[escepticos] Biblioteca ebook

[Francisco Mercader]

[Sacha Marquina Reyes]
Es curiosa esa idea bastante propagada de que cuando algo cuesta un
esfuerzo el universo te debe alguna recompensa. Debe ser algo de las
princesas Disney.
Me recuerda al tipo aquel de Les Luthiers que llevaba años haciendo
catedrales con mondadientes.
Cuando algo deja de ser vendible (tanto da que sea porque el que quiera 
lo
puede obtener gratis o simplemente que ya no lo necesiten) pues los que
hacían de eso su medio de vida sufren, claro.
Pero de ahí a profetizar la muerte de la cultura, como si ésta hubiera
necesitado a la industria de la venta de copias para existir, me parece 
un
desbarre.

[Mercader]
Es cierto que cuando  hay intermediarios entre los creadores y los 
consumidores, la cosa se pudre.
 A ti te gusta la música ¿no?  ser músico no consiste sólo en coger una 
bandurria e irse por los bailes de los pueblos a amenizar las verbenas. 
Existe   un modo de vida más denso que ése, que consiste en meterte en 
un conservatorio,   romperte los dedos o los labios o los codos 
estudiando unn instrumento ocho horas al día durante muchos años  para 
obtener un mínimo control sobre el instrumento e intentar luego  hacer 
de ello tu modo de vida.  Puede uno embarcarse en la compra de un 
instrumento (los cacharros de profesionales no son baratos; alguna de 
mis guitarras costó  el equivalente a once mil euros en los años 
setenta); emplearse  en una orquesta o ser músico de estudio y esperar 
un sueldo por ello.  De repente, puedes ver que, aunque toques como 
Mozart,  nadie te llama porque los estudios ya  no  necesitan músicos y 
presencias, horrorizado, cómo el montaje  en el que esperabas 
introducirte, ha  sufrido un cambio de rumbo y ves que tu inversión en 
tiempo y dinero ya no sirve de nada.  Podemos entrar, a continuación, 
en determinar si los músicos (o escritores, o pintores, o lo que sea) 
son cómplices  del montaje en que se incluyeron y si merecen castigo por 
ello. No sé si es justo que sigan cobrando por aquella grabación que 
hicieron  hace  años pero ven que todo el mundo de la baja alegremente 
de Internet y sienten que nadie les había avisado de ello cuando 
hicieron sus cálculos.  Podemos calificar de ladrones  a las grandes 
empresas productoras y, estoy seguro de que lo son, pero el edificio se 
montó así (los músicos no pensaron en ello; lo suyo es tocar)  y se ha 
desmoronado sin avisar.  Hoy veo tocando en el metro a grandísimos 
profesionales  que no disponían de una profesión alternativa   y 
pienso que  pueden sentirse estafados, aunque nadie tenga la culpa  de 
la evolución natural del sistema.
También asistí en primera fila a la desaparición de docenas de  buenos 
delineantes que no fueron capaces de adaptarse a la aparición  de 
Autocad, un  software de dibujo por ordenador que se les atragantó (las 
primeras versiones eran, realmente, indigeribles)  y no asistí por poco 
a la extinción de los dinosaurios.
Pero creo que hablábamos de otra cosa:: Diseñar un simple juego para 
ordenador requiere miles de líneas de código y horas de trabajo.  Sin 
embargo es facilísimo entrar en la web adecuado y bajárselo por la 
patilla.  El resultado es que algunos estudios de diseño  de juegos 
sobreviven a duras penas.
Imagino que la idea del 'todo gratis' nace fácilmente  en la mente de un 
consumidor de contenidos.  Pero al otro lado de la pantalla estrán los 
creadores  de esos contenidos  y hay que entender que a veces estén 
cabreados.
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Mis residuos mentales:
http://www.franciscomercader.es/
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