Re: [escepticos] Manifiesto para una biotecnología verde

Nacho Jorganes nachojorganes en gmail.com
Vie Dic 11 17:41:56 WET 2009


El País
14 sep. 2008


REPORTAJE

*Los sabores perdidos de la abuela*
 Hay cosas que difícilmente volverán. Decenas de razas de ganado y miles de
variedades de plantas se pierden cada año. Un daño a la diversidad y a la
alimentación.

por JAVIER RICO

*En España se invierte más en transgénicos que en productos de calidad*

*En cinco años han desaparecido 60 razas de vacas, cabras, cerdos y caballos
*

*Sin ayudas es imposible mantener razas y cultivos autóctonos*

*Hasta el 30% de los recursos zoogenéticos corre un gran peligro de perderse
*


Decenas de razas de ganado, como la vizcaína vaca monchina o la gallina
pinta pinta asturiana, y miles de variedades de plantas cultivadas se
pierden cada año en todo el mundo. Esta merma genética afecta a la base de
nuestra alimentación y empobrece la diversidad natural y cultural de
nuestros campos.

Manzanas verde doncella, belleza de Roma, melapio y blanquilla; peras de
bella Angelina y de cristal; pimientos gordo morrón, cornicabra, italiano y
guindilla... Visitar el huerto familiar de Juan Nieto, agricultor jubilado,
equivale a entrar en un pedazo de selva de biodiversidad domesticada en la
que crecen casi 50 variedades diferentes de plantas. Muy posiblemente, este
vergel situado en un hermoso paraje de Peñacaballera, un pueblo de la
salmantina sierra de Béjar, tenga en su interior, sin conocerlo Juan, los
últimos ejemplares crecidos en su entorno de cultivos en peligro de
extinción.

También en Castilla y León, en Castrillo de Villavega (Palencia), Aurelio
Robles, agricultor e ingeniero técnico agrícola, se ha propuesto crear un
vivero con semillas e injertos de árboles frutales que van camino de la
desaparición. Lleva 150 variedades y afirma que muchos de ellos estaban
plenamente adaptados a las condiciones de clima y suelo de la zona y eran
resistentes a plagas y enfermedades.

Más variedades guarda aún el Centro de Recursos Fitogenéticos del Instituto
Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (CRF-INIA) en
sus instalaciones de Alcalá de Henares (Madrid): cerca de 70.000. Y, más
aún, el Depósito Mundial de Variedades que se abrió a principios de año en
las tierras gélidas del archipiélago de Svalbard (Noruega). Aunque ha
comenzado con 200.000 semillas, tiene capacidad para 4,5 millones de
muestras.

Todas estas iniciativas intentan asegurar la pervivencia de un patrimonio
genético que se pierde día a día ante el avance de una agricultura y una
ganadería intensivas que favorecen el monocultivo y la producción
masificada. Según la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación (FAO), *gran parte de la población mundial se alimenta con
apenas 150 especies cultivadas y se pierden miles de variedades todos los
años*, la mayoría en países en desarrollo. La misma fuente añade que la base
agrícola de nuestra alimentación es aún más pobre, ya que *30 cultivos
proporcionan el 95*%* de la dieta y, de ellos, doce aportan más del 70*%* y
cuatro (arroz, maíz, trigo y patata) cubren más de la mitad.*

A la ganadería no le va mejor. El informe *Estado de los recursos
zoogenéticos del mundo,* presentado en la primera Conferencia Técnica
Internacional sobre Recursos Genéticos Animales para la Alimentación y la
Agricultura que se celebró en Interlaken (Suiza) hace un año, confirmaba que
unas 60 razas de vacas, cabras, cerdos, caballos y aves de corral se
perdieron en los últimos cinco años debido a la globalización de la
industria ganadera. La FAO estima que entre un 20 y un 30% de los recursos
zoogenéticos que sobreviven corren un gran peligro de perderse. El registro
de la organización contiene 7.600 razas, de las que 190 desaparecieron en
los últimos 15 años y 1.500 están catalogadas en peligro de extinción, con
un goteo continuo de pérdidas que elimina de campos y granjas una raza al
mes.

Aquí también, la repercusión sobre la alimentación es palpable. El mismo
organismo de la ONU recuerda que tan sólo 14 de un total de 30 especies de
mamíferos y aves domésticas proporcionan el 90% de los alimentos de origen
animal que consumen los humanos. Vacas lecheras como las frisonas o gallinas
ponedoras en régimen intensivo copan la producción. Solo hay que echar un
vistazo al catálogo oficial de razas de ganado de España y comparar el
número de las consideradas de fomento (23) frente a las de protección
especial o en peligro de extinción (111, más 14 de aves). Con la lista de
razas de bovino en peligro (30) se supera la que incluye a todas las de
fomento.

Entre otros contratiempos, este sistema de producción provoca que las
enfermedades y plagas que afectan periódicamente al ganado y a los cultivos
repercutan de forma más directa y grave sobre los animales, pero también
sobre los productores y consumidores, que cuentan con menos alternativas a
la hora de encontrar una mayor variedad de razas y semillas.

Para *David Erice*, del gabinete técnico de la *Unión de Pequeños
Agricultores* (UPA), "*uno de los cambios fundamentales de la reforma de la
Política Agrícola Común de 2003 fue la introducción del desacoplamiento,
mediante el cual los pagos a los agricultores se realizan de manera
independiente a los cultivos que se siembren en las explotaciones, lo que ha
puesto en grave peligro el mosaico de cultivos que definen el mapa agrario
español*". El agricultor, tan atado a las subvenciones, analiza las
diferentes alternativas en función de la rentabilidad de cada una de ellas.
"*Si tenemos en cuenta que algunos cultivos como las leguminosas de grano
(veza, yeros, lentejas y garbanzos) no reciben desde 2005 ningún tipo de
ayuda específica por su siembra, se entiende que la superficie de estos
cultivos se haya reducido un 70%, con un importante riesgo de desaparición
en un futuro próximo*".

Si, como está previsto, la Comisión Europea avanza en el desacoplamiento y a
finales de este año desaparecen las ayudas a otros cultivos, David Erice
tiene claro qué le pasará al agro español. "*La reducción de variedades en
los próximos años será aún mayor y se avanzará hacia el monocultivo de
cereal*", dice.

Sin ayudas es imposible mantener razas y cultivos autóctonos. Lo dicen los
agricultores y los ganaderos y lo explica de una manera muy gráfica *Ramón
Justo Feijóo*, secretario general de la Federación de Razas Autóctonas
Españolas de Protección Especial: "*Si yo hago el doble de esfuerzo para
conseguir 100 kilos que el de un productor de una raza de fomento para
conseguir 200, abandono si no recibo algún tipo de subvenció*n". Cerca de
medio centenar de estas asociaciones, que celebrarán en octubre en Losar de
la Vera (Cáceres) el III Congreso Nacional de Razas Autóctonas de Protección
Especial, consideran que deben seguir conviviendo tanto los sistemas de
producción industriales como los tradicionales. "*A unas las metimos en
establos y granjas y producen de una determinada manera, pero necesitamos de
las otras porque es una producción diferenciada, que añade valor y que ayuda
a mantener muchos ecosistemas en España y en el mundo*", concluye Justo
Feijóo.

Periódicamente, algunas comunidades autónomas y el Ministerio de Medio
Ambiente y Medio Rural y Marino publican la concesión de subvenciones para
el fomento de las razas autóctonas en peligro de extinción. Pero "*resultan
claramente insuficiente, sobre todo si algunas comunidades autónomas cortan
el grifo*", afirma *Eduardo de Miguel*, director gerente de la
Fundación *Global
Nature*, organización que lleva varios años apostando por la recuperación de
razas como la vaca blanca cacereña o la gallina murciana.

"*Puede sonar políticamente incorrecto, pero con Franco se potenciaba más la
conservación de estas razas, desde la celebración de la Feria del Campo
hasta los trabajos que se llevaban a cabo en fincas de la administración,
como la de El Encín, en Alcalá de Henares, donde se realizó una experiencia
innovadora para recuperar todas las razas de gallinas autóctonas. Ahora todo
depende del trabajo que hacen algunas comunidades autónomas y asociaciones
sin ánimo de lucro y de si el proyecto le cae en gracia al director general
de turno*", dice.

La cuestión es demasiado seria como para que esté al arbitrio del estado de
ánimo de la administración. *José Esquinas* ha trabajado durante más de
veinte años en la FAO fomentando la conservación de los recursos
fitogenéticos y fue secretario de la Comisión Intergubernamental de Recursos
Genéticos para la Alimentación y la Agricultura. La experiencia adquirida en
viajes por decenas de países, conociendo la realidad de la utilización, pero
también la pérdida de esos recursos, le permite afirmar que "*todos los
países dependen de la diversidad genética de los cultivos del planeta para
conseguir la adaptabilidad a los cambios ambientales y climáticos
imprevistos, mantener la capacidad de adaptación cuando cambian los sistemas
de producción y hacer frente a las necesidades de la población humana en
aumento*".

No en vano, lo que está en riesgo no son solo razas y cultivos, si no
también los alimentos y la cultura gastronómica asociada a ellos. *Ester
Casas*, agrónoma y miembro de Les Refardes-Gaiadea, la red de semillas de
este tipo de cultivos en Cataluña, considera tan importante la información
cultural y etnobotánica que se rescata con la semilla como la agronómica. "*La
semilla en sí no sirve para nada si no tiene una utilidad concreta, asociada
a una forma de conservar, cocinar y alimentarse*", aclara.

En el mismo sentido se expresa *Emilio Blanco*, biólogo etnobotánico y autor
de numerosos estudios en este campo, para quien la merma de este patrimonio
genético y cultural es evidente. "*Mucha gente te habla de cultivos que
había y que ya no existen y te cuentan sistemas de conservación ancestrales,
como el tomate de secano que colgado del techo lo convertían luego en polvo,
demostrando que, mucho antes de que se implantara la industria
liofilizadora, este sistema lo practicaban ya en el medio rural*", explica.

Las redes de semillas repartidas por toda España intentan salvaguardar esta
doble cualidad de las plantas, como especie o variedad y como alimento. Su
lema, *Resembrando e Intercambiando,* tiene relación con el rescate de las
variedades y la información asociadas a las mismas y con el intercambio de
éstas con otras redes y agricultores.

Ester Casas afirma que estos últimos "*están completamente abiertos, a la
par que agradecidos, porque notan que ni siquiera en su entorno familiar más
cercano valoran lo que han mantenido con esmero durante tanto tiempo. Con
ellos hemos conocido muchas cosas sobre conservación y uso de las semillas
que no se aprenden en la Universidad*".

José Esquinas fue precisamente uno de los principales impulsores desde la
FAO del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la
Alimentación y la Agricultura, un convenio de carácter vinculante por el que
los países que lo han ratificado (España está entre ellos) se comprometen a
emprender, entre otras, acciones de conservación in situ (cultivos en el
campo) y ex situ (cultivos en laboratorio y bancos de germoplasma).

Aunque el trabajo ex situ, como el que lleva a cabo el CRF-INIA con sus
70.000 variedades de plantas cultivadas, es valorado positivamente,
agricultores y ecologistas no piensan lo mismo sobre otras cuestiones que
atañen a la vinculación de España con el tratado. "*Se incumple de manera
flagrante porque no se ha dado un solo paso en cuestiones de obligado
cumplimiento, como la prospección, caracterización, evaluación, promoción de
iniciativas para el mejoramiento de las plantas, fomento de un mayor uso de
las mismas o aprobación de medidas normativas y jurídicas. En España se
invierte más en transgénicos y otras materias relacionadas con la
biotecnología de los alimentos que en productos de calidad y en la
recuperación social y cultural que llevan aparejados*", denuncia Ester
Casas.

Nadie desde el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha sido
capaz de rebatir estas palabras porque ni tan siquiera han expuesto a este
periódico qué políticas se emprenden tanto para mejorar la ganadería
autóctona y en peligro, como los miles de cultivos que han perdido valor
comercial y se han convertido en piezas de laboratorio.

"*Conservar la diversidad genética vegetal es caro, pero el precio de no
tomar medida alguna todavía cuesta más*", advierte José Esquinas. Mientras
tanto, redes de semillas y agricultores como Juan Nieto y Aurelio Robles,
mantienen este trascendental legado en el campo.

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*El tesoro de los pobres*

El pasado 11 de septiembre, el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, *
Josep* *Puxeu*, recibió una delegación del Comité de Coordinación
Internacional de Vía Campesina, una organización con presencia en 150 países
y más de 350 millones de afiliados. Sus responsables transmitieron sus
puntos de vista sobre la crisis mundial de alimentos y el impacto que está
teniendo en África, y ahondaron en la importancia de potenciar la
agricultura familiar y los mercados locales para superar la gravedad.

Precisamente en el reconocimiento y aprovechamiento de las variedades de
razas de ganado y cultivos locales reside gran parte de la esperanza de
subsistencia de los países más pobres. Las áreas con mayor riqueza genética
de plantas cultivadas y silvestres se encuentran en México y Centroamérica,
la zona andina, la cuenca mediterránea, Asia Central, Próximo Oriente,
China, Etiopía, India, Indonesia y Malasia. *''Paradójicamente. muchos
países que son pobres económicamente y están generalmente localizados en
zonas tropicales o subtropicales son ricos en términos de diversidad
genética''*, afirma *Enrique* *Esquinas*. Por este motivo, el Tratado
Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la
Agricultura reconoce la contribución enorme que los agricultores y las
comunidades indígenas aportan a la conservación y el desarrollo de estos
recursos, y se les otorga el derecho a participar equitativamente en la
distribución de los beneficios y en la adopción de decisiones. *Carlos Seré*,
director general del Instituto de Investigación Internacional sobre Ganado,
recuerda que *''muchos* *pequeños granjeros de países en desarrollo han
abandonado sus animales tradicionales por otros más productivos importados
de Europa y EEUU''*. *''Algo incongruente porque esos países cuentan con
razas adaptadas al clima y a las condiciones orográficas''*, apostilla *Ramón
Justo Feijoo*. Esquinas recuerda que *''la diversidad genética que salvó el
maíz de EEUU en el siglo XX, así como otros ejemplos de recuperación de
cultivos en los países ricos, procedía de los países en desarrollo, donde su
existencia no era accidental, sino el resultado del trabajo de generaciones
de pequeños agricultores tradicionales que son los verdaderos guardianes de
la mayor parte de la diversidad biológica agrícola''*.
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2009/12/11 Josep Català

> EuropaBio ofrece la segunda edición del Manifiesto:
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> http://fundacion-antama.org/wp-content/uploads/2009/11/EuropaBio_Manifesto_Spanish_def-10-11.pdf
>
> Saludos.
>
> Josep Català
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