[escepticos] Por encima de nuestras posibilidades

[Francisco Mercader]

[Miguel A]
Entiéndase la limitación del símil, pero es que me repele la gente que 
lo ve todo blanco o negro.

[Mercader]
Es que verlo todo blanco o negro es lo más fácil.  En este caso, 
dividir a los humanos en buenísimos e inocentes a la izquierda y 
malvados a la derecha  (he escogido este orden por casualidad, no 
vayamos a liarla).
Pero los humanos no somos así, mal que les pese a algunos. Somos una 
mezcla, no siempre homogénea, de virtudes admirables y defectos 
inconfesables.  Nos comportamos, me parece a mí, tal como nos conduce 
el entorno. Recuerdo una vez hace mil años, en Suiza, que tiré al 
suelo el envoltorio de un caramelo. Medio segundo después  noté  en el 
hombro la mano de un  serio ciudadano que me decía en francés  que eso 
no se hacía. Ese pequeño detalle cambió de golpe mis referencias sobre 
lo que  venía haciendo como lo más natural del mundo  y eso que sólo 
había sido un cambio en mi entorno lo que lo había producido.  ¿Era yo 
peor antes de la bronca  que después? no lo creo.  ¿Era yo culpable de 
ser un irresponsable ciudadano  en los lugares donde antes tiraba los 
papeles  al suelo? No lo creo. Sólo hacía lo que todo el mundo. Y es 
más: si en Almería, en los años sesenta, me hubiese agachado a recoger 
el envoltorio del caramelo, los compinches se hubieran burlado de mí; 
estoy seguro.
Todo esto era para decir que  yo también he vivido por encima de mis 
posibilidades y no me siento culpable de nada (el entorno, otra vez) . 
Tuve la suerte de hacerlo cuando  no representaba mayor riesgo pero 
igual que no puedo culpar a los que  ahora se han visto pillados, 
tampoco puedo culpar a los que nos alentaban a hacerlo. Estoy seguro 
de que los banqueros, aunque ahora muchos se llenen la boca con que 
eso se veía venir,   no acababan  de prever lo que iba a suceder. 
Incluso los que se autosuben el sueldo no son más criminales  que los 
que  intentamos escatimar  un euro en la declaración de Hacienda. 
Todos, ellos y nosotros, pertenecemos a la misma especie oportunista, 
como lo son las ratas, y no hace falta más que la ocasión para 
portarse de una manera o de otra. Echar la culpa siempre a los otros 
es la herramienta de los obcecados, de los radicales o de los simples 
que se creen mejores que los demás.
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Mis residuos mentales:
http://personal.telefonica.terra.es/web/fmercaderr
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