Re: [escepticos] Re: nacionalismo y religión

Jose-Luis Mendivil jlmendi en unizar.es
Sab Jul 15 00:37:19 WEST 2006


Pido disculpas por responder tarde (y mal) un mensaje cuando el hilo ya 
ha progresado mucho, pero hay preguntas directas que no me parece 
correcto dejar colgando.

El Jueves, 13 jul, 2006, a las 23:32 Europe/Madrid, Akin escribió:

> El 13/07/06, Jose-Luis Mendivil<jlmendi en unizar.es> escribió:
>
>> a) Los nacionalistas no admiten que haya gente no nacionalista: esto
>> es, si no eres nacionalista vasco, gallego o catalán -o murciano, que
>> alguno habrá- entonces eres nacionalista español.
>
> Yo soy nacionalista y admito la existencia de no nacionalistas.

Para mí que no eres un nacionalista típico.

>> b) se presume automáticamente que puestos a ser nacionalistas -que es
>> obligatorio- entonces es mejor incomparablemente ser nacionalista
>> vasco, catalán o gallego que español
>
> Yo soy nacionalista y no lo presumo.

Lo que me confirma que no eres nacionalista de verdad (lo cual es 
bueno, ojo)

>
>> c) Para el nacionalista, idealmente, las naciones son o deberían ser
>> lingüística y culturalmente homogéneas; que no lo sean -y que nunca 
>> más
>> lo vayan a ser, afortunadamente- es un mal menor con el que hay que
>> vivir.
>
> Yo soy nacionalista y de hecho quisiera ver naciones lingüística y
> culturalmente heterogéneas, de hecho esa es la razón de mi
> nacionalismo.

Está claro entonces que por nacionalismo entendemos cosas distintas. 
Luego tu caso no desmiente lo que yo decía.
Se pueden dar todas las definiciones que se quiera, pero en cualquiera 
medianamente razonable tiene que entrar la idea de que la ideología 
nacionalista busca la reafirmación, defensa, fomento, etc. de una 
nación, algo que siempre sucede contra otra que la oprime o la absorbe 
o lo que sea.

El nacionalismo no es el aprecio por -y la defensa de- las lenguas, 
costumbres e instituciones propias (aunque forma parte de éste), a eso 
hay que añadir que el nacionalismo típicamente dibuja un modelo ideal 
de la nación e, inevitablemente, separa los individuos en los que 
encajan en el modelo y los que no. Por ejemplo, un señor de Basauri que 
se llame Pérez, hable sólo español y vote al PP no es un vasco típico. 
Todos estamos de acuerdo con eso, pero en realidad es algo terrible, 
porque hay miles de personas en esas circunstancias. Que nos parezca 
normal es consecuencia del raca-raca nacionalista. Pero es una 
atrocidad, como si yo dijera que sólo son españoles de verdad los que 
tienen el apellido acabado en -ez, tienen bigote y votan al PP.

Déjame explicarlo con unas anécdotas sueltas contadas de memoria 
procedentes de mi insana afición a seguir plenos parlamentarios. En el 
de investidura de Zapatero la representante de Nafarroa Bai (Uxue 
Barkos) diputada única de dicho partido nacionalista (y vasquista, 
claro, como indica asertivamente su denominación) se presentó como LA 
representante de los intereses de los navarros. Por lo que se ve, el 
resto de los numerosos diputados navarros (integrados en el PSOE y en 
la sección navarra del PP (UPN), una mayoría aplastante frente a ella, 
votados por muchos más miles de navarros que ella, no representaban a 
Navarra, simplemente porque militan en partidos españoles.

Por su parte, el brillante y elocuente portavoz del llamado, con un 
par, Grupo Vasco (o sea, los cinco diputados del PNV, el resto de 
vascos y maketos, etc.), un tal Josu Erkoreka, contó una anécdota en su 
intervención que refleja muy bien la manera de estar en el mundo de un 
nacionalista típico: al tío no le gustaba el Quijote. Hasta ahí nada 
que decir, faltaría más. Pero luego dio la razón por la que dicho libro 
no le gustaba: no por la calidad de la lengua, la estructura o la 
amenidad, no, sino porque la única pelea que ganaba el Ingenioso 
Hidalgo en toda la novela era precisamente contra el único vasco que 
aparece en ella, el famoso Vizcaíno.

Lo que me trae a la memoria otra parecida del anterior portavoz del PNV 
en el Congreso: Anasagasti, que contaba sin rubor que solía ver los 
primeros programas de las ediciones de Gran Hermano por ver si salía 
algún vasco. Toda una motivación. Lo malo es que de lo único que se 
sentía culpable era de ver esa bazofia.

Esos son nacionalistas típicos, de libro, no tú. Votar a un partido 
nacionalista o simpatizar con algunas de sus ideas no significa ser 
nacionalista (afortunadamente); ver el mundo a través de un guión 
estrecho y obsesivo, sí.

Vale:
José Luis


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