Re[5]: [escepticos] Re:Ateísmo: ¿Una nueva religión?
jmbello
jmbello en mundo-r.com
Mar Jul 29 20:31:06 WEST 2008
Hello david,
Tuesday, July 29, 2008, 8:12:21 PM, you wrote:
dpn> Flipante, de este párrafo
dpn> ------------
dpn> - ¿Alguien puede decirme si ya hay acuerdo alcanzado para la fecha
dpn> final de la fabricación de la forma Hispánica 29 (la tradicional Drag.
dpn> 29 si se prefiere) en los talleres de Tritium Magalum y relacionados?
dpn> Desde Mezquíriz -creo- se venía dando el 70 dC, pero Romero Carnicero
dpn> (ella, no él) propuso ampliarlo al 80 dC. En el último simposium de
dpn> Andújar parece, viendo las tablas, que se ha aceptado el 80 dC, pero
dpn> no tengo claro el alcance de esa aceptación. Se agradecen precisiones.
dpn> -----------
dpn> No he entendido absolutamente nada. Marciano. Cero.
X-DDDDDDDDDDDDDDDDDDD
¡Ya avisé que era una frikada!
Pero sí, debí haber dicho al menos que estaba hablando de terra
sigillata. Problemas de las jergas.
A ver si soy capaz...
Todo tiene relación con la Torre de Hércules, y mi intento de
conseguir datar el momento de su construcción. Desde Cornide se
atribuye a Trajano, pero me temo que es bastante anterior, unos 40-50
años. Mi duda es de si procede de tiempos de Claudio o ya de
Vespasiano.
El carbono 14 no me arregla nada; con una desviación típica de 50
años, y exigiendo una confianza de 95% (qué menos), al añadir dos
sigma a cada lado de la mediana obtenemos una horquilla de 200 años,
que para colmo crece al calibrar las dataciones con las curvas basadas
en dendrocronología. Es decir, en el mejor de los casos el C14 me
puede decir que la Torre se construyó entre finales del -I y mediados
del II, viaje para el que no se necesitan alforjas de radioisótopos.
Resultan mucho más precisos, para estos casos, los métodos de la
estratigrafía y el análisis de materiales asociados. Vamos al caso:
Cuando Roma va incorporando nuevos lugares a su imperio, va creando
también rutas comerciales, marítimas y terrestres (las célebres vías
romanas), y estableciendo una red de relaciones e intercambios que va
a funcionar a gran escala. La principal y más impactante prueba es el
monte Testaccio en Roma, una auténtica montaña artifical formada por
la acumulación de restos de ánforas Dressel 20, fabricadas en
Andalucía (la Bética romana), desechadas una vez que se había puesto
en distribución la mercancía que contenían: aceite bético (Dressel es
un señor que estableció la primera tabla de formas de ánforas; a la
andaluza aceitera, de forma casi esférica, le dio el número 20 y así
quedó, como Dressel 20 o Dres. 20). Son millones las ánforas que
llegaron a Roma desde Andalucía.
Por supuesto, a los negociatores romanos les interesaba más exportar y
vender que importar y comprar. Desde el principio fue el vino (de la
Campania, pero también de otros lugares, como de la Etruria -el
protochianti, como quien dice-) una de las mercancías que en mayor
volumen viajaron por el Mediterráneo adelante, contenida en unas
ánforas específicas, de panza estrecha y cuello largo, a las que
Dressel dio el número 1 de su serie: son hoy las Dressel 1. Hoy se
sabe que estas ánforas fueron fabricadas y utilizadas, en sus diversas
variantes, que las hay, desde el siglo II antes de Cristo hasta
finales del I a.C., cuarta más, cuarta menos. En ese momento, durante
el imperio de Augusto, desaparecen las Dressel I y aparecen
sustituyéndolas las llamadas Haltern 70 (esta vez el nombre no viene
de un tipo, sino del yacimiento de Haltern, pero tanto tiene). Las
Haltern 70 se fabrican desde Augusto hasta cuando menos los Flavios
(Vespasiano, Tito y Domiciano, que ocupan más o menos el último cuarto
del siglo I después de Cristo) -y por cierto que hay un duro debate
sobre si estas Haltern 70 transportaban vino o derivados del vino de
tipo edulcorante, lo que llamaban defructum y sapa, e incluso
aceitunas conservadas en defructum, pero eso es otra guerra. Lo que
se estima es que desde Augusto se produce el desarrollo de la
viticultura de la Hispania oriental, bética y tarraconense, que
suplanta progresivamente en el mercado europeo occidental al vino
itálico (será una de las causas del enriquecimiento y desarrollo de
las aristocracias indígenas béticas, que darán lugar a las grandes e
impresionantes ciudades como Itálica, ya sabes, campos de soledad,
mustio collado, cuyas ruinas todavía acojonan que da gusto, y que
llevará al poder al famoso Trajano y sucesores, todos ellos de familia
bética -salvo Antonino Pío, que era de la Narbonense-).
Bien, huelga decir que, dado que estamos hablando de producciones
industriales cuyos modelos están bastante bien ajustados en cuanto a
la cronología, resultan de suma utilidad para datar los estratos en
los que aparecen. En el castro de Elviña, por ejemplo, tengo estratos
(de abajo arriba) que contienen sólo ánforas Dressel 1, otros en que
conviven las Dressel 1 con las Haltern 70, y otros en los que sólo hay
Haltern 70, los superiores. Gracias a esto puedo aventurar que en los
primeros estoy antes de Augusto, en los segundos en pleno Augusto, y
en los terceros después de Augusto.
Sigamos. Más o menos contemporáneas con las más recientes Dressel 1, a
partir de mediados del siglo I a.C., se desarrollan en Italia, en la
zona de Arezzo, unos talleres cerámicos que van a producir una
inversión en las modas de las cerámicas domésticas de calidad, al
inventar la que fue llamada "barro saguntino", más tarde "cerámica
samia" y hoy "terra sigillata" (lo de sigillata, de sigillum=sello,
por la costumbre frecuente de que las piezas viniesen marcadas con el
sello del alfarero que las fabricó, lo que es también un puntazo para
ajustar de maravilla la procedencia y la cronología de las piezas). La
terra sigillata es una cerámica de barniz ("engobe sinterizado" más
que barniz, pero no entremos en estas precisiones) rojo, espeso y
brillante, muy vistoso, que vino a sustituir las anteriores cerámicas
negras que dominaban el mercado desde la cerámica griega que seguro
que habéis visto todos. Al poco tiempo se hacen con el mercado, y
donde llega Roma aparece sigillata (más o menos).
Se supone que los recipientes de sigillata (y otros, como lucernas o
platos de barniz rojo llamado "pompeyano") completaban la carga de los
barcos que transportaban las ánforas de vino como carga principal. El
caso es que la sigillata itálica es otro formidable indicador de
comercio, y otro instrumento muy útil para fijar procedencia de los
materiales y la cronología de los estratos que los contienen.
Al igual que había hecho Dressel con las ánforas, hubo otro señor,
Dragendorff, al que en su frikada se le dio por estudiar y clasificar
los fragmentos de terra sigillata que eran conocidos en su tiempo.
Como resultado estableció una serie de tipos o formas cerámicas, a los
que numeró. Ahora ya entiendes lo de "Drag. 29" que tan crípticamente
puse en el anterior mensaje: son las piezas de la forma o tipo
cerámico que en la tabla de Dragendorff ocupa el número 29, sin más.
Un cuenco de pared carenada, profusamente decorado en su exterior.
Pero yo hablé, además, de la Hispánica 29. Sigamos a ver de qué va
eso.
Ya tenemos las naves oneraria romanas surcando el Mediterráneo
cargadas de ánforas vinarias y de vajillas de terra sigillata,
dispuestas a venderlas allí donde lleguen. Y llegan lejos: incluso a
Galicia, que todavía no estaba bajo el dominio de Roma.
Bien, los franceses, que siempre fueron muy cucos, ven el negocio y
montan sus propios talleres cerámicos en los que copian los modelos
itálicos que se había puesto de moda. Así surge y se desarrolla la
llamada "terra sigillata sudgálica", con centros en La Graufesenque,
Montans, Lezoux, Bannasac y otros. Al igual que lo que comentamos
antes para las ánforas y el vino, los productos sudgálicos van a
ir haciéndose sitio en el mercado durante el siglo I d.C., llegando a
desplazar a los itálicos. Además, muchos de los modelos que se
fabrican en la Galia son puras copias de los originales itálicos, de
forma que para muchos sigue siendo válida la tabla clasificatoria de
Dragendorff; entre otros, para el Drag. 29 sobre el que hice la
pregunta. Tenemos entonces un Drag. 29 itálico y un Drag. 20
sudgálico, de la misma forma general pero diferentes en pastas,
barnices, a veces decoración y desde luego cronología.
Pero ya entrado el siglo I d.C., van a surgir también talleres en
Hispania, en La Rioja, de los que los principales estarán en un gran
complejo alfarero en Tritium Magallum (actual Tricio). Es posible,
incluso probable, que se trate de alfareros gálicos que se desplazan
para montar sus propios talleres en un lugar hasta entonces virgen.
Ahora nos da igual. El caso es que desde el 40 d.C. los nuevos
productos hispánicos, siempre del nuevo estilo de cerámicas rojas que
había dominado la moda, se hacen con el mercado de Hispania y llegan a
monopolizarlo (junto con otros talleres que aparecen pronto también en
la Bética, como el de Andújar). Cuéntese además con que entretanto se
fue desarrollando el dominio de Roma en Hispania, con lo que trajo
consigo: vías romanas -carreteras-, acueductos, y todo lo que sabe
cualquiera que haya visto "La vida de Brian" ;-) Quiero decir que al
comercio marítimo hay que añadir ahora el comercio terrestre con
transporte por vía-carretera, lo que hace que ahora los productos
alcancen todo el territorio (antes estaban centrados en las costas).
Al igual que antes los sudgálicos, ahora los riojanos (los otros
también, pero los riojanos me interesan más porque son los productos
que se encuentran en Galicia) siguen copiando las formas que habían
triunfado en el mercado, y para esos casos se sigue usando la tabla de
Dragendorff (entre otros, también la 29 famosa). Pero hay variantes,
tanto en "desviaciones" de la forma original como sobre todo en los
estilos decorativos, bastante diferentes de los gálicos e itálicos.
Como además los talleres de Tricio y demás fueron bastante creativos y
formularon bastantes modelos nuevos, la tabla de Dragendorff se quedó
corta y hubo que organizar nuevas clasificaciones. La primera que hizo
esto para la terra sigillata hispánica fue Mª Ángeles Mezquíriz, una
sabia señora de Pamplona que dirigió mucho tiempo el Museo de la
ciudad (supongo que Javier Armentia la conocerá de sobra). Hay que
decir que lo hizo de maravilla. No sólo en cuanto a la clasificación,
sino que, al basarse no sólo en piezas sin más sino en piezas
procedentes de excavaciones bien llevadas -como las propias suyas de
Pompaelo-, pudo datar muchas formas por aparecer éstas en estratos
bien datados previamente por otros materiales entonces más conocidos.
Mezquíriz, para la forma Dragendorff 29 fabricada en Hispania (o desde
su trabajo Hispánica 29) estableció, si no recuerdo mal a partir de su
presencia en el nivel VI de la excavación al lado de la Catedral de
Pamplona, que su cronología iba desde más o menos el año 40 d.C. (es
decir, es una de las primeras formas que se fabrican en Tricio) hasta
más o menos el 70 d.C., abarcando los imperios de Claudio y Nerón.
Desde el 70 va a ser sustituida por un cuenco de otra forma, de perfil
más o menos hemisférico, curvo, sin carena, también profusamente
decorado, que recibirá el número 37. Por simplificar (en realidad la
cosa no es tan sencilla, porque hay que tener en cuenta el tiempo en
que la cerámica se usa, que puede ser en ocasiones muy largo), si en
un estrato nos aparecen fragmentos de Drag. 29 estamos en tiempos de
Claudio o Nerón, y si no aparece 29 pero sí hay Drag. 37 estamos en
tiempos de Vespasiano o posteriores.
Hasta aquí llego con cierta solidez. En lo que digo ahora dudo más, no
porque el argumento general no sea así, sino porque no conozco los
detalles. Tiempo después, otra investigadora (Mª Victoria Romero
Carnicero), basándose en otras excavaciones, propuso que el momento
final de la Drag. 29 no era el año 70, sino que había que alargarlo al
menos hasta el 80, bien entrado el imperio de Vespasiano. Años más
tarde se celebró un coloquio de especialistas en Andújar en el que se
revisaron los conocimientos sobre la terra sigillata hispánica. Parece
ser que hubo mucho debate, y no sé el grado de consenso alcanzado por
los acuerdos finales. Lo cierto es que en la publicación de ese
coloquio figuran unas tablas cronológicas, sin mayor explicación, y
para la Drag. 29 dan un difuso origen entre el 40 y el 50 d.C., y para
el pleno desarrollo del 50 al 80 d.C., lo que parece que acepta la
propuesta de Romero Carnicero frente a la de Mezquíriz.
Y por ahí iba mi pregunta, sobre el estado actual de las bofetadas
sobre el momento final de fabricación de la 29 en Tricio. Como te
digo, para afinar cronologías en las excavaciones es fenómeno :-)
Tengo que dejarlo, que me cierra la tienda y si no llego no ceno. Pero
espero haberte aclarado algo el críptico mensaje inicial.
Saludos y perdón por el rollo, pero es que no sé explicarlo de forma
más breve
JM
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