[escepticos] ¿llegaremos a tiempo?
Oldno7 (Guillermo Hernandez)
guillermo en QuerySoft.es
Mar Jun 19 07:29:18 WEST 2012
Pues eso:
http://elpais.com/elpais/2012/05/31/opinion/1338454468_490272.html
¿Llegaremos a tiempo?
Recuperar la actividad del aparato productivo es la condición para
solucionar la crisis financiera
Juan Ignacio Bartolomé
<http://elpais.com/autor/juan_ignacio_bartolome/a/> / Jorge Fabra
<http://elpais.com/autor/jorge_fabra/a/> / José Moisés Martín Carretero
<http://elpais.com/autor/jose_moises_martin_carretero/a/> 19 JUN 2012 -
00:07 CET <http://elpais.com/tag/fecha/20120619>
España se encuentra en un momento determinante. Las malas noticias
económicas y financieras de las últimas semanas, de los últimos días, de
las últimas horas, nos sitúan en una encrucijada donde cualquier
elección es difícil.
La ciudadanía y la opinión pública buscan a los economistas y encuentran
economistas que vaticinan terribles consecuencias en un vano intento de
engrandecer su valía haciendo predicciones más grandes que ellos mismos.
Incansablemente nos repiten que los niveles de bienestar alcanzados no
son sostenibles y que es necesario que recibamos menos prestaciones
sociales, peor educación, peor salario, peor atención sanitaria. La
austeridad forzada tiene un nombre: se llama pobreza. Alegan que, para
ser competitivos, tenemos que ser más austeros, esto es, más pobres. Y
proponen reformas que se concretan en reflotar la banca privada con
fondos públicos, rebajar más si cabe la progresividad de nuestro sistema
fiscal, reducir pensiones y prestaciones por desempleo, y privatizar
¡qué ridículo! lo poco que queda del sector público empresarial cuando
realmente lo que pretenden es privatizar la sanidad, la enseñanza y las
pensiones. Y presentan sus reformas como la única salida a la crisis.
Mientras, la ciudadanía va perdiendo confianza en lo que la ciencia
económica puede ofrecer si es eso solo lo que ofrece.
No todos los economistas pensamos así. Frente a la devaluación interna,
hay economistas que pensamos que es posible salir de la crisis con más
Europa. Que un pacto social por el crecimiento y las reformas dará
mejores resultados que los recortes que se nos imponen. Que España
cuenta, todavía hoy, con sectores industriales punteros que hay que
promover e internacionalizar. Que la inversión en I+D+i es nuestro
pasaporte hacia la economía del conocimiento. Que los fondos
estructurales y el Banco Europeo de Inversiones pueden movilizar
recursos en sectores productivos clave. Que las reformas fiscales deben
ser progresivas para proteger a los más débiles. Que el Banco Central
Europeo debe asumir un papel de prestamista de último recurso. Que la
racionalización no está reñida con la prestación de servicios públicos
de calidad. En definitiva, que la austeridad, esa pobreza inducida, es
mera ideología elevada a la categoría de ciencia.
Es posible salir de la crisis reforzando los vínculos solidarios de
nuestra sociedad
¿Cuál es el problema de fondo en la actual crisis económica? ¿Es un
exceso de endeudamiento público? No. Nuestra deuda está por debajo de la
de Alemania, de la de Francia, de la media europea y es la mitad de la
Inglesa o la de los Estados Unidos. ¿Es la crisis bancaria? Ha sido
rescatada y la prima de riesgo sigue subiendo. ¿Es el contagio de
Grecia? Han ganado los candidatos de Merkel y la prima de riesgo se
dispara. El problema de fondo es la recesión, la subutilización del
aparato productivo existente por falta de demanda efectiva. Contamos con
instalaciones, tecnología, empresarios y trabajadores formados, y
contamos con infraestructuras. También hay necesidades insatisfechas que
son demanda potencial. Sin embargo, las empresas cierran o están
infrautilizadas, los empresarios no invierten, los consumidores no
consumen, los bancos no prestan y la política económica no asume su
responsabilidad en la movilización de los recursos productivos.
Este es el problema de fondo que, como toda enfermedad, se manifiesta
por síntomas que no deben ser confundidos con la enfermedad misma. Uno
de estos síntomas es la crisis bancaria que contamina nuestro déficit
público. El análisis de las cifras evidencia que su causa fundamental es
la caída de la actividad económica. Los ingresos públicos dependen de la
evolución del PIB y su caída provoca, consecuentemente, caída de los
ingresos. Adicionalmente, la disminución de la actividad conlleva un
aumento de los gastos públicos, particularmente de las prestaciones
sociales y del servicio de la deuda pública. El empobrecimiento del país
aumenta el riesgo de impagos y , por tanto, las primas sobre los
intereses normales de mercado. Es la recesión, agudizada por los
recortes, que aumenta la insolvencia de la banca, de las empresas, de
las familias y del Estado frente a nuestros acreedores. No podemos
seguir ignorando que el negocio de la banca es prestar para dar fluidez
a los negocios. Las provisiones por la devaluación de sus activos y las
que tendrán que ser añadidas por imperativo de la reforma financiera no
serán nunca suficientes si la crisis sigue deteriorando sus balances.
¿Se está acertando en el diagnostico de la crisis? Insistir en la
necesidad de reducir aceleradamente el gasto público no soluciona sino
que agrava el problema. No colabora a una mayor utilización del aparato
productivo, al contrario, añade al descenso de la demanda privada menor
demanda pública.
No puede sorprendernos el desplome del valor de los activos bancarios y
de las cifras de ingresos públicos durante los primeros meses del
presente año. Al parecer se ignora el papel de las expectativas en las
decisiones económicas. El simple anuncio de un recorte drástico de la
inversión pública supone que miles de empresarios encarguen al jefe de
personal la preparación de un ERE e, incluso, el cierre de la empresa.
La austeridad, esa pobreza inducida, es mera ideología elevada a la
categoría de ciencia
Volvemos al problema de fondo y a los síntomas: la recuperación de la
actividad del aparato productivo es la condición para solucionar la
crisis financiera de manera sostenible. La política económica debe
centrarse en el reto de movilizar los recursos productivos porque su
verdadero objetivo es combatir el paro y la pobreza. Y a la luz de este
objetivo, determinadas propuestas se revelan absurdas. Reducir las
pensiones, por ejemplo, insinuando que son los pensionistas los
responsables de la crisis, no sólo es un atentado contra la justicia,
es, también, un error. El gasto de los pensionistas constituye una
demanda permanente con efectos anticíclicos que propicia la
supervivencia de multitud de sectores. Reducir pensiones es llevar al
paro al camarero del bar de la esquina, al del puesto de periódicos y al
dependiente de la tienda de ultramarinos.
El tiempo se acaba, efectivamente. Porque insistir en una política que
agrava la depresión de la demanda efectiva acabará destruyendo el tejido
industrial y la cohesión social, hipotecando por años las posibilidades
de recuperación económica.
Tras los cantos de sirena que provienen de algunos economistas con
brillantes currículos académicos, no hay ni ciencia ni progreso. Sólo
escolástica, modelos sociales y económicos que esconden una silente
ideología que, pacientemente, ha ido seleccionando a sus portavoces en
las "mejores universidades americanas y en las más acreditadas escuelas
de negocios privadas". Nuestros políticos tendrán, como Ulises, que
atarse al mástil para llegar a buen puerto. De otra manera la crisis se
prolongará y, con ella, el sufrimiento y la incertidumbre. Sin
alternativas a la política que nos ha traído hasta aquí proliferará el
desapego en las instituciones, proliferará el fascismo. Sin embargo, las
alternativas están sobre la mesa.
El tiempo se acaba. ¿Llegaremos a tiempo?
*Juan Ignacio Bartolomé; Jorge Fabra Utray y José Moisés Martín
Carretero* son economistas y miembros de *Ecomistas Frente a la Crisis.
*www.economistasfrentealacrisis.com
<http://www.economistasfrentealacrisis.com/>
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