[escepticos] De nuevo sobre el ostracismo

[Francisco Mercader]

[Jose-Luis Mendívil]
Es una apreciación puramente intuitiva. Lo incluía porque en mi 
experiencia un troll típicamente lo que pretende es desviar las 
discusiones de un foro para que se discutan temas que sólo a él le
interesan o para que no se discutan los propios del foro en cuestión.

[Mercader]
Esta mañana estaba yo reparando la caseta de mi perro (es tan tonto 
que se come su propia colchoneta y se va a quedar sin su parcela de 
confort y, encima,  ya está a punto de llegar a la manta eléctrica 
con riesgo de quedarse frito) y de repente me he acordado de la lista 
escépticos "¡Coño! si estos tíos se están comiendo su propia 
colchoneta", me he dicho a mí mismo.  Un psicólogo de perros  me 
diría, estoy seguro, que lo que pasa es que mi perro se aburre; que no 
tiene rumanos a quien  morder y que necesita algún estímulo que le 
distraiga fuera del reducido ámbito de su propia colchoneta.
Ahora me podría referir a la movida historia de la lista escépticos 
con aquella huída, por motivos que no es del caso reproducir ahora, de 
treinta colisteros que dío origen a  otra lista  de nombre parecido; 
de otra división más reciente  por la que huyeron otro puñado de 
miembros para fundar otra lista de nombre similar y de la lenta 
sangría que viene ocurriendo  por la que valiosos miembros que podrían 
seguir aportando algo de sí mismos, se aburren de leer peleas y se 
van;  pero lo dejaré correr porque me temo que tendríamos que empezar 
a considerar estos sarampiones periódicos de la lista como vaivenes 
inevitables del humor de los distinguidos miembros de mi especie 
cuando no hay enemigos exteriores  visibles a quien morder.  Que, 
repente importe si uno es de derechas, de izquierdas, troll o 
gilipollas, me parecería una inmensa pérdida de tiempo teniendo en 
cuenta dónde está el enemigo real  -que, por si a alguien hay que 
recordárselo, está ahí fuera y no aquí dentro-  si no me pareciera 
ahora que, a lo mejor, hay que dejar que cada uno se explaye a su 
gusto con lo que puede, quiere o sabe hacer o decir  (con lo que, de 
paso, se define él solito).
Lo que sí me llama la atención es el fervor con el que algunos 
colisteros de rancio abolengo insisten en recomendar el "No alimentéis 
al troll" olvidando quizás  la característica más importante que 
distingue a las tertulias virtuales de las tertulias auténticas. En 
éstas últimas, cuando alguien levanta la voz y profiere una estupidez 
demasiado evidente, se apodera del espacio sonoro de todos, interrumpe 
las conversaciones de los demás y molesta  a quien no quiere oírle. En 
las tertulias virtuales, eso no ocurre (o no debería ocurrir). Su 
naturaleza permite que se estén desarrollando simultáneamente veinte 
hilos distintos de conversación sin que las conversaciones de unos 
interfieran en las de otros. Puede haber tontos de baba hablando entre 
sí y, medio byte más allá,  dos científicos de alcurnia pueden estar 
resolviendo la Ecuación del Universo.  Y eso, en la misma lista que 
les agrupa por afinidades escépticas.  El enorme tamaño de los 
recursos actuales, ayudado por la magia de los filtros, permite eso y 
más.
Vamos; digo yo.
==================================
Mis residuos mentales, en:
 http://www.telefonica.net/web/fmercaderr
==================================