Re: [escepticos] Hay que estudiar economía.

[Akin]

Esto no es mío, está sacado de una intervención del forero Heidegger en un
foro de balocesto qeu compartimos. Me parece muy interesante la reflexión:

Me explayo.
>
> He comentado ya en varias ocasiones que mi forma de entender la vida
> política bebe de varias fuentes, siendo una de ellas el trabajo de Hannah
> Arendt. Para la filósofa alemana existe una diferencia clave entre la
> verdadera política y lapolítica profesional. La primera es aquella centrada
> en el objetivo político por excelencia, la búsqueda de la eudaimonía
> (felicididad como meta última de toda estructura social), la cual articula
> líneas de acción reales entre el pensamiento social y la praxis política.
> Las personas que viven en sociedad saben qué necesitan para vivir en una
> polis feliz, saben qué cosas deben realizar sus representantes para que, en
> la medida de lo posible, la estructura social cumpla con sus objetivos. El
> representante político, claro, es una persona que se identifica con el
> prójimo, que ama a su semejante, de ahí sus firmes convicciones políticas.
> Su trabajo está determinado única y exclusivamente por la voz ciudadana,
> nunca por sus propios intereses -algo que los clásicos, de Aristóteles a
> Kant, tenían muy claro-.
>
> Entramos en la política profesional. Esta forma de hacer política ha
> conseguido lo impensable: han invertido los roles de la política real para
> transformarla en otra cosa. Entre la ciudadanía y los representantes
> políticos existe un hiato, el de la profesionalización: han conseguido que
> la ciudadanía acepte que carece por completo de conocimientos políticos. La
> política deja de ser cosa de todos para convertirse en cosa de cierto
> número de profesionales, expertos en política que se mueven a un nivel
> superior del resto. El ciudadano acepta la voz del político profesional, su
> discurso, su especialización: ellos saben, yo no. Toman las mejores
> medidas, yo no tengo capacidad para evaluarlas. Entramos de lleno en la
> paradoja política: en el ciudadano, que es per se un animal político, deja
> de ser político para devenir apolítico, ignorante. Ha transferido su
> capacidad política, la ha perdido en una suerte de transferencia obscena.
> Ahora bien, la política profesional asume que un sistema especializado no
> tiene futuro si no es capaz de implicar apolíticamente a toda la
> ciudadanía. De ahí las elecciones: la mentira de la política profesional se
> expande en dichos procesos, haciendo creer que la ciudadanía tiene poder
> para transformar la estructura social, cuando lo único que está haciendo es
> particar en una hipotética transferencia de poder de la cual no forma
> parte. Ésa es la gran mentira de la democracia. Todo lo que está pasando en
> estos momentos parece darle la razón a Arendt: si el amor es la base de la
> estructura política, por qué nuestros representantes toman medidas ajenas a
> la vox populi? Un ejemplo claro: realmente al ciudadano medio la UE como
> megaproyecto político profesional le interesa? quiénes son los interesados
> reales en que este tipo de estructuras se perpetúen? los ciudadanos? Nunca:
> el ciudadano no decide nada, es el convidado de piedra en la ecuación
> política profesional. Esta política sólo persigue sus propios objetivos,
> alejados de facto de las metas originales de la propia estructura política.
> Antidemocracia? Por definición.
> Llegados a este punto habría que entrar en una honda reflexión sobre los
> mecanismos del poder, sobre las motivaciones que llevan al político
> profesional a perseverar en sus intereses. Reflexión que, por supuesto,
> supone una puesta en duda del propio sistema político y de sus estatus quo,
> algo que, por regla general, nunca se aborda, normalmente por desinterés
> premeditado. Entramos de lleno en la esencia desvergonzada de la política
> profesional y de todos sus defensores, los cuales reflexionan sobre ella
> sin tener en cuenta a la ciudadanía.
>
> Democracia, dicen. Que se la metan por el culo.--





Akin
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