[escepticos] Un poco de divulgación del caos financiero
David Revilla
davidrev en gmail.com
Mar Mayo 29 10:34:17 WEST 2012
Tras pedir permiso al autor, y decirme éste que vale pero sin citarlo,
copipego aquí un mail suyo, respuesta al de otro interviniente, que me
ha parecido especialmente lúcido e interesante. Podrá tener
imprecisiones pero qué coño, ver a alguien llamarse liberal y pese a
ello coincidir en muchos puntos con él me reconcilia con la especia humana.
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Me refiero a que se lo podrá comprar cuando las cosas "están bien". Hoy
no se puede tomar un café, mucho menos comprarse un traje. Por supuesto
que es absurdo romper la ventana para que la economía "se mueva", pero
el keynesianismo propone "inyectar" dinero público en la creación de
riqueza en lugar de esperar a que el darwinismo social extermine a los
más pobres para que los que queden puedan volver a tener algo que
llevarse a la boca. Por increíble que parezca, esto es lo que les parece
"natural" a muchos ultraconservadores. Tengo que oponerme.
El keynesianismo no es hacer cosas por el bien común, sino pensar
que la mejor forma de estimular la economía es a base de inversión
pública, a base de que el Estado "decida". Yo creo que el
pensamiento libertario desconfía del Estado en general y no sólo de
un Estado "de derechas".
El keynesianismo propone la inversión pública para superar fases de
crisis donde la inversión privada no cumple su papel, y obviamente hace
esto por el bien común, no para que los que eran ricos vuelvan a serlo
cuanto antes o que no dejen de enriquecerse los que lo han hecho siempre
(que es lo que hace el casino financiero que nos gobierna ahora mismo).
No sé muy bien si soy un "libertario" (probablemente, como la mayoría de
los habitantes del sur de Europa a quienes la dama del palo en el culo
desprecia, soy un anarquista en el fondo; pero a sabiendas de que la
anarquía es una quimera, podría considerarme un liberal, antes de que
esa palabra fuese corrompida en España para significar lo contrario de
lo que significaba). Pero desde luego que desconfío de los gobiernos de
derechas más que de los gobiernos de izquierdas (entiendo que lo de
"Estados" vs "gobierno" es solo un matiz; pero empleo "gobierno" en
lugar de "Estado" aposta).
Si aceptamos "libertario" como "amante de la libertad", el pensamiento
libertario no puede desconfiar del Estado. Sin Estado no hay regulación
y sin regulación no hay libertad y mucho menos democracia. Sin Estado
mandan los más fuertes, no los elegidos por el pueblo. La derecha, en
general, no le hace ascos al gobierno de los más fuertes, y el
neo-liberalismo, en particular, aplaude con las orejas ante esa
posibilidad (aún me pregunto qué pinta ahí la palabra "liberalismo",
pero supongo que ya es una distorsión inevitable que no sé cómo ha
llegado a producirse). Yo no.
Sin pretender defenderla, yo no diría que Merkel no lee la historia.
Más bien diría que lee muy bien la historia (la parte que le
interesa, obviamente) porque lo que da verdadero pavor a los
alemanes es caer en el hiperinflación que tuvieron durante la
República de Weimar (de conocidas conscuencias). También tengo
entendido que la Merkel está hablando no solo en nombre de los
alemanes, si no también del resto de países de la zona, Bélgica,
Holanda y tus queridos escandinavos (por cierto, ¿sabías que el
estado de bienestar sueco quebró a principios de los noventa y por
eso capitalizaron las pensiones e introdujeron el copago sanitario
(medidas más propias de la escuela austríaca que del keynesianismo)?
Merkel está obsesionada con la inflación y el BCE no tiene más cometido
que controlarla (craso error, pero tal como está construida la política
económica Europea, difícil de remediar). Pero sus obsesiones no parecen
haber hecho mucho bien ni a Alemania ni al resto de sus socios europeos.
Alemania ha conseguido tasas de empleo elevadas gracias a empeorar la
calidad de ese empleo. Su calificación crediticia es una de tantas
percepciones bursátiles difícilmente sostenibles por la realidad a medio
y largo plazo: deja morir a tus compradores y a ver a quién le vendes.
Es de una ceguera pasmosa y no creo que haya un solo economista, de
cualquier tendencia, que no vea a Merkel como una torpe de carta mayor
en su delirio anti-déficit asfixiante.
Si, como dices, hay que ser ultraliberal en la creación de riqueza,
no entiendo a que viene toda esta defensa del papá Estado.
Probablemente no te has leído el artículo que enlacé: ultraliberal en la
creación de riqueza, ultrasocialista en su reparto. Eso es en esencia la
fórmula escandinava. No son "muy queridos míos esos países" (o estaría
viviendo allí hace tiempo), de hecho odio algunas de sus costumbres.
Pero sí lo es su modelo social: facilítale las cosas a la gente para que
cree riqueza (menos o ninguna burocracia) y cuando ganen dinero -no
antes- cóbrales gruesos impuestos que permitan crear una red de
protección (o "bienestar") para todos. No importa si el despido es libre
y gratuito cuando hay una red de protección social suficiente. Importa
cuando el despido conlleva la miseria y el abandono inmediato del
individuo a su suerte. (Por cierto, la política económica del PP tiene
varios aciertos en la reducción de la burocracia como la reciente norma
de eliminar trabas para abrir un negocio. Espero que vayan mucho más
lejos todavía en esa dirección y España abandone pronto el puesto 132
-por detrás de Kenia- entre los países con más facilidades para montar
un negocio. El problema es que a esa promoción de la generación de
riqueza le acompaña la destrucción de la solidaridad y la entrega de los
servicios públicos -en particular educación y sanidad- a manos privadas;
incluso los rentables como el Canal de Isabel II de Madrid.)
No conozco el caso sueco del que hablas y, pese a que era mi intención,
no he tenido un minuto para dedicarlo a encontrar referencias sobre qué
pasó. Pero sospecho que está más en la anécdota que en la categoría. Que
ha sido algo coyuntural y no estructural. El círculo virtuoso de crear
riqueza->cobrar impuestos->repartir riqueza funciona sólo si se empieza
por crear riqueza. Si no se crea riqueza, no se obtiene dinero de los
impuestos y no hay nada que repartir; mucho menos recursos para proteger
a los más débiles. Ese es el modelo y eso es lo que yo defiendo. Pero es
incompatible con una economía basada en la especulación financiera en
lugar de la producción, que es la forma de economía que nos ha invadido
completamente en menos de 20 años y a la que es urgente parar (yo
apostaría por aplastarla, prohibirla legalmente; en mi opinión la
especulación es sólo mala; no tiene ni una pizca de beneficios para la
sociedad y es hasta inmoral).
Lo que distingue el modelo escandinavo del norteamericano es la fase de
cobrar impuestos, precisamente. Allí son demasiado bajos y no hay para
repartir. Por mucha riqueza que haya en EEUU, el país sigue teniendo
tasas de analfabetismo o miseria propias de un país tercermundista,
porque la palabra solidaridad allí es casi un anatema comunista. Y lo
que yo percibo es que, gracias a la globalización financiera entre otros
factores, caminamos hacia una americanización de Europa, más que a una
"escandinavización", que sería infinitamente más preferible.
En cuanto a la idea de que "siendo pocos todo es más sencillo", hay
mucho margen para discutirlo. Que 4 millones de Noruegos sepan repartir
su riqueza debidamente no parece negar por sí solo que pudieran hacerlo
igual de bien de ser 40 millones. Desde luego que la cantidad modifica
la cualidad es un hecho. En los procesos informáticos se conoce como la
capacidad de un sistema para escalar: por ejemplo el render basado en
archivos externos -rib, mi- escala mal, como hemos visto en alguna
discusión de esta lista; por lo que hay que modificar el procedimiento
para que escale mejor. No es lo mismo cocinar para una familia que
hacerlo para un regimiento. Pero aún así, es perfectamente posible
cocinar para un regimiento y obtener tanto buen sabor como buenos
nutrientes. La clave está en adaptar los procesos a la escala requerida.
La clave NO ESTÁ en lanzar una ocurrencia detrás de otra, gobierno tras
gobierno. Lo sensato, antes de inventar un proceso, es mirar a tu
alrededor y ver si existen procesos exitosos en marcha en otros países.
Luego sólo hay que copiar los procesos de eficacia probada -que existen,
de eso hay pocas dudas- adaptándolos al tamaño necesario. El famoso
colegio finlandés de Málaga demuestra que la mejor educación del mundo
es exportable a cualquier clima y mentalidad nacional. ¿Qué hace Werty?
Inventar una educación para España -una más, una cada cambio de
gobierno-, sin mirar más allá de los Pirineos, que fallará igual que han
fallado todas las anteriores, en lugar de copiar una educación cuyos
resultados están a la vista y que no está patentada... La forma en que
un Estado grande dispone para sus ciudadanos puede pasar por el
federalismo, que lo convierte en un Estado de Estados más pequeños y
manejables. Como Alemania y como debería ser España (algún día tendrá
que acabarse esta componenda de las "comunidades autónomas" -por no
hablar de las decimonónicas "naciones", incluida la española misma-,
hacernos mayores y ser un Estado federal como es debido).
En cuanto a la metáfora de que esto es como "curar a un hambriento
con más dieta" presupone que todos partamos del mismo análisis,
porque... ¿y si la metáfora más adecuada fuera "curar a un
alcohólico con más alcohol"? Supongo que no todos estaremos de
acuerdo, pero yo creo que tenemos un estado elefantiásico
(sobredimensionado) y poliquistoso (por las autonomías). Y eso no
hace más que desviar hacia estos entes gran parte del crédito que
debería fluir hacia la actividad privada, que es la que debería
estar generando empleo.
No, no creo que tengamos un estado elefantiásico, pero sí que tiene
algunos fallos clamorosos. Como por ejemplo que los gobiernos
autonómicos reparten el dinero del Estado, pero no recaudan impuestos.
En otras palabras, que disparan con pólvora del Rey, los fracasos no les
cuestan ni un solo voto (ni la corrupción) porque son fácilmente
achacables al gobierno central y por todo ello son además extremadamente
vulnerables a la corrupción y el clientelismo. Son gobiernos
irresponsables por definición. Pero la descentralización no es
ineficiente o más cara per se.
Volviendo al alcohol, es completamente falso que los Estados cuya deuda
soberana se ha disparado, hayan sido despilfarradores cuando no
estafadores -que es la cantilena alemana con respecto a Grecia o el sur
de Europa en general-. Esto es un circo especulativo sin un correlato
con la realidad más allá de las percepciones, que es con lo único que se
juega en las bolsas. España tiene una deuda pública muy moderada, pero
una deuda privada desbocada. ¿Qué tiene eso que ver con la presunta
vagancia de los ciudadanos o la diligencia de los políticos? España
tiene un comercio exterior creciente. ¿Cómo premian los "mercados" esa
salud exportadora? Ignorándola. Lo que importan son las percepciones
difundidas por las agencias de rating o los rumores de la prensa
económica anglosajona (Financial Times o Wall Street Journal). Tambien
importan, naturalmente, las tropelías de los banqueros (caso
Bankia/CAM), pero ¿qué tiene eso que ver con la vagancia de los ciuadnos
o el insoportable insulto de que "hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades"? ¿Quién coño ha vivido por encima de sus posibilidades?
¿El Estado y los ciudadanos o los cuatro ladrones que han creado la
crisis en primer lugar? Grecia fue directamente asesorada para engañar
por algunos de los bancos que hoy le reclaman su deuda y les acusan de
ineptos. ¿Cómo se puede ser tan cínico? Desde luego que el gobernante
que ha engañado tiene la mayor responsabilidad, ¿pero no tiene ninguna
el banquero que le aconsejó y que ahora le reclama? (Algo común a todas
las crisis que se han sucedido desde 2008: ¿por qué los financieros, que
han provocado prácticamente todos los males que estamos viviendo, nunca
tienen la culpa ni pagan por lo que hacen?). Por último insisto en lo
que -siempre a mi parecer- es una obviedad: ¿si Merkel asfixia a Grecia,
España, Italia, Portugal o Irlanda, cómo espera recuperar alguna vez el
dinero prestado?
No, no somos alcohólicos que necesitamos más alcohol. Somos un país
ordenado y productivo -en contra de la propaganda que cala en la
percepción de los inversores- que sufre las consecuencias de dos estafas
de las que no somos enteramente responsables. La primera, las subprime
americanas y la bomba financiera de 2008. La segunda, nuestra propia
burbuja inmobiliaria, que pudo desinflarse antes, sí, pero que no es
precisamente una adicción ni se solicita inversión "keynesiana" para
continuar con ella. Dudo que ni el gobierno ni las instituciones
privadas, y mucho menos los ciudadanos, tengan la menor responsabilidad
en la crisis de la deuda soberana y el euro. Hay que mirar a quienes
pergeñaron una moneda única sin pensar ni un minuto en la unidad fiscal,
sin ir más lejos, o en un Banco Central con alguna responsabilidad mayor
que el control de la inflación y el déficit. Hasta un no-economista como
yo puede ver la contradicción en un momentito. No es verosímil que no la
vieran quienes crearon el engendro.
Cuando para defender una postura se dice que es tan obvia que para
negarla hay que tener un coeficiente intelectual inferior a X, estar
muy ideologizado o ser un malvado me preocupo. Pero ya cuando se
dice que hay que mirar con mucha atención a los que discrepan, es
que directamente me dan ganas de salir corriendo.
Pues chico, sal corriendo si quieres, pero cuando alguien pretende
asegurar que el resultado de la suma de dos y dos es debatible, no es
cosa de salir corriendo, sino de recomendarle un profesor de matemáticas
o una escuela de educación especial. No voy a pretender que algunas
cosas que a mí me resultan obvias lo sean para todo el mundo y estén
fuera de toda duda, pero algunas de las que se leen en la prensa entran
en esa categoría, entre ellas algunas afirmaciones de Krugman, antes de
ser distorsionadas por la prensa contraria, naturalmente.
Pero yo no tengo problema alguno en admitir que tengo una ideología. Que
creo que los que defienden a Fridman o Hayek también la tienen y que son
mis adversarios políticos. Y que cada uno traerá argumentos para poner
en la mesa desde su propio punto de vista. No existe la objetividad, ni
falta que hace. Existen la racionalidad y las pruebas históricas de
adónde conducen ciertas ideologías y adónde conducen otras.
Estoy esperando que algún Hayekiano como la Aguirre o la Thatcher
muestre ejemplos de casos de éxito de sus posiciones. Las políticas
keynesianas ayudaron al mundo a salir del desastre del 29 (por supuesto
los ultraconservadores lo negarán hasta la muerte, pero siendo los
mismos que proclaman que Obama quiere matar a sus ancianos, o que están
a punto de elgir como líder a un pavo que cree que los muertos se van a
otros planetas a vivir otras vidas, me perdonarás que no les tenga mucho
respeto intelectual). Estados Unidos es uno de los países más
"neoliberales" del mundo y en mi opinión no es que sea una sociedad
pobre, es que ni siquiera parece una sociedad: los ciudadanos son
individuos desconectados entre sí y la solidaridad no existe más que en
forma de caridad privada. Son mucha gente en un territorio, que no es lo
mismo que una sociedad, con una cantidad de pobres de solemnidad que
solo es comparable en tamaño a la obscena riqueza del famoso 1% contra
el que se rebelan los de Occupy Wall Street, con toda la razón. Una
mierda de país, para entendernos que sólo puede ser un modelo para
aquellos que desprecian la solidaridad como un valor moral. Los
destrozos del Banco Mundial y el FMI en los países en vías de desarrollo
en las últimas décadas del siglo XX son para llorar, o directamente
repugnantes experimentos neoliberales que han empobrecido hasta límites
insospechados a quienes decían querer ayudar. Por supuesto, eso es lo
que opinan economistas como Stiglitz y activistas como Naomi Klein. Pero
el caso es que no hay -no puede haber- una prueba en contra por parte de
los partidarios de esas políticas: allí donde se han aplicado, han
provocado una inmensa pobreza para la mayoría, aunque hayan producido
riqueza para una minoría.
Puede que Suecia haya tenido un traspiés en algún momento de su
historia, pero los casos de éxito escandinavos no los discute
prácticamente nadie... que crea que la solidaridad es buena para la
sociedad y que unos trillonarios a costa de muchos hambrientos no le
hacen falta a ninguna.
Salud.
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