[escepticos] de conductismos, entrenamientos, palos y zanahorias

Angel Prieto Ederra aprieto en um.es
Jue Jun 5 12:42:46 WEST 2008


	Sigo atentamente el intercambio de opiniones que se ha producido
acerca de la utilidad de las técnicas conductistas (la conocida como
modificación de conducta) para los humanos. La verdad es que es interesante
observar las ideas que personas legas en psicología, pero cultas e
interesadas en estos temas, llegan a desarrollar sobre este y otros temas de
la psicología.
	La verdad es que ha habido intervenciones muy certeras (disculpad la
ausencia de cita concreta) aludiendo a que la modificación de conducta hoy
en día ha evolucionado hacia una intervención cognitivo-conductual. Esto ha
sido así precisamente porque cambiar el comportamiento de los humanos NO
SIEMPRE es igual que hacerlo con perros, ratas o palomas (aunque muchas
otras veces sea muy parecido). ¿Por qué no siempre es igual? Las
posibilidades son muchas. Citaré las más evidentes. En primer lugar, los
humanos tenemos la capacidad de auto-regularnos. Esto no significa otra cosa
que somos capaces de fijar nuestros propios objetivos, las metas que
pretendemos alcanzar, y a la vez de establecer nuestras propias
contingencias de reforzamiento, o sea que somos capaces de castigarnos y
recompensarnos a nosotros mismos. Quién no se ha prometido a sí mismo un
premio o un castigo si cumplía o fracasaba en un objetivo que se había
propuesto. Hasta ahora que se sepa ni ratas ni perros ni palomas pueden
hacer algo semejante. Esta capacidad de auto-regulación significa en la
práctica que no se puede tratar a una persona como si fuese un perro porque
con las personas hay que discutir los objetivos de la intervención, las
metas que se pretenden alcanzar, los recursos que se movilizarán para ello,
etc.... Repito que esto no tiene que ser así siempre, modificar hábitos muy
simples como morderse las uñas requiere también de todo esto pero de una
manera muy simple. En otras palabras, cuanto más simple y automático sea el
comportamiento que queremos modificar más se parecerá el modo de tratar a
las personas al modo de entrenar a los animales, pero guardando siempre
ciertas distancias.
	Otro motivo por el que no se puede tratar igual a un perro que a una
persona, y que explica por qué el conductismo ha ido evolucionando (mal que
le pese a algún miembro de la corrala) tiene que ver con la naturaleza de
las contingencias que afectan a hombres y animales. Bandura (psicólogo
meritorio donde los haya) expresa esta idea de manera simple y fácil de
entender con una especie de aforismo: "no hay peor castigo que el desprecio
hacia uno mismo". En otras palabras esto significa que los animales solo
entienden de palos y zanahorias, y sin embargo los hombres (al menos los
adultos) además de palos y zanahorias tenemos nuestro propio sistema interno
de autorrecompensa. De hecho, sabemos que los refuerzos y castigos internos
son determinantes del comportamiento mucho más poderosos que las recompensas
externas o extrínsecas. Con un ejemplo se entiende fácil. Cuando las
personas se embarcan en un proyecto con una motivación intrínseca (por
ejemplo, dominar un instrumento musical), son capaces de invertir ingentes
cantidades de esfuerzo, tiempo y dedicación a una tarea (alcanzar la
maestría) que, en términos de recompensas extrínsecas (dinero,
reconocimiento social, influencia, sexo o lo que se quiera) no es rentable
en un análisis costes/beneficios (vamos, que en cualquier otra actividad se
puede ganar mucho más con muchísimo menos esfuerzo).

	Otra cosa que me apetecía comentar tiene que ver con el concepto de
voluntad o fuerza de voluntad. Es curioso porque éste término se ha
identificado siempre con una visión no sé si cristiana o católica y, sin
embargo, se está empezando a introducir en la literatura científica sobre
autorregulación. Desde un punto de vista científico, sabemos que las
personas que intentan controlarse (porque hacen dieta, intentan dejar de
fumar, controlar su ira, el consumo de productos insanos, la lista podría
ser interminable) tienen que hacer un esfuerzo, aplicar una fuerza. ¿Pruebas
de esto? Las más convincentes son que la gente en procesos de rehabilitación
recae con muchísima más frecuencia en periodos de fuerte estrés o cansancio.
La idea es que cuando los recursos están agotados, carecemos de la voluntad
suficiente para "resistir". Vamos, que controlarse es algo que cuesta, no se
hace de manera automática y sin esfuerzo. Pues bien, a la fuerza o esfuerzo
que hay que generar para resistirse a una tentación (en forma de cigarrillo,
copa de whisky o de tarta de chocolate) le llamamos fuerza de voluntad.¿En
qué consiste esa fuerza? Básicamente en pensamientos y comportamientos:
distraerse, pensar en otra cosa, pensar en las consecuencias de caer en la
tentación, salir por piernas, etc.

Un saludo a todos y espero haberme hecho entender.



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