[escepticos] Comienzan a salir los mineros chilenos

[Josep Català]

Paco Gaspar ha escrito:

> Un tiempo después, mi madre tuvo el milagro que tanto buscó: yo empeoré,
> entré en lista de espera, y poco después me hacían, con éxito, un
> trasplante. La pericia y el buen hacer de los médicos, ayudó, pero, según mi
> madre, fue cosa de Dios.

Por supuesto, Paco, por supuesto.No pudo ser en Lourdes porque aquel día
-no sé si lo recuerdas- había huelga contra Sarkozy, y sólo trabajó un
"servicio mínimo" de ángeles, que no dió abasto. En el quirófano, en cambio,
una mano angelical guió la del cirujano, aunque él no lo dijo porque los
cirujanos (todos) son muy suyos. (*)


> Es muy curiosa la forma de pensar de los creyentes: todo lo bueno que
> ocurre, es gracias a Dios. Pero de lo malo no tiene culpa, sino que 'alguna
> razón tendrá para hacer lo que hace'.

Yo tuve la suerte de tener como pediatra a una "eminencia" como se decía
entoces: el Dr. Roig i Raventòs. De él se cuentan numerosas anécdotas, aunque
no pudo jurar que todas sean verdaderas. Resulta que cuando fué joven hacía
muchas visitas domiciliarias. Y lo primero que preguntaba cuando llegaba a una
casa, antes de ver al niñ@ enfermo, era si tenían algun santo en "exposición"
que se llamaba antes. San Antonio era el más popular... Pues bien, ordenaba
de inmediato alejar y cubrir al santo una tela. Su argumento era de lo más
lógico: "Si el niño se cura, dirán que ha sido el santo; si no se cura dirán
que he sido yo. No quiero competencia..."

Saludos.

Josep Catala

(*) A pesar de ser amigo de bastantes cirujanos, no por ello no recuerdo y
cito muchas veces lo que me dijo alguien que ya no recuerdo: "De médicos los
hay de tres tipos: los de medicina interna, que saben de todo pero no hacen
nada; los cirujanos, que no saben nada pero hacen de todo; y los de anatomía
patológica, que saben de todo, hacen de todo... pero lo hacen tarde".

Añado, por lo dices de tu caso, que los cirujanos trasplantadores de higado
son mis "preferidos". En cierta ocasión, el Dr. Jaurrieta, jefe del grupo de 
transplante de hígado en el hospital de Bellvitge (Barcelona) me permitió vestirme 
el mono verde y estar presente en la intervención. "Trasplante de
hígado con preservación de la vena cava", decía el papel-orden de
intervención. Equipo de cirugía, chulo; jefe del equipo, chulo; "oyente"
barbudo que dejaron estar allí, sin tocar ni decir nada, chulo. Total: un
éxito absoluto de la intervención... (Guardo como oro en paño -de guardar
oro- la filmación (en vídeo, todavía) de toda la intervención, con el propio
Jurrieta explicando el cómo y el porqué de la preservación de la cava.