<div><span class="gmail_quote">El día 9/08/06, <b class="gmail_sendername">Rubén Villoria</b> <<a href="mailto:ruben@aglocem.com">ruben@aglocem.com</a>> escribió:</span><blockquote class="gmail_quote" style="border-left: 1px solid rgb(204, 204, 204); margin: 0pt 0pt 0pt 0.8ex; padding-left: 1ex;">
<div>
<div>
<div><span><font color="#0000ff" face="Arial" size="2">Yo
también le dije lo mismo a familiares y amigos: si al final resulta que he
muerto de un modo ridículo, por favor, que nadie se abstenga del alcohol y del
pitorreo, que a mí nadie me va a ofender.</font></span></div>
</div></div></blockquote></div><br>Y aunque no sea ridículo. Según todas las religiones que conozco, lo que más mola de la vida es lo que viene después, por lo que cuando alguien muere (y se le supone, como a todos, que ha sido bueno y justo y tal y cual) todos deberíamos alegrarnos porque el finado ha "dejado este valle de lágrimas" y ha "pasado a mejor vida".
<br><br>Y yo, que no soy religioso, creo que mis amigos deberían emborracharse ¡porque no van a tener que aguantarme más! y eso es digno de celebrarse :)<br><br><div><span class="gmail_quote"><br></span></div>