[escepticos] Un poco de marxismo ayuda a entender

Pepe Arlandis pepe.arlandis en gmail.com
Vie Jun 6 22:10:29 WEST 2008


Ahora que eso del marxismo está muy mal visto: no estaría de mas reflexionar
sobre el siguiente texto:
*"Quién paga las crisis del capitalismo*

*J. A. GONZÁLEZ CASANOVA* 04/06/2008
  Se nos anuncian años de sequía económica. Viviremos peor en todo lo
pagadero. El paro y sus secuelas (xenofobia, drogadicción y delincuencia)
crecerán. Las depresiones personales mermarán la productividad. La economía
es ya un círculo vicioso mundial que se expande como las ondas del estanque
golpeado por una piedra. Las gentes de todo el planeta están sometidas a un
sistema económico único, el capitalista, cuyas crisis periódicas son
inherentes a su lógica y consecuencia directa de su contradicción esencial.
El mayor teórico del capitalismo, Karl Marx, no podía prever cómo se
producirían las crisis actuales ni qué soluciones coyunturales tendrían,
pero sí dejó muy claro en qué consiste dicha contradicción. La posesión y el
poder en unas pocas manos particulares de unos bienes que son públicos o
colectivos, porque de ellos depende la vida y el trabajo de millones de
seres, enfrenta el lucro del capital con el salario laboral. La diferencia
favorable al primero es su beneficio y un maleficio para el trabajador.
Pero, a la larga, esto perjudica al capitalista en forma de superproducción.
Hay que tirar lo que es invendible porque la gente percibe un salario muy
inferior al coste en el mercado de lo que ella misma ha producido. Si el
capital reduce su beneficio para facilitar la compra, pierde el estímulo
inversor. Si no lo reduce, ha hecho un gasto inútil. No le quedan más que
dos estrategias complementarias: acudir a los países más pobres pagando
agradecidos salarios de pura supervivencia y fomentar el consumismo en los
países ricos con señuelos publicitarios. El palo y la zanahoria, ya se sabe,
hacen correr al rucio. De ese modo, la producción no se detiene, todo el
producto se vende (incluido el innecesario y caprichoso), el beneficio
aumenta, el sistema funciona. Eso sí, millones de seres mueren de hambre,
sed, enfermedad y guerras, pero la máquina que mueve el beneficio del
capital no se puede parar porque, si para, cae como una bicicleta, a no ser
que algo la aguante. Para el capital, su apoyo es el Estado. Él evita que el
capital muera de éxito suicidándose, al matar la gallina de los huevos de
oro cuando ya no puede explotar más a la gente sin perjudicarse a sí mismo

Las jugadas bursátiles entre firmas rivales tienen consecuencias terribles
para empresas menores y su puestos de trabajo

Los neoliberales que se cargan los servicios públicos, convertidos en
negocios privados, exigen a los gobiernos que les aseguren sus ganancias:
por las armas si las víctimas del sistema osan combatirlo (fascismo y
guerras coloniales) e interviniendo en la economía para enjugar sus deudas,
sus abusos y errores financieros, su falta de liquidez, mediante la
aportación del erario público y, por tanto, a costa de las rentas medias y
bajas. Marx decía que los gobiernos no eran más que los consejos de
administración del capital. No erraba. Gobiernen las derechas o las
izquierdas actuales, Obama, Hillary o McCain, sus políticas no pueden dejar
que el sistema se hunda. El Estado y los trabajadores se ven amenazados por
el capital con cerrar empresas o deslocalizarlas si se pretende compensar
con ayudas e impuestos los salarios insuficientes ante el alza de los
precios. El *welfare state* (Estado de bienestar) es un parche de los países
ricos a la crisis permanente del capital. Pretende moderarlo en su instinto
básico selvático para que no mate la gallina de los huevos de oro, que es el
trabajo humano, pero prolonga su agonía a costa del naufragio genocida cuyos
restos llegan a Europa o a Suráfrica provocando violencia xenófoba entre los
más castigados por la recesión.

El principio darwinista de la competencia (el pez grande se traga al chico)
obliga a la pugna empresarial, que suele concluir en oligopolios y
monopolios que niegan la proclamada libertad de mercado y que, para
controlar energías básicas como el petróleo, causan invasiones, guerras y
alzas tácticas de su precio que repercuten en productos de primera necesidad
popular. Los bancos viven del crédito usurario, rivalizan, ocultan sus
cuentas, empujan al consumo, pero tropiezan con la morosidad y el impago,
fruto del estímulo inyectado en la gente a vivir del crédito porque el
salario nunca llega *(hipotecas basura,* por ejemplo). La economía
financiera y especuladora comporta jugadas bursátiles entre firmas rivales
que tienen consecuencias terribles para empresas menores y sus puestos de
trabajo. En definitiva, quien paga las crisis de las que se nutre el
capitalismo somos los trabajadores de todas clases y de todo el mundo. Y
digo 'se nutre' porque, superada la crisis, los más poderosos se han
sacudido competidores, han acumulado más riqueza y han debilitado la fuerza
y las exigencias sindicales. Hasta la próxima crisis vivirán de la última. Y
así hasta que alguien se plante y mande parar.

*J. A. González Casanova* es catedrático de Derecho Constitucional de la
Universidad de Barcelona."

Es que dice de una forma mucho más clara y elegante de como lo diría yo, lo
que pienso al respecto.
saludos pepet

pdta: Ya se que ahora que ahora muchos, comunistas, se avergüenzan de
proclamarlo abiertamente, porque con sistemas cuya nación emblema tienen
sitios como guantánamo, donde hay detenidos sin que se les haya formulado
ninguna acusación y que serán juzgados por tribunales especiales que pueden
ser condenados a muerte es un ejemplo de defensa de las libertades.
resaludos pepet


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