[escepticos] Programa electoral de Syriza

[Miguel Angel]

Sí, tu análisis está dentro de la ortodoxia antitea, pero la verdad no me
hace abrazar la idea de que la ICAR es la maldad y que lo bueno es
anecdótico. Por otra parte, me reafirma en lo que he dicho que todas las
religiones están llenas de cínicos ateos que las utilizan para sus fines de
poder. ¿ Cuándo se van? Cuando en otro lugar medran mejor, claro.A
diferencia de las consideraciones filosóficas sobre la existencia de Dios,
que pueden tener componentes más o menos objetivos, la opinión sobre el
papel de la ICAR en la historia de Occidente- o su papel actual- no tienen
nada que ver con suspender creencias o no, o la lógica o no, y desde luego
no hay ningún consenso científico sobre él. Sobre todo hay ideología teísta
o antitea, que estos últimos defienden con igual pasión,- y sentimiento de
pertenencia o afiliación a su grupo-creyéndose en posesión de una supuesta
verdad objetiva en este caso histórica.Dicho de otra manera, ni siquiera
puedes recurrir al argumento de autoridad.
Miguel A


-----Mensaje original-----
De: escepticos-bounces en dis.ulpgc.es [mailto:escepticos-bounces en dis.ulpgc.es]
En nombre de Francisco Mercader
Enviado el: domingo, 20 de mayo de 2012 17:56
Para: Lista Escépticos
Asunto: [escepticos] Programa electoral de Syriza

[Miguel Angel]
Mira, tu argumento me lo pone a huevo... vienes a decir que si los
cristianos hacen algo bueno es a título individual , como podrían 
hacerlo en
cualquier sitio, mientas que si hacen maldades, la ICAR es su sitio 
adecuado
y lo hacen como institución. Esto ya no es confetti ideológico , es 
humo de
caldera mal alimentada con biomasa boñiguesca.

[Mercader]
Para definir lo que yo creo que es el papel de la Iglesia -de todas 
las instituciones religiosas, no sólo de la ICAR- el mejor ejemplo que 
se me ocurre es citar lo  que se ha venido manejando en esta lista 
para distinguir entre crédulos y magufos.
Existe una masa  de personas bienintencionadas  y con débil espíritu 
crítico  que se aferrarían a cualquier cosa que les aliviase de sus 
miedos y les explicase  de foma sencilla qué es esta cosa tan rara de 
la vida, cuál es su  razón de ser, dónde se han ido sus muertos y por 
qué lo pasa tan mal aquí en este valle de lágrimas, lleno de crisis, 
desgracias, desengaños y catástrofes varias.  En ese punto aparece una 
serie de espabilados que lo mismo aparecen en forma de trileros que te 
quieren estafar  veinte euros en el mercadillo que  se visten de 
manera impresionante y te cuentan una historia  que, por ilógica que 
parezca, rellena los huecos y necesidades de la masa anteriormente 
citada.  Lo mismo que la señora del tercero que   se ha descubierto la 
primera arruga, es capaz de  gastarse lo que no está escrito en una 
pócima   bienoliente  que dicen que está hecha con espuma del Mar 
Caribe y brisas de Oriente pero que no es más que aire,   los 
creyentes  se tragan lo intragable con tal de que les prometan que sus 
muertos les esperan, que las miserias terrenales  se verán 
recompensadas y que  las crisis desaparecerán en una vida sonorizada 
con arpas y trompetas de oro.
Puede que alguno de los estafadores citados se lleguen a creer sus 
propias mentiras pero eso no les libra de seguir siendo unos 
estafadores.  La  frecuencia con que se ha repetido el fenómeno en 
todas las culturas y épocas,  apareciendo los hechiceros vestidos de 
maneras distintas y citando a dioses diferentes,  fuerza a pensar  que 
la causa está, si no  en algún fallo de nuestra estructura, sí en 
alguna característica  en forma de atajo  mental que noa hace preferir 
explicaciones estúpidas antes que no tener ninguna explicación.  Por 
otra parte, aparece la descorazonadora  conclusión de que,  al ser tan 
grande el número de los crédulos y sus estafadores,  tal 
característica debe de estar tan imbricada en la naturaleza humana 
que no hay manera de limpiarla ni con el más potente  de los 
detergentes.  Hete aquí, una persona ilustrada como tú, que se expresa 
correctamente y que parece hilar sólidamente sus procesos mentales, 
cómo suspendes la lógica al llegar al capítulo de las creencias y te 
tragas la misma leyenda que tus congéneres de boina calada hasta las 
cejas con la misma fruición del que se traga cualquier superstición de 
las que  tú mismo  podrías ridiculizar.
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Mis residuos mentales:
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