[escepticos] pseudociencias sociales en el ABC

[Javier Armentia]

Ya que estaban hablando de pseudohistoria:
http://www.abc.es/20090203/cordoba-cordoba/experimentos-historia-20090203.html
  Experimentos en
Historia<http://www.abc.es/20090203/cordoba-cordoba/experimentos-historia-20090203.html>
  Disminuir tamaño del texto <javascript:textomenor();>Aumentar tamaño del
texto <javascript:textomayor();>
 [image: Experimentos en Historia]
 Martes, 03-02-09
   En nuestros tiempos se ha popularizado una clasificación de las
diferentes disciplinas que componen nuestro deteriorado paisaje cultural en
«experimentales», con capacidad de predicción, y «no experimentales», sin
ella. Entre las primeras están, evidentemente, la Física y la Química. Las
otras pertenecen, fundamentalmente, a las Humanidades y a las llamadas
Ciencias Sociales. Las Ciencias Naturales, parte entre las primeras y parte
entre las segundasprediccilas segundas.
Tal distinción suele identificarse con esa otra clasificación de las
materias en «duras» o «blandas». Pero basta pensar un momentito, aplicar
algunos principios de lógica (aunque no sea «experimental»: la lógica, como
parte de la Filosofía, es «blanda», qué cosas hay que oír...) y ver las
dificultades de la divisoria, tan en boga hoy en día que es la base de la
revolución universitaria que se nos avecina llamada «convergencia europea».
Tomemos como ejemplo la Historia. Pasa, lógicamente, por ser una disciplina
no experimental, «blanda» y sin capacidad de predicción. Es cierto que no
podemos plantear experimentos en Historia como se hace en Química: no
podemos, en efecto, diseñar dos situaciones idénticas con tan sólo un
elemento de diferencia como sería, por ejemplo, estudiar la evolución de
Europa con y sin Napoleón, o la del propio mundo con y sin el comunismo.
Pero esto no le quita carácter científico a la Historia. Nadie duda de que
la Astronomía es una ciencia de las de verdad, «dura» y con enorme capacidad
de predicción. Y, sin embargo, no admite experimentos: no podemos quitar y
poner una galaxia, ni añadirle una segunda Luna a La Tierra a ver qué pasa.
Qué decir de la climatología, que necesita ecuaciones complicadísimas y
tremendos ordenadores para resolverlas y... ¿qué tal su capacidad de
predicción...?
Además, las ciencias sociales sí que admiten experimentos. Sé de uno. Pocos
años tras la muerte de Franco, en una ciudad española las fuerzas sindicales
quisieron probar su fuerza y sus técnicas y, para ello, decidieron destruir
una empresa de las allí existentes. Lo echaron a suertes y le tocó a una
empresita de tamaño pequeño pero activa, floreciente y sin problema alguno
con sus obreros. La hundieron. Los empleados más viejos se lo contaron a la
viuda del dueño muy pocos años más tarde: no tenían nada contra la empresa,
fue un «ensayo», un experimento. Bien podían haberlo hecho en su casa y con
gaseosa.
También hay experimentos en Historia aunque no se los pueda diseñar a
priori. Imagine, por ejemplo, dos islitas en el Pacífico, una juntito a la
otra, colonizadas hace tan sólo unos cuantos siglos, ambas con la misma
población y el mismo clima, pero una desértica y otra como un jardín: ¿qué
las llevó a situaciones tan distintas? ¿A que los resultados permitirían
evitar situaciones semejantes en otras partes del mundo? Otro caso: ponga en
un cierto lugar del Planeta un pueblo con una misma cultura y una misma
lengua; cámbieles la religión: haga que unos sean cristianos y otros
musulmanes... Pueden ser Serbia y Bosnia, pero también los mozárabes y
muladíes de nuestro Al Andalus. Ejercite el lector su memoria y encontrará
muchos más ejemplos de lo que puede llamarse «Historia experimental».
Y se me ocurre que la situación que padecemos en España en nuestros días,
esa disgregación absurda, esa centrifugación irreversible, ese odio
provocado, odio a múltiples bandas, ese continuo repudio del pasado, tanto
del próximo como del lejano, ¿no será acaso un experimento en Historia
diseñado por mentes diabólicas y destinado a estudiar cómo se destruye en
poco tiempo un país floreciente...?