[escepticos] Malas noticias

[Francisco Mercader]

[Jose Luis]
Yo estoy de acuerdo en lo del pésame colectivo pero me parece que no hay 
quorum.

[Mercader]
También le he dado muchas vueltas a lo de los homenajes  a los ausentes; 
esos que ya no nos oyen ni nos leen ni se enteran de nuestros actos. 
Lo de 'acompañar en el sentimiento' a sus deudos, personas a las que no 
conocemos de nada, tampoco parece aportar nada a la relación que tuvimos 
o dejamos de tener con el que ya no está.  Sin embargo, lo hacemos y me 
devano los sesos  buscando el porqué

Primero he pensado que arrastramos  hábitos meramente culturales, o 
supersticiosos pero al sentir en carne propia la necesidad de seguir 
hablando con algún ausente  cuando paso por el lugar en que fue 
enterrado, he empezado a creer que hay  explicaciones  más biológicas y 
menos culturales (o que unas están muy relacionadas con las otras). 
Creo que cuando tenemos relación cercana con alguien  nuestro cerebro 
pone a funcionar algún programa (por llamarlo de alguna manera)  que 
hace circular  un 'input' y un 'output' con el sujeto de nuestros 
afectos.  Mientras permanece la relación, el flujo está compensado (o 
nos lo parece)  y el equilibrio nos  tranquiliza. Si, de repente, el 
sujeto de nuestros afectos, desaparece sin más porque muere o nos 
abandona, ya solo hay un output que no se puede compensar pero el 
programa sigue funcionando (craso error de la Selección Natural) y 
nuestro cerebro puede desequilibrarse hasta casi llegar al dolor físico. 
Ya sé que en el caso de Catalá los afectos no eran precisamente muchos 
pero el hecho de que yo haya tenido una mala sensación incluso con la 
muerte de enemigos declarados o amigos que me habían decepcionado,  me 
lleva a pensar que el proceso no sólo se da con afectos  sino, en menor 
grado, con otros tipos de relación de proximidad.  Cada vez que se muere 
alguien  con el que yo haya tenido una u otra relación, buena o mala, 
me acosa una especie de sensación de orfandad, como si se fuesen 
rompiendo los hilos que me ligan al resto de mi entorno.
Puede que no me pase a mí solo. Aquí estamos leyendo muchas 
manifestaciones de sorpresa, incluso de 'es una pena' ; no creo que sean 
palabras hipócritas.

¿Qué pasa con el 'pésame' a los familiares? ¿Qué nos obliga a hacerlo 
fuera de los convencionalismos sociales?  creo que nuestros instintos 
sociales nos llevan a incluir inconscientemente al ausente con los de su 
propio entorno.
Por fin he tenido que deducir que esas supersticiones, esos rituales 
funerarios inútiles que había descartado más arriba,  esas loas 
exageradas  que pronunciamos a destiempo homenajeando a alguien que ya 
no está y al que deberíamos haber dedicado en vida esas  energías 
literarias,  son el producto  directo de nuestras necesidades. Que no 
podemos criticarlas porque, eficaces o no, inútiles o no,  están en 
nuestro esquema  y sirven para tranquilizarnos como cuando los 
elefantes,  atónitos, mueven cuidadosamente los huesos del patriarca 
muerto.
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Mis residuos mentales, en:
http://personal.telefonica.terra.es/web/fmercaderr
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