Al final, los leopardos se han salido con la suya: ya basta de señalarles con las garras diciendo que van siempre manchados, que son unos guarros, que son la escoria de los felinos, etcétera. Ahora, por fin, se sabe que la evolución es la "culpable": http://www.bristol.ac.uk/news/2010/7264.html Saludos. Josep Català