[escepticos] Que duro es ser escéptico

[Moreno]

Y no olvidemos coprolito, que es una mierda fosilizada.
Y perdón por la coprolalia.

On Thu, 14 Dec 2006 15:44:55 +0100, "Carlos Soler" <logos_11 en yahoo.es>
said:
> 
> El 14/12/2006, a las 14:13, Miguel Martínez escribió:
> 
> > No, coprofagia es lo de comer mierda. Coprofilia es lo de decir tacos 
> > inopinadamente.
> > Lo de los ritos es muy común, y hay gente que mezcla ritos y creencias 
> > en el más allá, pero desde luego no es micaso.
> > Miguel A
> 
> Negativo: "decir tacos inopinadamente" es COPROLALIA (del griego 
> "koprós", excremento, y "laleîn", hablar). El Diccionario Terminológico 
> de Ciencias Médicas (ed. Masson) lo define como "Onomatomanía 
> reiterativa de voces y frases relativas a excrementos, porquerías y 
> obscenidades". Es sinónimo de coprofemia o coprofrasia, y se da, por 
> ejemplo, en el conocido síndrome de Gilles de la Tourette (en el que se 
> añaden tics y otras manifestaciones motoras y verbales varias).
> 
> La coprofagia es, efectiva y literalmente, "comer mierda"; la 
> coprofilia se define como la afinidad psicopatológica por porquerías en 
> general y especialmente por los excrementos.
> 
> Para seguir con la colección de copropalabrejas, existe la coprolagnia 
> (del griego "lagneía", libertinaje), que consiste en la experimentación 
> de placer por la visión o imaginación del acto de defecar o la 
> manipulación de excrementos.
> 
> Por tanto, hay un trecho bien grande entre coprolalia y coprofagia o 
> coprofilia... Una cosa es "de boquilla" y la otra... Bueno, dejémoslo 
> que acabo de comer :p
> 
> Saludos escépticos,
> 
> 			
> 
> Carlos Soler
> 
> 
> 
> ______________________________________________
> LLama Gratis a cualquier PC del Mundo.
> Llamadas a fijos y móviles desde 1 céntimo por minuto.
> http://es.voice.yahoo.com
> _______________________________________________
> Escepticos mailing list
> Escepticos en dis.ulpgc.es
> http://correo.dis.ulpgc.es/mailman/listinfo/escepticos

-- 
http://www.fastmail.fm - Or how I learned to stop worrying and
                          love email again