[escepticos] A ver cómo saca la pata Navarro de ésta

[Francisco Mercader]

Adria Comos
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article56328

Lo acababa de leer hace poco yo también en el Facebook.  A mí me parece 
correcto, y estoy de acuerdo que criticar por criticar es 
contraproducente.  Y también defender por defender.  Hay puntos del 
artículo de Schwarz que no me gustan (la insinuación gratuita de que 
Forcades es una táctica del Vaticano...¿de dónde lo saca?), y se puede 
discutir el tono...pero en general creo que el que ha patinado más con 
esto es Navarro.

También estoy con Inés: vale que el que tenemos es malo, pero ojo a 
quien alzamos en hombros.  No creo que haya que poner el escepticismo en 
segundo plano... Podemos estar de acuerdo con el programa o los ideales 
de un político o grupo, pero también está el cómo van a conseguir llegar 
al mundo en el que prevalezcan esos ideales.  A mí no sirven las buenas 
intenciones si al final quien las va a llevar a cabo no es capaz de 
identificar dónde está el problema (y me da mala espina que además sea 
con discursos con ciertas tendencias populistas de farmacéuticas y 
demás...).


[Mercader]
Acabo de leerlo y no  encuentro la menor objeción a lo que dice ahí. Yo 
empezaría por  debatir otra vez si la manera  que tuvo Swarchz de 
abordar el tema  era la más eficaz y acertada y sigo pensando que, a 
pesar de los posibles  errores, es mejor eso que no  quedarse callado. 
No es cierto que insinúe que las intervenciones de la monja sean una 
táctica del Vaticano -al menos yo no lo he sabido encontrar así- pero 
sí se puede deducir de ese texto que aparecer en pantalla tocada con sus 
prendas monjiles  reviste su discurso, a ojos de  numerosos acríticos, 
del apoyo implícito de una organización que pretende dictar normas 
éticas a todo bicho viviente  y  de una solemnidad y  fiabilidad que no 
se desprende en otras de sus actitudes.  De manera que no me parece 
excesivo deducir una alianza implícita, no digo que consciente, pero  sí 
funcional,   de la monja con sus Jefes. religiosos, por más que parezca 
que va por libre. Para mí, ello es suficiente para  señalarlo y ponerlo 
en evidencia.

Alguien está nombrando por ahí el currículo de la Forcades y el nombre 
de la tesis ya previene acerca del contenido de ella. No sé cuántos 
doctores hay por aquí pero yo he tenido el dudoso privilegio de asistir 
en mi época de estudiante y como miembro del Consejo de Estudios,  a los 
debates de aprobación de tesis doctorales de mi facultad y puedo 
garantizar que se me caían los palos del sombrajo al percibir los 
criterios  de los tutores  para aprobar o no una tesis.   Vi más de una 
vez cómo, con toda la caradura que otorga la impunidad, sopesaban una 
tesis para ver cuánto abultaba y, sin siquiera abrirla,  decidían  su 
aprobación o rechazo al tiempo que recordaban en voz alta  la lata,  los 
méritos o las estupideces del  aspirante al que conocían por haberle 
dado clase (era la época en que las  tesis eran examinadas dentro de la 
propia facultad, con todo el riesgo  de presunta parcialidad).
 Con todo ello,  no me cuesta ningún trabajo   mirar con sospecha los 
presuntos méritos académicos de la monja esa.

¿Por qué  alguna izquierda  parece aliarse con las tesis de la Forcades? 
No  hay, a mi juicio, que echarle la culpa a esas izquierdas sino a  una 
lastimosa propiedad  del ser humano y que es que, por heterogéneos que 
seamos, nuestro repertorio es limitado y coincidimos en muchos aspectos 
con personajes muy opuestos a nosotros.  Hitler quería a sus perros y yo 
no voy a matar a los míos para no coincidir con Hitler. Puede que algún 
dirigente de izquierdas  tenga un cactus junto al monitor para 
protegerse de las radiaciones pero puedo soportarlo mientras  el resto 
de sus acciones  vaya, aunque sea momentáneamente,  en la dirección 
eficaz.

Y esto viene a cuento con lo de con quién nos acostamos para salir de 
ésta.
Yo ya he perdido totalmente la esperanza de encontrar alguna vez a algún 
político, líder, iluminado o lo que sea, que  sea capaz de ser puro, 
digno y, a la vez, experto en sacar el país adelante. Seguramente todas 
esas cualidades sean incompatibles entre sí; no me extrañaria (Robin 
Hood es cosa de las películas; la vida real  va por otro lado). La 
cuestión está, a mi juicio,  pasando a ver en qué orden ponemos esas 
cualidades. Quizás  la opción pasaría por aliarse -ya mismo- con quien 
fuera para echar a los podridos actuales y ya nos pelearemos después 
entre nosotros para, a continuación, echar a los podridos futuros.
El escepticismo es vital; es una actitud irrenunciable; estoy de acuerdo 
en eso. Pero la única opción disponible es seguir esperando a ver quién 
sale de la chistera y me temo que ya no hay tiempo para eso.
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