[escepticos] Borges y el castellano

[Inés Toledo]

A propósito del poema de Juana Inés de la Cruz que citas.

Hombre, no lo pondría yo como ejemplo de sexismo simétrico al de Quevedo...

"Poco ofende encerrada en cueva oscura, / mas para mayor gloria del
marido / es buena cuando está en la sepultura."
Francisco de Quevedo (1580-1645)

(Se nota cierto escozor... yo diría que andaba el poeta cabreado por algo).

 De hecho, Juana Inés escribe desde un punto de vista que, si en aquel
tiempo era cuasifeminista, hoy resulta más que discutible.

"Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis
queredlas cuál las hacéis
o hacedlas cuál las buscáis."

Lo de que cada cual es gestor y dueño de sus pasiones llegaría siglos
más tarde... De hecho, no llegó. En cierto modo, a la inversa de Juana
Inés piensan los musulmanes cuando deciden tapar el cabello y la
mayoría del cuerpo de las mujeres, al que atribuyen una potestad
intolerable sobre la líbido masculina.

Es un poema ingenioso, el de Juana Inés, creo que pocas veces se
cuenta con más gracia que eso de estrechas o putas no vale.
Y decir cosas como:

"¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga,
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?"

en pleno siglo XVII, caramba, ole por la señora.

Luego se descuelga Quevedo con cosas como "serán ceniza, más tendrá
sentido/ polvo serán, mas polvo enamorado", y yo me digo: "pues vale,
pues sería insoportable y hasta inmoral, como tal vez fue Borges...
pero menudo crack".

En fin, aún con lo que acabo de escribir, no me parece siempre posible
separar los juicios morales que nos merecen los autores de sus obras.





El día 14 de septiembre de 2008 13:58, Moreno
<magofreston en fastmail.fm> escribió:

> Pues para compensar, Juana Inés de la Cruz:
>
> Hombres necios que acusáis
> a la mujer sin razón,
> sin ver que sois la ocasión
> de lo mismo que culpáis.
>
> Si con ansia sin igual
> solicitáis su desdén.
> ¡Por qué queréis que obren bien,
> si las incitáis al mal!
>
> Combatís su resistencia
> y luego, con gravedad,
> decís que fue liviandad
> lo que hizo la diligencia.
>
> Parecer quiere el denuedo,
> de vuestro parecer loco,
> al niño que pone el coco,
> y luego le tiene miedo.
>
> Queréis con presunción necia
> hallar a la que buscáis,
> para pretendida, Thais,
> y en la posesión, Lucrecia.
>
> ¿Qué honor puede ser más raro
> que el que falto de consejo,
> él mismo empaña el espejo
> y siente que no esté claro?
>
> Con el favor y el desdén
> tenéis condición igual,
> quejándoos si os tratan mal,
> burlándoos si os quieren bien.
>
> Opinión ninguna gana,
> pues la que más se recata,
> si no os admite es ingrata,
> y si os admite es liviana.
>
> Siempre tan necio andáis,
> que con desigual nivel,
> a una culpáis por cruel
> y a otra por fácil culpáis.
>
> ¿Pues cómo ha de estar templada
> la que vuestro amor pretende,
> si la que es ingrata ofende,
> y la que es fácil enfada?
>
> Dan vuestras amantes penas
> a sus libertades alas,
> y después de hacerlas malas
> las queréis hallar muy buenas.
>
> ¿Cuál mayor culpa ha tenido
> es una pasión errada,
> la que cae de rogada
> o el que ruega de caído?
>
> ¿O cuál es más de culpar,
> aunque cualquiera mal haga,
> la que peca por la paga
> o el que paga por pecar?
>
> Pues, para qué os espantáis
> de la culpa que tenéis
> queredlas cuál las hacéis
> o hacedlas cuál las buscáis.
>
> Dejad de solicitar,
> y después, con más razón,
> acusaréis la afición
> de la que os fuere a rogar.
>
> Bien con muchas armas fundo
> que lidia vuestra arrogancia,
> pues en promesa e instancia
> juntáis diablo, carne y mundo.
>
>




-- 
Inés

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