaide, Quinto Real, Pasaia y varias localidades de Nafarroa
Beherea y Lapurdi. Hacia las 7:00 observaron una esfera con estela que
en pocos segundos atravesó el cielo de este a oeste. «Sin duda se trató
de un bólido o de chatarra espacial desintegrándose al entrar en la
atmósfera», aclara.
El 23 de febrero de 1971, otro fenómeno espectacular es observado en
numerosos puntos de la península cayendo, poco después, al mar cerca de
un barco pesquero a unas 24 millas al norte de Donostia. «Se trató del
cohete Tibere. Algunos autores sostienen todavía, a pesar de las
evidencias, que fue un ovni pero, a mi juicio, se basan en argumentos
poco convincentes», explica este investigador.
Otro caso llamativo ocurrió el 12 de junio de 1974, cuando la mayoría de
ciudades y pueblos vascos observaron la estela dejada en el cielo por un
misil balístico MSBS.
El ovni que era Júpiter
A partir de 1980, comenta el autor, las observaciones descendieron de
manera notoria, aunque se produjeron algunos casos que tuvieron bastante
eco en los medios de comunicación de la época. Por ejemplo, uno de ellos
es el que hace referencia al 24 de julio de 1981 y la fotografía de una
nube tomada en el pueblo de Agillo (Trebiñu), y que fue publicada como
la de un ovni.
Durante la noche del 11 de julio de 1985 «sucedió un curioso caso de
sugestión colectiva», en Gipuzkoa, donde miembros de la DYA, Cruz Roja,
policías municipales, radio, prensa y particulares se lanzaron en una
frenética persecución del planeta Júpiter que duró 5 horas. «Cuando se
movían, el ovni se movía; cuando se paraban, el ovni se inmovilizaba»,
apunta irónico este investigador. La explicación a ese rocambolesco
suceso es sencilla. Todo se generó después de que una persona llamara a
un diario donostiarra para avisar: «Aunque lo parezca no le estoy
tomando el pelo, tome nota: estoy viendo un ovni encima mío, sobre una
gasolinera que se encuentra en la carretera de Urnieta, entre Hernani y
Tolosa». Y lo vieron hasta en Antzuola.
desde los años 50
Los avistamientos de ovnis se asentaron en la cultura popular a partir
de la mitad del siglo pasado. Hubo «oleadas» como las del Estado francés
en 1950 y 1954, EEUU en 1973, Bélgica a finales de 1980 y a nivel
mundial en 1968-69 o 1974-75.
los hombres de negro
Estos personajes, encarnados en el cine por Will Smtih y Tommy Lee
Jones, aparecen por primera vez en 1954 en un libro del ufólogo Albert
Bender, que cuenta la historia de unos misteriosos sujetos que le piden
que no divulgue lo que sabía sobre ovnis.
El bautizo
Las historias de avistamientos empiezan con la observación de Kenneth
Arnold, mientras pilotaba su avioneta el 24 de junio de 1947, de nueve
objetos que se movían «como si fueran platos lanzados», lo que un
periodista bautizó como «platillos volantes».
2001
Fue el «annus horribilis» para la central de Garona. Ademas de los dos
paros de emergencia a los que se vio forzado, hubo una averia en las
turbinas de evacuacion que ocasiono el despido de 20 trabajadores de la
plantilla.
Javier Armentia: «Casos sin explicación no quiere decir que sean
inexplicables"
Javier Armentia, además de director del Planetario de Iruñea, es un
certero `cazador' de todo aquello que huela a ufología, platillos
volantes y hombrecillos verdes. Dedicado en cuerpo y alma a luchar
contra mitos como éste, no le sorprende que la página web francesa donde
se han desclasificado cientos de documentos `secretos' sobre supuestos
ovnis se colapsara en los primeros días. Lo que sí ha constatado es que
«no se aporta ninguna prueba de naves extraterrestes, ninguna». Prueba
de ello, según expone, es que el responsable del departamento
investigador de estos fenómenos, Jacques Petenet, «muy cuco, decía el
otro día que cierto que no había ninguna prueba de que eran ETs, pero
que tampoco la había de lo contrario, en un perfecto ejemplo del tipo de
credulidad que mantiene este investigador».
Los papeles que acaba de sacar a la luz pública el Estado francés sobre
sesenta años de investigación en este campo no justifican, a su juicio,
«tanto alboroto, porque ni hay tantos casos ni desde luego son como para
esperar una especie de invasión extraterrestre o un contrubernio entre
ejércitos, gobiernos y alienígenas». Precisamente, observa Armentia, «el
que se hagan públicos estos informes demuestra que los fenómenos que se
querían ocultar eran simplemente imaginación y ganas de vender revistas».
«Gran parte de estos documentos -detalla- son simplemente relatos de
avistamientos, denuncias... Lo que sí se confirma es que la gente sigue
viendo ovnis. ¿Por qué? Porque se ve cualquier cosa en el aire y se
interpreta dentro del mito. Las investigaciones de un pequeño porcentaje
de casos tampoco aportan nada raro, con lo que llegamos a lo de siempre,
que hay casos sin explicación, una cuarta parte dicen, que hay que
precisar son inexplicados, pero no, como la gente afirma, inexplicables.
Y eso es así simplemente porque hasta el momento no se ha podido aportar
suficiente explicación, presumiblemente por la falta de datos suficientes».
«Como suele pasar siempre -comenta Armentia-, al final tendrán
explicaciones convencionales, como ha sucedido a lo largo de la
historia. Sólo los vendedores de misterios, los `magufos', como solemos
decir, serán los que se crean que en esos casos `sin explicación' hay
una verdad oculta. De eso viven los Iker Jiménez y demás como él».
Recuerda como ejemplo de sus palabras el caso del ovni que media Europa
observó el 5 de noviembre de 1990: «Miles de testigos, incluyendo
cualificados testimonios de policías, militares y sobre todo, pilotos
aéreos con miles de horas de experiencia que fueron capaces de reconocer
una especie de enorme nave triangular sobrevolando Europa». Pues bien,
tras examinar los datos, resultaron ser fragmentos de un cohete lanzador
ruso, que dos días antes había liberado un satélite. «Era un ingenio
espacial, pero hunano», apuntilla este experto. «Pero la explicación del
caso, su verdadero origen, no fue noticia, aunque casi todos los
periódicos europeos habían hablado del avistamiento», añade. Fue,
recuerda, un año en el que, además, los ovnis se pusieron de moda en
lugares como Bélgica, donde lo que realmente vieron fueron las pruebas
de un avión experimental estadounidense y otros fenómenos que se
destaparon como fraudulentos y ocasionados por ultraligeros con luces. J.V.
abducciones
El primer relato sobre abducciones fue el del matrimonio Barney y Betty
Hill, la noche del 19 de setiembre de 1961. Sólo vieron una luz pero,
tras someterse a hipnosis, dijeron haber sido secuestrados por un
platillo volante. Se lo imaginaron.
El caso «guesurtia"
En octubre de 1954, «Sud-Ouest» y «El Diario Vasco» publican el caso de
un casero de Mendionde, «Manes Guesurtia», que vio aterrizar un platillo
y varios seres. En 1979, dos investigadores van a confirmarlo. Por
supuesto, jamás había existido.
el ovni de oTXate
La leyenda del `pueblo maldito' de Otxate, en Trebiñu, nació a partir de
la fotografía de un supuesto ovni obtenida el 24 de julio de 1981 por
Prudencio Muguruza, en Agillo. Era auténtica, pero todo indica que era
una nube iluminada por la Luna.
Félix Ares: «Crear oleadas de ovnis es posible, como hicimos en 1978"
«A finales de la década de los setenta me vinieron a ver un grupo de
chavales que estudiaban el fenómeno ovni y otros temas esotéricos»,
recuerda Félix Ares, quien fuera director del Kutxaespacio de la
Ciencia. «El problema era si se podían inducir oleadas, si la
publicación de una noticia sobre ovnis originaba más ovnis y, si era
cierto, ¿qué tipo de avistamientos se creaban?». Así, idearon un
proyecto, al que bautizaron ``IVAN''. Una amplia difusión de cartas al
director y pequeños artículos sirvieron para preparar el terreno.
Idearon «un juego de focos alimentados por una batería de coche».
Decidieron que un buen emplazamiento era Gorostiaga, cerca de las Peñas
de Aia, y un día de luna nueva, «con lo que el perfil del monte quedaría
invisible y, teóricamente, los focos podrían aparecer como flotando en
el espacio. Un simple juego de interruptores permitiría apagar y
encender las diversas bombillas dispuestas a modo que diera una idea de
movimiento en el testigo».
Desde el 22 de diciembre de 1978 se contactó con varios medios de
comunicación para informales de avistamientos, incluso con testigos. El
día 27, ``La Voz de España'' publica un avistamiento de varios niños en
Donostia, «al margen de nuestra manipulación». La repercusión es tal que
«a partir de este momento ya no tuvimos necesidad de recurrir a la
invención de falsos avistamientos. Espontáneamente surgieron casos
`ciertos', tal y como nosotros esperábamos, creando por tanto una mini
oleada `verdadera' inducida por otra falsa». Se publicaron avistamientos
en la bahía de Txingudi, el monte Adarra, en Irun... hasta veinte.
El 4 de enero de 1979, llevan a cabo su experimento, que se vio sobre
todo desde Irun. «La gran mayoría del público interpretó la experiencia
como un auténtico ovni. Suponemos que sin la campaña previa de
concienciación esta opinión no hubiera sido tan generalizada», concluye
Ares. J.V.
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