[escepticos] mas alla de discusiones de "ciencia si, no, o algo parecido"

Oldno7 (Guillermo Hernandez) guillermo en QuerySoft.es
Mar Jul 3 13:47:06 WEST 2012


http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/07/03/el-dogma-economico-neoliberal/


      El dogma económico neoliberal
      <http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/07/03/el-dogma-economico-neoliberal/>

03 jul 2012

Durante la Edad Media hubo un dogma religioso que creía que la tierra 
era el centro del universo, dogma que se repitió y reprodujo a base de 
reprimir la evidencia científica que lo cuestionaba, mostrando la 
invalidez e insostenibilidad de los pilares conceptuales que lo 
sustentaban. Toda una batería de clérigos y sacerdotes --los 
intelectuales de aquel tiempo- promovían tal dogma, detrás del cual 
estaba la Iglesia Católica, que consideraba que la Iglesia era el centro 
ideológico y político de la Tierra, la cual era, a su vez, el centro del 
Universo. El tiempo fue mostrando que los críticos llevaban razón, 
aunque la Iglesia, todavía hoy, no ha pedido perdón a Galileo, el mayor 
pensador crítico de aquel dogma, que fue brutalmente reprimido por 
atreverse a cuestionarlo.

Pues, por raro que parezca, estamos viendo una situación semejante con 
la crisis actual, con la diferencia que ahora el dogma es económico en 
lugar de religioso, los sacerdotes y propagandistas del dogma son ahora 
los economistas del establishment, apoyados, promovidos y/o financiados 
por la Iglesia actual, la banca y el sistema financiero que controlan la 
vida política mediática, financiera y económica del país. El dogma es el 
dogma neoliberal. Economistas como la mayoría de firmantes de documentos 
patrocinados por Fedea (financiada por la banca y la gran patronal) así 
como economistas "estrella" promovidos en los medios de mayor difusión 
del país (uno de ellos tiene una hora semanal en la televisión pública 
catalana, TV3 -claramente instrumentalizada por la coalición 
conservadora-neoliberal que gobierna Catalunya-, llamada "lecciones de 
economía" que consiste en promocionar tal dogma neoliberal) dominan las 
tertulias y los medios televisivos, radiofónicos y escritos, que les 
ofrece el fórum para la presentación del dogma. Este dogma consiste en 
creer que los problemas de la economía española derivan de tener un 
gasto público excesivo (pues supuestamente nos gastamos más de lo que 
tenemos) y unos salarios demasiado altos (consecuencia de tener unos 
sindicatos excesivamente fuertes). De este dogma surgen unas políticas 
públicas que consisten en recortar el gasto público, incluyendo el gasto 
público social, y en hacer reformas laborales que tienen como objetivo 
reducir los salarios y despedir más fácilmente a los trabajadores, 
debilitando a los sindicatos.

La evidencia de que este dogma es erróneo es abrumadora. El gasto 
público, incluyendo el gasto público social, por habitante es el más 
bajo de la Eurozona; el porcentaje de la población adulta que trabaja en 
los servicios públicos del Estado del Bienestar (es decir, el empleo 
público) es el más bajo de la Eurozona, y de los más bajos de la Unión 
Europea; el Estado español tenía un superávit (no un déficit público) y 
una deuda pública bajísima antes de que se iniciara la crisis en 2007; 
los salarios están entre los más bajos de la Eurozona, con el salario 
mínimo más bajo de tal área monetaria; y así un largo etcétera.

Es más, la aplicación de las políticas públicas neoliberales durante 
estos años de crisis han sido un desastre (no hay otra manera de 
definirlo). El desempleo ya alcanza el 24% (entre los jóvenes es un 
50%), y la economía está en recesión. Y los países que han aplicado 
estas políticas con mayor intensidad (los países periféricos de la 
Eurozona, Grecia, Portugal, Irlanda y España) están todos ellos en 
recesión. ¿Qué mayor evidencia desean de que tales políticas 
neoliberales están equivocadas? En realidad nunca (repito, nunca) un 
país en recesión (y estamos ya casi en una Gran Depresión) ha salido de 
ella mediante la reducción de los salarios, del gasto público y de la 
protección social. Es obvio que en un momento en que la economía está 
paralizada debido al enorme endeudamiento de las familias y de las 
medianas y pequeñas empresas, y de la ausencia de crédito, lo que se 
requiere es una intervención del Estado para estimular la economía 
mediante la expansión del gasto público a fin de crear empleo tanto en 
la infraestructura física como social del país, a la vez que la activa 
participación del mismo Estado en la provisión de crédito. Esto es lo 
que ha permitido sacar a los países en recesión y/o depresión del bache 
económico en el que se encontraban. De nuevo, como ocurría con el dogma 
religioso, en este dogma económico la evidencia científica de que la 
política de recortes es profundamente errónea es abrumadora, pese a lo 
cual --impermeables a esta evidencia y a los datos que muestran su 
error- continúan aplicándose, atribuyéndose la recesión a que no se ha 
recortado suficientemente el Estado del Bienestar, y a que los salarios 
continúan demasiado altos.

*Los clérigos del nuevo dogma y la nueva Iglesia*

Pero como ocurrió en el dogma religioso, este dogma económico se 
propaga, promueve e impone porque sirve a unos intereses claros: los 
intereses del capital financiero, aliado a la gran patronal. Han sido 
ellos los que precisamente han creado esta enorme crisis a fin de poder 
llevar a cabo tales políticas que les benefician significadamente. La 
Iglesia de ahora es la Iglesia financiera aliada de la gran patronal, 
orientada a la exportación. Esta última no requiere un consumo doméstico 
que la sostenga, pues el consumo toma lugar en otros países. El Pacto 
Social, que significaba un entendimiento entre el capital y el mundo del 
trabajo, se ha roto, puesto que el capital hegemonizado por el capital 
financiero, es decir, la banca, se cree lo suficientemente poderoso como 
para ignorar al mundo del trabajo. El consumo doméstico de los productos 
producidos por la economía productiva (que requería una demanda interna 
basada en buenos salarios, y un gasto público elevado) ya no es 
necesario en una economía liderada por las exportaciones. Cuando el 
supuesto motor de la economía es el sector exportador (tal como ocurre 
en Alemania, por ejemplo) la importancia y necesidad del consumo 
doméstico se diluye, e incluso desaparece. La gran patronal exportadora 
alemana ha impuesto una congelación salarial, pues no necesita ya la 
demanda doméstica. Un tanto igual está ocurriendo en España. La mejora 
de las exportaciones no está repercutiendo en el nivel de consumo 
interior ni en la capacidad adquisitiva de la mayoría de la población 
laboral. De ahí que los salarios continúen bajos y ello a pesar del 
notable crecimiento de la productividad.

Este dogma, a pesar del enorme fracaso de sus políticas, continúa 
reproduciéndose en los medios de mayor difusión (que al estar 
profundamente endeudados a la banca) no permiten que artículos como éste 
se publiquen en sus páginas. La evidencia de ello es también abrumadora 
(en una conversación reciente con un periodista de uno de los mayores 
rotativos del país, éste me lo reconocía con toda candidez. Su diario 
estaba muy endeudado y publicar artículos como el que leía y que ustedes 
están leyendo les supondría un riesgo añadido). De ahí que las voces 
críticas continúan siendo vetadas, silenciadas o marginadas, 
presentándolas como extranjeras, "anglosajonas", voces que no entienden 
España, cuando no conspiradoras deseosas de cargarse el euro.

*Las medidas represivas de la nueva Iglesia: las instrucciones del Banco 
Central Europeo y de la Comisión Europea*

En realidad, el euro no está en peligro, en contra de lo que se está 
indicando en los medios. Lo que ocurre es que se ha creado una crisis 
(la recesión es resultado de la aplicación de las políticas 
neoliberales) que permita imponer las medidas impopulares que desean 
imponer. La mejor prueba de ello es mirar las condiciones que el Banco 
Central Europeo (que no es un Banco Central, sino un lobby de la banca, 
y muy en especial de la banca alemana) exige a los gobiernos, antes de 
comprar deuda pública española (que es lo que en realidad debería hacer 
si fuera un Banco Central, que no lo es). En una carta al Presidente del 
gobierno español anterior, exigió que impusiera "un contrato laboral de 
carácter excepcional que contemple indemnizaciones bajas por despido 
durante un espacio de tiempo limitado", es decir, que se permita 
despedir a los trabajadores fácilmente. Tal medida acaba de ser aprobada 
ahora por las Cortes Españolas, permitiendo que las empresas que emplean 
menos de 50 trabajadores (que son la inmensa mayoría de empresas en 
España) puedan despedir sin indemnizaciones durante el primer año, 
reduciendo considerablemente las indemnizaciones para empleados con 
mayores periodos de contratación. Otra condición puesta por el BCE es el 
debilitamiento de los sindicatos, diluyendo la validez de los convenios 
colectivos, eliminando la indexación salarial.

Y a nivel de política fiscal, el BCE ha estado exigiendo una reducción 
del gasto público, y en particular del gasto público social, gestionado 
en su gran mayoría por las Comunidades Autónomas, que están en una 
situación imposible debido, entre otras razones, a la gran escasez de 
crédito, escasez que continúa a pesar de que la banca española ha 
recibido ayudas equivalentes a un 10% del PIB, y el Banco Central 
Europeo ha prestado a unos intereses bajísimos (1%) un billón (sí, un 
billón) de euros a los bancos europeos, préstamo del cual, la banca 
española y la italiana recibieron 500.000 millones de euros.

Estas políticas, que el gobierno Rajoy ha hecho suyas, ya han sido 
aplicadas en Grecia, con los resultados que todos conocemos. De nuevo, 
la evidencia que muestra su negatividad es sólida y robusta. Ahora bien, 
siendo su impacto dañino para el bienestar de la gran mayoría de la 
población, no quiere ello decir que no beneficien a sectores como la 
gran banca y la gran patronal que están consiguiendo lo que siempre han 
deseado, y lo están consiguiendo con sus aliados en el BCE, en la 
Comisión Europea, en el gobierno alemán (portavoz de la gran banca 
alemana y de las grandes empresas exportadoras), y, cómo no, por los 
llamados economistas "estrella" que continúan promoviendo el dogma 
neoliberal.




Más información sobre la lista de distribución Escepticos